𝗰𝗶𝗻𝗰𝗼

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— ¡ning! no hagas eso...— murmuró alejando de su boca el puñado de tierra que la menor planeaba llevarse a esta, y así estuvo por un rato hasta que notó cómo estaba a punto de romper en llanto. yeonjun simplemente la tomó en brazos y se subió a uno de los columpios vacíos junto a ella.

desde ahí, veía con recelo cómo beomgyu y la tal minjeong (que era como se había presentado ella minutos siguientes a lo de yizhuo) hablaban animadamente en la banca donde antes estaban sólo ellos dos. mentiría si dijera que verlos reírse tanto no le molestaba.

¿pero por qué no estaba con ellos también? respuesta simple: yizhuo. ella quería ir al parque y les pareció injusto privarla de eso, y como yeonjun no quería quedarse solo con minjeong, acompañó a la menor. cuando lo hizo pareció un mejor plan, en ese momento ya no se sentía tan bueno.

— ¿crees que debería enfadarme con beomgyu o con ella? — como esperaba, yizhuo ni siquiera lo miró, estaba tan enfocada en mirar el piso mientras el columpio se movía que su atención no flaqueaba de ello. — ¿ning?

lo miró sólo por un momento y, gimoteando, señaló el piso, el piso cubierto de tierra.

— no voy a bajarte. — la vio pucherear, frunciendo sus labios en señal de que lloraría. era una bebé tan consentida. — no.

a pesar de la mirada fea que le dio, él sólo continuó balanceándose en el columpio mientras veía como continuaban hablando. le encantaría poder oírlos en ese momento... seguro estaban diciendo cosas horribles de él.

— somos novios desde secundaria, y comenzamos a vivir juntos cuando fuimos a la universidad. — él se encogió de hombros, intentando que la sonrisa dulce en su rostro no se ensanchara demasiado al recordar lo que contaba.

— eso es tan lindo. — asintió, sintiendo un poco de ternura por ver lo enternecida que parecía estar la rubia. segundos más tarde, ella ladeó un poco su cabeza, preguntándole más bajito. — ¿no es... cansado?

— ¿cansado? — ahora la que afirmó con la cabeza fue ella. — no, no lo es. disfruto pasar tiempo con yeonjun...

le dedicó una mirada rápida, pero el mayor la alejó de golpe en un movimiento algo molesto que beomgyu ciertamente no comprendió del todo.

—...aunque a veces sea un poco raro.

— ya veo...— ella no dijo nada por un momento, y su mirada se mantuvo fija en el piso un segundo. — oye, ¿y qué hay de la niña?

— ¿hm? ...oh, ning. — inconscientemente rió, recordando el accidente del supermercado como si hubiera pasado hace dos días (pasó hace dos días). — en realidad es la sobrina de un amigo nuestro, la cuidamos mientras su mamá trabaja.

beomgyu notó como asentía con una sonrisa un poco rara en su rostro, probablemente debiéndose a lo que le había dicho él justamente el día que intercambiaron niñas sin querer.

— ya veo...— murmuró. — y, uhm... ¿puedo invitarlos a cenar?

por un momento, el castaño no supo qué decir. pensó que quizás sería bueno preguntarle a yeonjun si preferiría irse a casa (lo cual era muy probable, yeonjun era un animal nocturno), pero no lo pensó demasiado y sólo asintió. porque beomgyu era un chico amable, no le rechazaría eso a ella al primer día de conocerse.

— claro.

¡ning! ★ beomjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora