— ¡hasta que contestas! ¿dónde demonios andabas metido, taehyun? — miró a ambos lados, asegurándose que beomgyu no anduviera cerca por ningún lado (ni siquiera escondido por ahí como había hecho él hace un par de días) y se alejó un poco de la casa, aprovechando la soledad del jardín para poder hablar más tranquilo por teléfono.
— te recuerdo que no estoy con la nariz pegada al celular todo el día, yeonjun. — el mencionado rodó los ojos ante el comentario sarcástico de parte del menor. — ¿qué tenías que decirme? no me llamas a menos que tengas problemas con beomgyu.
— eso no es cierto. — pero sí lo era. desde que taehyun y beomgyu eran mejores amigos desde hace sólo-dios-sabrá-cuánto, yeonjun siempre acudía al rubio cuando beomgyu y él discutían y necesitaba una tercera opinión que fuera más sabia que su razón hundida en rabia.
— ¿seguro?
— bueno, sí lo es. pero sabes que lo hago porque confío en ti. — mhm, y yeonjun estuvo seguro que rodó los ojos por lo que le dijo. — además- ¿quién te manda a mudarte al culo del mundo?
— ¿qué quieres, yeonjun? — inconscientemente se rió cuando le preguntó con seriedad, porque sabía que era verdad.
— creo que beomgyu está engañándome. — alejó un poco la bocina del teléfono de su oreja cuando escuchó como se ahogaba con lo que sea que estuviera tomando y tosía con fuerza. — ¿taehyun? no te mueras.
— ¡me muero! — rodó los ojos. — ¡¿cómo que beomgyu te está engañando?!
— dije que creo. — se quedó callado por un momento, y yeonjun creyó que taehyun en realidad sí se había muerto. descanse en paz, era un buen chico. le gustaba la lasagna.
— pues te equivocas.
— eso no es precisamente lo que necesitaba oír.
— no sé qué necesitabas oír, pero puedo asegurarte que beomgyu no te está engañando. — yeonjun estaba a punto de decir algo más, pero su voz hablándole desde la otra línea ni siquiera le dejó terminar su primera palabra. — ¿de dónde sacaste eso?
— es justamente lo que estaba a punto de contarte.
— adelante.
— es que, bueno... yo lo escuché hablando con una chica que conocimos y dijo unas cosas... muy raras. — pellizcó con sus dedos la tela de su pantalón.
— ¿unas cosas raras? — afirmó en voz baja. — ¿qué exactamente?
yeonjun comenzó desde el principio. le contó a taehyun lo de ning, pero resulta que él ya lo sabía porque al parecer huening kai acudió a él primero (estaba bien. taehyun era el más responsable del grupo; si hubiera sido hija suya, a yeonjun también le habría gustado que kang taehyun la cuidase). luego le dijo lo del supermercado y él se rió como un maníaco, inundando al mayor con el sonido incesante de su risa. yeonjun le decía que no era gracioso, pero eso a taehyun parecía hacerle más gracia que el mismo cuento.
y cuando por fin terminó de burlarse, yeonjun le habló de lo más importante: kim minjeong y su bonito cabello dorado. sobre la llamada que escuchó y la barbacoa a la que estaban a punto de ir.
— ¿estás seguro que dijo eso? — fue lo primero que le preguntó una vez terminó de hablar.
— ¡claro que estoy seguro! no pudo haber sido más explícito... él incluso utilizó la palabra. — engaño. pero no podía decirla. — ¿tú qué crees, tae?
suspiró.
— es muy raro... beomgyu no te engañaría. él te adora más que a nada en este mundo.
— yo también creía eso.
— no, espera. no me malentiendas. él lo hace, jun. beomgyu te ama.
— no te compadezcas. — una carcajada de su parte casi le hace reír.
— no me compadezco, ¿acaso no me conoces? — rodó los ojos, porque tenía razón. la única persona por la que taehyun se compadecía era su novia, y a ella ni siquiera le gustaba que lo hiciera. — incluso me da asco decirlo, pero es la verdad.
— ¿y cómo explicas la llamada? — se quedó un momento callado, haciendo un sonido con la parte posterior de su garganta, pensando.
— estoy muy seguro que lo malentendiste. espiar una conversación fuera de contexto nunca termina bien. — por un momento no le dijo nada, porque sabía que tenía razón y no sabía qué responderle ante eso.
— supongo.
— gracias, taehyun.
— de nada, yeonjun. — ambos se rieron. — oye, deberías visitarnos. beomgyu los extraña.
— dímelo a mí. aeri también los extraña muchísimo. es insoportable. — a pesar del comentario hacia su novia que sonaba poco agradable, yeonjun sabía que se refería al hecho de que ella hablara tanto de ellos. el tema era insoportable, no aeri. — nos apareceremos por allá en cualquier momento. tengan miedo.
— lo tendremos.
— ¡ning! ¡yeonjun, detén a yizhuo! — volteó de inmediato cuando la voz del castaño pidiéndole a gritos le alertó y, cuando se dio cuenta, tuvo que levantar un brazo para tomar a la niña que estaba dispuesta a meterse corriendo a la calle y que chocó tan fuerte con él que yeonjun se preguntó qué tan rápido podía correr esa niña.
— hablamos después. — fue lo único que le dijo, aunque sabía que no sería así. ellos no hablarían en un largo tiempo; quizás cuando aclarase con beomgyu lo de minjeong o cuando taehyun y su extraordinariamente talentosa novia se dignaran a visitarlos.
— gracias al cielo estabas ahí. — murmuró entre respiraciones largas, cansado. quizás estuvo persiguiéndola por toda la casa dado que él tenía un pequeño overol rosa en su mano y ella estaba desnuda del ombligo para abajo, sólo teniendo una camisita blanca acanalada y su pañal. — ¡está loca! no quiere por nada del mundo que la vista.
— déjame hacerlo a mí. — aunque, al final, los dos tuvieron que poner toda su voluntad para poder vestir a la intranquila castaña que no dejaba de querer salir corriendo sin rumbo.
yeonjun sólo podía pensar en el revoltijo de sentimientos que se mezclaban desenfrenadamente dentro de él. no sabía qué sentir.
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¡ning! ★ beomjun
Randomcuidar niños no debía ser tan difícil, ¿verdad? bueno... eso era lo que beomgyu y yeonjun pensaban antes de hacerse cargo de ning yizhuo. 𝟭𝟬𝟬𝟭𝟮𝟬𝟮𝟯 © 𝗺𝗶𝘇𝗲𝗿𝗴𝘆𝘂