L2. Capítulo 11 Una charla en sueños

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Alya: ¿Hola? ¿Hay alguien aquí?— esa era la voz de la Slytherin, quién se encontraba rodeada de una inmensa oscuridad.

Alya no sabía cuánto tiempo había estado allí, ¿minutos? ¿horas? ¿días quizás?
Eso ella no lo tenía claro, pero sí sabía dónde estaba antes de que todo sucediera. Recordó perfectamente como ella eh Ileny se dirigían a la biblioteca, luego todo era más confuso, de un momento a otro había sacado el espejo que llevaba con ella y miraba directamente a el mientras empujaba a su amiga al suelo… y después, nada.
La última vez que Alya se había encontrado en la oscuridad total, era cuando ella había muerto y se encontraba en el vientre de su madre.
¿Le estaría sucediendo lo mismo ahora? ¿Había fracasado en intentar sobrevivir y ahora iba a renacer de nuevo?
Cuentos de preguntas se formaban en su cabeza.

¡No soy capaz de vivir nada!— pensaba con fastidio, al notar que ni siquiera llegó a los trece.

Justo cuando maldecía internamente por haber dejado sola a Lyra y no poder ver una última vez a sus amigos, vio algo que llamó poderosamente su atención.
Parecía ser una luz que se filtraba de algún lugar.

Camino vacilante hasta el lugar, pensado que quizás, esa sería la famosa luz al final del túnel.

Pero no eh visto toda mi vida cómo en una película, ¡me siento estafada!— pensó internamente, al no tener a nadie que le contestará, sintió nostalgia por su melliza.

La luz que vio de forma lejana parecía provenir de una puerta. Alya sentía mucha curiosidad ¿Que hacía una puerta en medio de la nada? ¿En medio de aquella oscuridad?

Al menos le quedo clara una cosa; no estaba en otro vientre materno como la última vez.
No pudo evitar sentir cierto alivio, solo le quedaba pensar que se encontraba en el limbo.

Respirando con dificultad, tomó el pomo de la puerta, lo giro lentamente y tiró a delante… lo que vio la dejo atónita.

De todo lo que pudo haberse imaginado, nunca pensó que se encontraría algo normal.
Se encontraba en lo que parecía ser una enorme biblioteca, cientos de estanterías iban de un extremo a otro de la habitación y se cruzaban en algunos puntos, unos pájaros de papel llevan libros o cartas en sus picos de un lugar a otro, el lugar estaba alumbrado por la luz del sol que salía del techo: el cual era totalmente de cristal.
En el suelo había una hermosa alfombra roja con detalles en dorado, y en el centro de la habitación, había una sola mesa y una silla.
Al Alya aproximarse, noto que la mesa y la silla parecían ser de madera de roble, y sobre la mesa descansaba un largo pergamino, un libro abierto, una linterna y un tintero.

??: Ejem… ejem…— escucho Alya una voz a sus espaldas y se dio la vuelta de forma brusca.

La persona que se encontraba apoyada en el marco de la puerta se trataba de un hombre, pero que no aparentaba tener más de ventitres años, vestía un traje negro con una corbata con degradado en tonos grises, un sombrero también negro, tenía el pelo color miel y los ojos azul grisáceo.
El chico sonrió de lado, causando un leve sonrojo en Alya por lo bien parecido que era.

Alya: Mis disculpas, no era mi intención irrumpir en tú…— empezó de forma educada, pero no encontró palabras para describir el lugar en el que estaba.

??: Oh, no tienes por qué disculparte, de igual forma ibas a llegar hasta aquí— dijo, evidentemente divertido, Alya lo miro confundida, y eso causó que la sonrisa del desconocido se ensanchara—. Por favor, toma asiento, es un placer volver a verte; Lena.

¿Reencarne En Harry Potter? 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora