𝘁𝗿𝗲𝗰𝗲

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— buenos días, ¿a que no adivinas quién se despertó de buen humor? — verlo caminando hacia la cocina con una muy despeinada yizhuo en brazos le hizo sonreír por puro efecto. los dos también tenían unas tiernas y dulces sonrisas dibujadas en el rostro de cada uno.

— el hada del pollo asado tuvo un sueño largo, ¿no? — mencionó con burla mientras yeonjun se sentaba frente a él con la menor en brazos. ella estampó sus manos sobre el mesón con tanta fuerza que parecía molesta, pero sólo era uno de los arranques de locura que tanto caracterizaban a la pequeña ning yizhuo. — oye, hulk, cálmate.

beomgyu le dio vuelta al mesón y besó con fuerza uno de los cachetes regordetes de yizhuo, que largó una carcajada ante su acción, y repitió su acción con yeonjun. sólo que su beso fue dirigido a sus labios y fue mucho más tranquilo, también largo, ellos se tomaban su tiempo.

— ¿y cómo durmió el príncipe de la cerveza? — le preguntó en un susurro, jugando con uno de los aretes en su oreja, su pregunta haciéndole reír.

— como nunca, estaba agotado. — el menor le sonrió y volvió a meterse en la cocina. — ¿hiciste tocino?

— tu amigo arrasó con todo el que quedaba. — el pelinegro le miró mal.

— no seas así, tú le ofreciste. y sabes que huening kai ama el tocino que tiene pimienta, debiste preverlo.

— hoy seremos humildes y vamos a desayunar cereal. — el mayor hizo una mueca que le sacó una sonrisa y que yizhuo imitó de inmediato.

— tienes que estar bromeando.

— podemos comer un poco del pollo que quedó de anoche.

— te estás convirtiendo en tu madre. — murmuró riendo mientras el menor sacaba del refrigerador el tazón que jimin les había prestado para el pollo que sobró. ese que ni yizhuo ni su gemela, la niña de minjeong, pudieron tragar cuando ya estaban al límite.

— ¿cereal?

— me conformaré con el pollo por ahora. — no pudo evitar reír.

— oye, ¿te sientes mejor? — dejó su plato frente a él, lo suficientemente cerca de yeonjun pero lo suficientemente alejado de ning, le sirvió un poco más porque sabía que tenía que darle de comer a la niña también.

— ¿respecto a qué? — mientras le daba un pedacito de pollo para que ella pudiera masticar, preguntó, aunque sabía exactamente a qué se refería.

— respecto a lo de anoche. — apretó los labios e inconscientemente golpeó un par de veces su pie contra el piso. — ¿cómo estás?

— ¿podríamos olvidar que eso pasó?

— pero...

— en serio. — le interrumpió. — por favor.

beomgyu, viéndose casto de opciones, solamente asintió. quizás, al final del día, ignorarlo por ahora sería lo mejor. era demasiado pronto para preocuparse por algo que no había sucedido aún.

— bien. — yeonjun sonrió.

— gracias. — ninguno dijo nada más, pero el mayor notó como beomgyu mantenía sus ojos sobre su comida, serio. notoriamente, él no estaba feliz con la decisión de yeonjun. — ¿cariño?

levantó la mirada. — ¿hm?

— ¿quieres hacer algo hoy? — deslizó una de sus manos hasta la que el castaño tenía apoyada sobre el mesón, entrelazando sus dedos y mirándole con dulzura.

— no podemos tener sexo frente a la niña. — yeonjun rodó los ojos, porque ciertamente no era eso lo que le quería proponer.

— no tendremos sexo frente a la niña, ¿podrías pensar con la cabeza? — dejando que mordisqueara su chupete, bajó a yizhuo al piso para que caminara por ahí. todas las puertas estaban cerradas, no se escaparía.

— lo hago.

— con esta cabeza, beomgyu. — puso su dedo índice en su sien y le empujó, haciéndole reír. beomgyu se volteó sobre su silla mientras yeonjun limpiaba los platos.

— ¿tú quieres hacer algo hoy? — aunque no se dio vuelta de inmediato, escuchó cómo pensaba. un suave y largo "hm..." que le ayudaba a acomodar sus ideas y que funcionaba como indicador que, en consecuencia, estaba pensando.

— no sé. — secó los platos y los guardó, apoyando su espalda en el fregadero cuando se dio vuelta sobre sus pasos. — ¿tú qué propones?

se encogió de hombros. — nada.

— beomgyu. — se quejó mirándole con obviedad, siendo su expresión seria el motivo de una risa de parte del castaño. — ¿por qué no vamos a la playa?

— ¿a la playa? — asintió, emocionado, al parecer. — ¿sólo porque sí?

— ¿recuerdas lo que me contaste de tus padres? — el menor enarcó una ceja.

— estaba muy seguro que no me estabas escuchando. — yeonjun se acercó y apretó sus mejillas, eso era nuevo. seguramente lo había hecho con yizhuo antes y pensó; "tengo que intentarlo con beomgyu también, antes de que crezca y sea demasiado tarde".

— siempre te escucho, ridículo. — sus dulces palabras y el insulto con el que contrastaban lograron sacarle una sonrisa. — ¿qué opinas? ¿vamos?

ladeó la cabeza, inseguro. — no sé, jun. ning no tiene traje de baño.

— podemos comprarle uno en el camino. — no dijo nada, pero yeonjun sabía que, si insistía lo suficiente, conseguiría que dijera que sí. a beomgyu le encantaba la playa y le encantaba que yeonjun le suplicara dentro de cualquier contexto (literalmente, cualquier contexto), lo conseguiría. — por favor, gyu. podemos invitar a minjeong y a su novia, y a los chicos también.

suspiro, rindiéndose. bueno, no había nada que no pudiera conseguirse con un poco de esfuerzo, este par era el vivo ejemplo.

— ya, está bien. iremos a la playa. — el pelinegro le sonrió y le abrazó, feliz porque hubiera accedido. — ve a buscar tus cosas, yo organizo lo de ning.

asintió con euforia y se perdió de su campo de visión de inmediato. aunque no había pasado un segundo desde que se fue cuando él volvió, acunó sus mejillas entre sus manos y fundió sus labios en un dulce beso.

— olvidé darte las gracias. — no le dejó decir nada más cuando esta vez sí se marchó escaleras arriba. una vez lo perdió de vista, beomgyu suspiró, sintiendo sus mejillas calientes.

ah, choi yeonjun. cuán enamorado estaba de este chico.

¡ning! ★ beomjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora