L2. Capítulo 13 Regresando de la Cámara de los Secretos

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Narra el Narrador

Lyra sentía voces a lo lejos, parecían ser dos personas que simplemente mantenían una conversación amistosa.
Ella había empezado a recuperar la conciencia cuando sintió que alguien la zarandeaba, pero sentía tanto dolor y agotamiento que la opción de quedarse inmóvil y rendirse al sueño le parecía tentadora. Pero luego contra sus impulsos a medida que las voces se hacían cada vez más fuertes hasta que pudo identificar a una de ellas, ¿ese era Harry, o eran imaginaciones suyas?
La segunda voz no la conocía, pero se dio cuenta de que está pertenecía a un chico.

Cientos de imágenes pasaron por su cabeza. Los últimos momentos antes de caer inconsciente al piso, y entonces sus ojos se abrieron tan rápido que le dio un poco de dolor.
Estaba en una sala oscura, aunque el lugar parecía más bien ser una cueva mal iluminada, a su izquierda estaba Ileny; todavía inconsciente, y a la derecha Ginny.
Justo frente a ella, se encontraban dos chicos. Uno de ellos sabía que era Harry, no había que ser un genio para adivinarlo. El otro era un joven de unos dieciséis o diecisiete años, portaba el uniforme de Slytherin. Lyra tuvo que admitir que era bastante apuesto; alto, de cabello oscuro, ojos…

¡¿Que rayos?!— pensó al recordar quien era aquel joven con el que hablaba Harry y sintió asco de si misma.

Ninguno de los dos pareció darse cuenta de que ella había despertado, así que decidió seguir fingiendo mientras escuchaba de que hablaban.

El chico mayor; Tom Ryddle, soltó una risa potente y fría que le erizo la piel a Lyra.

Ryddle: Si es necesario que yo lo diga, Harry, la verdad es que siempre he fascinado a la gente que me ha convenido. Así que Ginny me abrió su alma, y era precisamente su alma lo que yo quería. Me hice cada vez más fuerte alimentándome de sus temores y de sus profundos secretos. Me hice más poderoso, mucho más que la pequeña señorita Weasley. Lo bastante poderoso para empezar a alimentar a la señorita Weasley con algunos de mis propios secretos, para empezar a darle un poco de mi alma…

Harry: ¿Qué quieres decir? —preguntó, con la boca completamente seca.

Lyra trato de mantener los ojos ligeramente cerrados, para asegurarse de ver todo lo que pasaba y que Ryddle no se diera cuenta que estaba consciente.

Ryddle: ¿Todavía no lo adivinas, Harry Potter? —dijo sin inmutarse—. Ginny Weasley abrió la Cámara de los Secretos. Ella retorció el pescuezo a los gallos del colegio y pintarrajeó pavorosos mensajes en las paredes. Ella echó la serpiente de Slytherin contra los cuatro sangre sucia y el gato del squib.

Harry: No— susurró.

Ryddle: Si— dijo con calma—. Por supuesto, al principio ella no sabía lo que hacía. Fue muy divertido. Me gustaría que hubieras podido ver las anotaciones que escribía en el diario… Se volvieron mucho más interesantes… Querido Tom— recitó, contemplando la horrorizada cara de Harry—, creo que estoy perdiendo la memoria. He encontrado plumas de gallo en mi túnica y no sé por qué están ahí. Querido Tom, no recuerdo lo que hice la noche de Halloween, pero han atacado a un gato y yo tengo manchas de pintura en la túnica. Querido Tom, Percy me sigue diciendo que estoy pálida y que no parezco yo. Creo que sospecha de mí… Hoy ha habido otro ataque y no sé dónde me encontraba en aquel momento. ¿Qué voy a hacer, Tom? Creo que me estoy volviendo loca. ¡Me parece que soy yo la que ataca a todo el mundo, Tom!

Lyra podía sentir como la sangre le hervía por el odio contenido, limitándose a solo rechinar los dientes.
Harry tenía los puños apretados y se clavaba las uñas en las palmas.

Ryddle: Le llevó mucho tiempo a esa tonta de Ginny dejar de confiar en su diario.

Harry: ¡¿Y Ileny y Lyra?! ¿Ellas dos que tienen que ver con ésto?— pregunto con ira en la voz.

¿Reencarne En Harry Potter? 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora