𝘀𝗲𝗶𝘀

15 5 0
                                    

yeonjun frunció el ceño, ning frunció el ceño. yeonjun levantó las cejas y ella abrió los ojos lo más que pudo. yeonjun apretó los dientes y ella gruñó. llevaba un rato viendo a la pequeña imitando cada expresión que hacía y, en realidad, ambos parecían estar bastante entretenidos uno con el otro.

de todas formas, no tenía nada más que hacer y aunque quisiera (que no quería) dejar de prestarle atención a la niña, beomgyu y minjeong estaban en su mundo.

lavando los platos, charlando entre susurros y riéndose. ¡horror! yeonjun se sentía como un completo extraño. por un momento, su atención estuvo sólo puesta sobre ellos y, cuando se dio cuenta, yizhuo le miraba con las cejas fruncidas, una expresión molesta en su carita regordeta.

«ella sigue imitándome...» yeonjun relajó sus facciones y tomó una cucharada del pastel que minjeong sirvió para ning, pero que era tanto y estaba tan rico que él la estaba ayudando a acabárselo.

— ¿ya no quieres? — la única respuesta que recibió de la bebé fue el costado de su rostro, el cual volteó para evitar que le siguiera dando pastel. yeonjun se volvió a mirar el plato casi lleno; claro, era una porción demasiado grande y ella nunca se lo comería, a pesar de que la compartiera con él. — beom.

pero el castaño ni siquiera se volvió a verle, continuaba secando platos junto a la chica. y aprovechando que estaba de espaldas a ambos, yeonjun utilizó la pequeña cucharilla de bebé de yizhuo como catapulta para lanzar un pedacito de pastel hacia el cabello rubio de minjeong. este le cayó justo detrás de la cabeza, embarrándose en su cabellera de golpe por la fuerza con la que lo lanzó.

— ¡ning! — la regañó suavemente una vez los dos voltearon a verle; sin embargo, la pequeña no dejaba de carcajearse, yeonjun quiso reírse también porque la risita escandalosa de la bebé era tan contagiosa (también porque le hizo gracia lo sorprendida que la rubia parecía estar por tener ahora un golpe de chocolate en la cabeza). — lo siento, ella no tiene ganas de pastel.

la tomó entre sus brazos, sacándola de la silla que improvisaron para que no se cayera, y la dejó sobre el mesón de la cocina, apoyándose también en este con sus brazos haciendo de barrera alrededor de la bebé.

— está bien... es sólo pastel. — murmuró en un puchero, quitando de su cabello un poco del dulce que se esparció por sus largas hebras doradas. los tres hicieron una mueca de asco, yizhuo jugaba con la cadena que colgaba del cuello de yeonjun.

— beomgyu. — tuvo que llamarlo dos veces porque no le miraba y, cuando por fin lo hizo y se acercó al mesón, le habló lo suficientemente bajo como para que sólo él le escuchara. — es la hora de dormir de ning, tenemos que irnos.

el menor apretó los labios y asintió. — esperenme en el auto, voy en un segundo.

yeonjun le miró con sospecha, inseguro, pero finalmente hizo caso y volvió a tomar a yizhuo entre sus brazos. salió de la casa sin despedirse porque, después de todo, no le prestarían atención.

aunque un poco molesto y con muchas ganas de hacerlo, no cerró la puerta del auto de un golpe porque la pequeña ning estaba a punto de quedarse dormida entre sus brazos. y cuando se dio cuenta, ella ya estaba respirando por su boca con sus ojitos cerrados, volviéndose sorprendentemente el doble de pesada de lo que ya era.

sobra decir que tuvo que esperar más de un segundo. fue casi después de quince minutos que beomgyu ya subió al auto y estaban camino a casa. el silencio dentro de este siendo demasiado pesado para ambos.

— ¿todo bien?

— ¿hm? — fingió demencia, mirando el exterior desde la ventana y sintiendo poco después como el menor reposaba una mano sobre uno de sus muslos, acariciándolo. yeonjun apretó los labios.

— has estado enojado desde que salimos del parque. — murmuró sin apartar los ojos de la vía ni su mano de la pierna del pelinegro.

— no sé de qué hablas. — se encogió un poco de hombros, cuidando cada uno de sus movimientos para no importunar el sueño de yizhuo.

— vamos, jjunie. — insistió. — ¿creíste que no me daría cuenta?

— ¿de qué? — finalmente, llevó su mirada al castaño, viendo de él nada más que la silueta de su perfil siendo iluminada de vez en cuando por las luces amarillentas de las calles.

— de que quien en realidad le lanzó ese pedazo de pastel a minjeong fuiste tú, y no ning. — aprovechando que no le miraba, yeonjun se permitió reaccionar, abriendo desmesuradamente sus ojos en susto.

— ¿cómo...? — pero se detuvo demasiado tarde. y esperaba que beomgyu continuara hablando, pero él estacionó el auto y fue entonces que yeonjun se percató que habían llegado.

— lleva a ning a la cama y prepárate para ir tú también. iré a ducharme antes. — y salió del auto.

mierda.

¡ning! ★ beomjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora