— ¿demasiada atención por hoy, cumpleañero? — levantó la mirada cuando escuchó su voz hablándole a sus espaldas, sonriendo al instante en que sus ojos se encontraron.
— la suficiente. — beomgyu se sentó a su lado, ofreciéndole un vaso de refresco que él aceptó y descansando su mano libre sobre su cabello. — míralos. están más felices de verla a ella que a mí.
siguió su mirada hasta dar con lo que veía el mayor; sus padres, sus abuelos, la madre y la abuela de yeonjun, e incluso sus tíos estaban sentados en los sofás del salón con la pequeña ning yendo de brazo en brazo. siendo, prácticamente, como la atracción principal entre todos. beomgyu rió.
— también es su fiesta. — después de un momento, se volvió a mirarle, y escucharle reír hizo que yeonjun también volteara a verlo.
— ¿de qué te ríes? — se removió sobre su asiento, reposando sus piernas sobre el regazo del menor, sintiendo como su mano le acariciaba con delicadeza el cabello detrás de su cabeza.
— de ti. de que eres un llorón. — inmediatamente yeonjun puso los ojos en blanco mientras beomgyu sólo se burlaba de él.
— cierra la boca. — aunque no muy feliz por sus palabras, no podía evitar reír con él. estaba seguro que no estaría de mal humor en mucho tiempo, beomgyu se estaba salvando de muchas con sólo esto. — oye, ¿cómo hiciste para que mamá y la abuela vinieran?
miró por un momento a las recién mencionadas, que le apretaban las mejillas a yizhuo.
— ¿recuerdas cuando tenía que trabajar hasta tarde? — frunció el ceño. claro que recordaba, se había enojado muchísimo con él por eso.
— ¿tú pagaste el viaje? — asintió, tranquilo, como si fuera cualquier cosa. — no tenías que.
— ¿bromeas? ¿y perderme la oportunidad de verte llorar de felicidad? — rieron. es cierto, él había llorado mucho; lloró en los brazos de beomgyu, luego lloró más en los brazos de su madre, luego en los brazos de su abuela, y también lloró un poquito cuando abrazó a los padres de beomgyu y a sus amigos. yeonjun era un llorón. — un par de horas extras en el supermercado lo valen.
— gracias. — una vez dejó su vaso de soda en una mesa al lado, entrelazó su mano con la que el menor tenía libre.
— está bien, no es para tanto. — le sonrió. — me encanta ver a tu madre.
— no es sólo por eso...— apretó un poco la tela del suéter del menor entre sus dedos, sintiéndose repentinamente un poco nervioso al tenerlo tan cerca. — gracias por todo. por... por todo.
ahora quien le sonrió fue el castaño, sintiendo ternura por lo lindo que era y, aún en su silla, se inclinó para poder besarle. una de sus manos apoyada en su nuca, acariciando su cabello, mientras la otra sostenía una lata de cerveza que reposaba sobre una de las piernas del mayor, la temperatura baja de la bebida enfriando un poco su piel. todas estas sensaciones sintiéndose demasiado especiales para ser tan comunes.
— no me des las gracias. — acarició su mejilla, apoyando su frente en la contraria. — lo hago porque me muero por verte feliz.
ambos rieron, y beomgyu pensó que yeonjun era tan lindo... él era tan, tan lindo.
— jjunie. — él estaba a punto de decirle algo más cuando la voz suave de su madre hablándole los distrajo a ambos uno del otro. ella les sonrió con ning en brazos, completamente rendida como si hace un par de segundos no hubiera estado echando carreras detrás de jennie por toda la casa. — ¿puedes acostar a la niña?
— ah, sí. sí, dámela. nosotros...— luego de levantarse y recibir a la menor en sus brazos, le dio una mirada rápida a beomgyu que él pareció captar de inmediato cuando se puso en pie detrás de él. — creo que también vamos a dormir.
— bien. descansen, entonces. — ambos le sonrieron y, antes de marcharse para volver al salón, besó la frente de yeonjun y la mejilla de yizhuo, deseándole buenas noches a los tres.
— ¿tu madre nos dejó la habitación de invitados? — caminando por el largo pasillo de la gran casa choi, le preguntó, puesto que parecía haber más gente de la que normalmente veía en esa casa.
— claro, somos los invitados de honor. — el mayor sólo negó riendo.
como era de esperarse, la cuna de yizhuo se encontraba en una esquina de la habitación, yeonjun la dejó dentro y ella ni siquiera se inmutó por lo profundamente dormida que parecía estar, eso fue un alivio.
— jun, ¿puedo... hablar contigo un minuto? — justo cuando estaba a punto de ir afuera de nuevo, la voz suave de beomgyu le hizo volver sobre sus pasos, alejándose de la puerta y yendo hacia la cama.
— sí, claro... ¿qué ocurre? — se sentó, sintiéndose un poco confundido (y asustado) por lo que sea que el castaño tuviera que decirle.
— no es nada importante, sólo... ¿recuerdas cuando conocimos a minjeong? cuando... ¿perdiste a ning en el supermercado? — hizo un poco de memoria pero, al oír su segunda pregunta, inmediatamente asintió. — bueno... ¿y recuerdas que ella dijo que... que ning era hija nuestra?
— sí...— veía a beomgyu jugar con los pliegues del cubrecama color perla en el que estaban sentados, apretando con su otra mano su lata de cerveza que comenzaba a calentarse. yeonjun no entendía a qué venían todos estos recuerdos. — ¿qué hay con eso?
— que yo se lo dije. — soltó de golpe. tan abrupto que al pelinegro ni siquiera le dio tiempo de procesar lo que le decía.
— le dijiste... ¿qué, exactamente? — notó como apretaba los labios, inseguro de hablar. yeonjun se impacientaba.
— eso... le dije que ning... que era nuestra hija. — por un momento, yeonjun no replicó, estaba... confundido. no sabía qué decirle, pero quería contestar.
— ¿tú...? — beomgyu ni siquiera lo miraba, sus ojos iban de aquí para allá, posándose en cualquier cosa menos en los ajenos. — ¿por qué le dijiste eso?
miró la cuna un momento, luego sólo se encogió de hombros. el zumbido suave del ventilador de la habitación hacía del silencio algo menos llevadero en esa situación.
negó.
— no lo sé... sólo lo hice. — sorbió su nariz. yeonjun sentía que se encontraba, sinceramente, un poco fuera de órbita. como si no estuviera viviendo ese momento. y apenas reaccionó cuando beomgyu sacudió una vez más su cabeza y se levantó un poco, dispuesto a marcharse. — ¿sabes qué? no importa, es una tontería...
— espera— no lo pensó mucho y lo tomó de la manga de su suéter, volviéndolo a sentar donde antes estaba. —, no es una tontería.
— lo es.
— ¿por qué lo hiciste?
— ya te dije que no lo sé. — después de un par de minutos, por fin levantó la mirada; y a yeonjun le tomó por sorpresa encontrarse con sus ojos enrojecidos, con una capa cristalina recubriéndolos, indicando que estaba al borde del llanto. negó con suavidad, un movimiento apenas perceptible. — no lo sé... no me lo preguntes más...
se soltó del agarre de yeonjun y finalmente se marchó, dejándolo solo en la habitación. solo, con la pequeña ning yizhuo dormida en su cunita, sin siquiera imaginarse todo el revuelo que ha estado causando a su alrededor.
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¡ning! ★ beomjun
Randomcuidar niños no debía ser tan difícil, ¿verdad? bueno... eso era lo que beomgyu y yeonjun pensaban antes de hacerse cargo de ning yizhuo. 𝟭𝟬𝟬𝟭𝟮𝟬𝟮𝟯 © 𝗺𝗶𝘇𝗲𝗿𝗴𝘆𝘂