No le quedaba de otra, más que solo llamar a su ahora esposa para asistir, sabía que amaba realmente a esa chica, pero era más un sentimiento de amistad. Aún recordaba el día que decidió casarse con Uraraka-Sé que lo has dejado de soñar Izuku por favor tú y yo nos queremos, sabes que yo estoy para ti, si en algún momento lo encuentras te dejaré ir sin ningún problema, solo veámonos cómo compañeros hasta que tú encuentres a tu soulmate, ok-
Fue la promesa que realizó con Uraraka hace tres años atrás, porque él ya sabía que su pequeño lazo que mantuvo con su alma gemela hasta los 25 era lo mejor que tenía, lo esperaría, pero después de que lo dejara de soñar intentó mil veces llamarlo a través del lazo, pero empezó a sentir una fuerte punzada en su muñeca, sabía que él estaba cortando su lazo que lo unía, que lo estaba dejando.
Izuku lo buscó desde que cumplió 18 años, sabía que quería encontrarlo, pero no lo logró y con la perdida de sueños y el lazo totalmente fracturado entró en depresión, su madre lo vio hundirse por perderlo.
-Es hora de que lo dejes ir mi niño ya él lo negó, tú amas a Uraraka intenta por lo menos hacer tu vida con ella- Fue lo que le dijo su madre entre súplicas al ver el estado de su único hijo.
Salió con ella para que su madre no se preocupara más por él.
La castaña sabía muy bien lo de Izuku después de todo es su mejor amiga, ella y Todoroki lo habían visto sonreír cuando lo veía en sus sueños y lo habían visto devastado por qué el rompió su lazo, ese cenizo que lo volvía loco que lo llevó al cielo solo para después caer en el suelo y estrellarse contra el pavimento.
Esa tarde después de salir de la junta, junto con Todoroki se aproximaron a su oficina y de la manera más neutra posible preguntó al peli verde
-¿Si la llamaras verdad?
-Tu sabes mejor que nadie, que si no la llevó mi madre se pondrá mal.
Todoroki solo asintió y se acercó al mueble de libros que coleccionaba el pecoso – Sabes que eres un completo fanático de tú padre.
-Jajajajaja que te hace pensar eso – Decía sonriendo al ver la gran colección que tenía de libros que su padre había hecho – Te imaginas tener un súper poder y combatir a los villanos, eso realmente sería increíble-
-Todo un friki como siempre Midoriya- decía el bicolor – Y que has sabido de este escritor- señalaba las obras que tenía al final de la repisa.
-Solo sé que se retiró y que no se ha sabido nada más de él, pareciera que la tierra se lo tragó. - Le entró una especie de dolor en pecho
Él no lo sabía, pero esas obras estaban hechas inspiradas en el pecoso y el mal que sentía era porque, de cierto modo ahí estaba invisible el rastro de su lazo en esas páginas.
-Vaya, que se le puede hacer, bueno mi buen amigo me retiro para que hagas la tan esperada llamada... – salió sonriendo de la oficina, al quedarse solo Izuku suspiro y se puso a buscar el número de su esposa.
Dos tonos después contesto
-Dime Izuku- contestó algo neutra
-Perdón por molestarte, pero papá me dijo que teníamos hoy cena con mamá así que... ¿podrías acompañarme?
-Claro, sabes que cuentas conmigo - fue lo que contestó.
-Gracias Uraraka paso por ti a las 8- solo se escuchó una leve afirmación - Uhm nos vemos a las 8.
Izuku se acercó a la estantería a recorrer los libros que se encontraba ahí después de colgar el teléfono, teniendo solo un pensamiento en su mente ¿dónde estás?
Paso a su casa a tomar un baño y a recoger a su esposa, sus saludos fueron escuetos y el silencio en el auto era incómodo para él, al llegar a su destino fueron bien recibidos por una agradable peliverde.
-Pasen por favor- Izuku llevó una tarta para acompañar la cena la cual dejó sobre la mesa.
-En un momento estaría lista la cena, Uraraka me podrías ayudar a terminar de prepararla por favor. - la castaña solo asintió y se dirigieron a la cocina
La peliverde sabía que era su momento para hablar con ella sin que Izuku escuchara – Sé que las cosas se complicaron, pero saldrán adelante, no lo dejes solo por favor- a Inko solo le preocupaba que su niño no volviera estar como hacer tres años y que su nuera había sido la pequeña luz para ayudar en la depresión de Izuku
-No lo haré, sabe que no lo dejaría solo, quiero mucho a Izuku y lo hare feliz. - Fue lo que dijo la castaña con seguridad.
Fue una noche tranquila entre platicas de los libros de los nuevos reclutas y de cosas triviales en su día a día, terminaron de platicar y se retiró el matrimonio de la casa.
En el carro Uraraka mencionó que una de sus amigas le había hecho insistir en abrir una cuenta en una aplicación de historias que quizás ahí encontraría talento y quizás él les ayudaría a tener éxito
Midoriya solo asintió, llegaron a su casa y se dirigieron cada quien a su cuarto porque a pesar de estar casados solo vivían en apariencia como tal.
Recostado en su cama Izuku se puso a buscar la aplicación en su teléfono y la descargo...
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Mi escritor favorito (Dekubaku) Finalizada
FantasyAlmas gemelas que necesitan encontrarse, por más hayamos del destino, nuestra historia ya fue escrita.