𝗰𝘂𝗮𝘁𝗿𝗼

27 5 0
                                    

eran ya pasado mediodía y los rayos del sol azotaban con intensidad la plaza, pero sin ser demasiado caluroso. parecía un buen día para salir a caminar por ahí, o al menos así se sentía la mayoría.

— creo que no me gusta este sabor...— murmuró dándole una mirada un poco fea a su cono de helado rosa, sosteniendo con fuerza a la castaña que intentaba bajar de su pierna para jugar con la tierra del piso.

ellos estaban en el parque, claro... sólo que se encontraban sentados en una banca porque, estando a cargo de yizhuo, no podían hacer demasiado. fueron por un helado y sólo se quedaron ahí con ella.

— pero tú lo pediste. — replicó el mayor mientras beomgyu sólo continuaba observando su helado, evitando que yizhuo lo aplastara entre sus manitos.

— sabe mal... pruébalo. — se inclinó un poco hacia él, ofreciéndole del cono. yeonjun sólo le miró con obviedad después de probar. — ¿qué?

— sabe bien, tonto.

— ¿me lo cambias? — de nuevo esa mirada de su parte. — por fa...

suspiró.

— está bien. — con una sonrisita orgullosa en su rostro, intercambió su helado de fresa con el de vainilla del mayor. ah, beomgyu sí que era caprichoso. — consentido...

— oye, jun.

— ¿hm?

— ¿por qué no le dijiste nada a la chica del súper? — su pregunta lo desconcertó un poco; por un lado, por lo repentino que parecía ser su cambio de tema, y por otro, porque no recordaba exactamente a qué se refería.

— ¿qué chica? — vio de reojo cómo beomgyu dejaba que yizhuo pusiera su lengua en la bola de helado, y sonrió por efecto cuando lo vio reír por la mueca que ella hizo al sentir lo frío que estaba.

— la rubia... la que dijo que ning era hija nuestra. — de repente, recordó el comentario que la que llevaba a la gemela de yizhuo le dijo el día del accidente. — no se lo negaste.

— hm... no sé. — se encogió de hombros. — no le vi caso... sólo era una extraña en el supermercado, dudo que la vea...

— ¡ning! — la atención de ambos se desvió a la castaña cuando ella se zafó del agarre del menor y salió corriendo hacia el parque. ambos se levantaron para ir detrás de ella hasta que alguien se interpuso en su camino y la detuvo de golpe.

— hey... tienes que respetar el límite de velocidad, nena. — ella la tomó en sus brazos y apretó su barriguita, haciéndola reír. tanto beomgyu como yeonjun sintieron que volvían a respirar; y la mirada brillante de la misma chica que se encontraron en el supermercado se posó sobre ambos, mirándolos con diversión. — deberían ponerle una correa.

— quizás lo hagamos. — quien la recibió esta vez fue el mayor, compartiendo miradas con beomgyu. sus ojos diciéndole algo como un "¿ves?" que él apenas entendía por la presencia de la rubia.

tal vez no habría sido del todo una extraña en el supermercado.

¡ning! ★ beomjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora