Entrelazados ♡(Minho y tú)

Capítulo 14: Decisión desesperada

Con Minho nos miramos y nos pusimos en marcha, al llegar al claro pudimos ver a Thomas y a la chica hablando de algo con Newt, por sus caras supe que era un tema serio.

—Tengo que hablar algo con Thomas—le dije a ambos chicos, el pelinegro me miraba fijamente analizando mi rostro.

—Tengo que hacer algunas cosas—habló el pequeño—Nos vemos más tarde—Chuck nos dejó solos.

—Así que hablar con Thomas—se cruzó de brazos con una mirada analítica—Él parece bastante ocupado para hablar ahora, ___—ahora yo me crucé de brazos.

—Tengo un mal presentimiento, Minho—suspiré, estaba tensa—Te contaré las cosas cuando pueda comprender y completar el rompecabezas de mi mente—mi cabeza comenzaba a doler un poco, escuché como él soltaba un suspiro.

—Está bien, ___—puso su mano el mi cabezando dejando una leve caricia—Sólo no te metas en problemas, nos vemos después—le sonreí como agradecimiento y me fui.

Vi como Thomas, Newt y la castaña se dirigen a la cabaña de los docs, por lo que apresuré mi paso. Antes de que mi amigo castaño cerrará la puerta tras él lo impedí.

—___—me nombró el castaño

—Ahora te acuerdas de mí—le dije con indignación fingida.

—¿Pasó algo, ___?—me preguntó el rubio.

—Sólo me duele un poco la cabeza y quería ver como estaba Alby—en si no era mentira, pero no era toda la verdad—¿Está todo bien?—cuestioné—Están muy serios—avancé hacía donde estaba el moreno recostado, se veía muy mal.

—Terasa tenía algo que pensamos que puede ayudar a Alby—habló Thomas de repente, me giré para ver a ambos castaños.

—¿Teresa?—susurré y centré mi mirada en la chica junto a Thomas, sentía una fuerte punzada en mi cabeza que intenté ignorar. El castaño le entregó a Newt, algo que contenía un líquido verde—¿Quieres ponerle eso a Alby?—pregunté y el rostro de mi amigo rubio era muy serio y hasta parecía algo molesto.

—Si—me respondió Thomas serio.

—No sabemos qué es esta cosa—el rubio miraba fijamente a el castaño—No sabes quien la envió— su voz era fuerte—O por qué la trajiste tú—apuntó a Teresa—Hasta donde sabemos esto podría matarlo—Thomas se veía tenso.

—Ya está delirando—dijo en tono duro—Quiero que lo veas—el ambiente estaba tenso—Como podría esta cosa empeorarlo—el castaño tenía un punto Alby estaba muy mal y se veía que sufría—Tenemos que intentarlo—pero es cierto que no sabíamos de dónde provenía lo que trajo la chica y el porqué.

—Deberíamos intentarlo—hablé bajo—Puede que Thomas tenga razón y eso—apunté a lo que tenía Newt en su mano—Lo salve—vi a Newt quien tenía algo de duda en sus ojos—Por favor Newt—intenté convencerlo.

—Okey—dijo con su mirada en el moreno quien se encontraba jadeando de dolor—Hazlo le dió el líquido a Thomas.

Como yo me encontraba sentada al lado de Alby, Thomas se puso del otro lado de la camilla con aquel "antídoto", ambos nos miramos, le asentí con la cabeza para darle seguridad.

—Okey—dijo viendo a los demás que estaban en los pies de la camilla.

Derrepenté Alby abrió los ojos, tomó fuertemente mi muñeca con una de sus manos y con la otra tiró de la polera de Thomas.

—¡No deberían estar aquí!—gritó—¡No deberían estar aquí!—me estaba lastimando, los demás se acercaron rápidamente ayudando a que el morocho nos soltara.

—La jeringa—dijo Thomas, ya que del susto la había soltado, vi a Teresa tomarla y inyectarsela rápidamente al moreno, haciendo que este se calmara y nos soltara.

Las reparaciones de todos eran rápidas debido al susto del momento, yo me toqué la muñeca intentando masajear con suavidad, me dolía, mi corazón retumbaba fuertemente en mi pecho y el dolor en mi cabeza estaba empeorando, las palabras de Alby me recoradaron a Ben.

—Pues...—rompió el silencio Jeff—Funcionó—luego de que casi nos matara de un susto, pensé.

—Oigan—habló Newt—A partir de hoy alguien se quedará vigilandolo aquí día y noche—ordenó, las respiraciones de todos aún se encontraban agitadas incluyendo la de él, nos quedamos en silencio intentado analizar lo que pasó.

—Ey—habló una voz en la puerta de la choza, todos nos giramos para encontrarnos a Gally en la entrada—Anocheció novatos, vámonos—su mirada pasó de Thomas hacia mí, solté un suspiro de resignación.

—Clint—le hablé al castaño de rizos—Me podrias vendar la muñeca antes de irme—me acerqué a él mientras Thomas salia.

—Si—fue a buscar unas vendas, y las enrollo en mi muñeca.

—Gracias—murmuré y salí de la choza encontrándome con Thomas.

—¿Duele mucho?—me preguntó apuntando a mi muñeca.

—Ya me estoy acostumbrando a estas cosas—dije en tono de broma, pero al castaño no le pareció muy divertido ya que su semblante era serio—No es nada, pasara luego—solté un suspiro cansado.

—Vamos—ordenó Gally quien traía una especie de antorcha para iluminar el camino.