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Sabía que no iba a poder estar presente durante el día del cumpleaños de Kirishima. Lo sabía, por eso había organizado algo que le permitiera divertirse. Y, aun así, ahora estaba enojado. Mientras Katsuki estaba junto a Shoto esa mañana de sábado, él sólo resoplaba con decepción de ser con quien tendría que pasar su día.

—Bakugo, estás enojado, ¿verdad?

—¿A ti qué te parece?

—Parece que estás enojado.

—¡No es para que me respondas, estúpido!

Un nuevo suspiro de resignación. Igualmente, no era culpa de Todoroki, pero no podía evitar sentirse frustrado. De cualquier forma, no le gustaban esas estúpidas clases de recuperación. Sí, le dieron la oportunidad de tener su licencia de héroe sin necesidad de repetir al siguiente año, pero no estaba ahí por gusto.

—Ah, es por eso, ¿verdad? Es el cumpleaños de Kirishima y te gustaría estar con él.

—¡Claro que no, bastardo, cállate!

—¿Ah sí? Pero si incluso le dejaste un regalo en el comedor, ¿no?

Bakugo se sobresaltó.

—¿C...cómo sabes tú eso?

—Porque te vi, anoche. Bajé por agua, pero al final no pude ir porque te vi ahí. Creí que te avergonzarías.

—¡Entonces por qué carajos sacas el tema ahora!

Sí, estaba avergonzado. Se había vuelto evidente por el sonrojo que ahora cubría sus orejas.

—Porque has estado más enojado de lo normal y me preocupo. Eres mi amigo.

—¡Tú y yo no somos amigos, bastardo de mierda! — Se dio la vuelta.

Mientras Bakugo caminaba en la dirección opuesta, sin mirarlo, apuntaba a Todoroki con su dedo de en medio. Todoroki no lo tomó a pecho y simplemente supuso que tenía la razón y se le pasaría cuando fuera capaz de verse con Kirishima.

Aun así, dejarlo así no le sentaba bien, así que se acercó.

—Bakugo.

No obtuvo una respuesta decente, el otro tampoco cesaba su paso.

—Si te parece bien, podríamos pedirle al profesor Mic que nos lleve a algún lado para que le compres algo a Kirishima.

—¿Por qué iría contigo y por qué tendría que comprarle algo si ya has visto que le hice un regalo?

Es cierto, pero sólo quería ayudarlo a calmarse un poco. Shoto sabía lo que era sentirse enojado por algo que no podías controlar. Claro, no era una situación comparable, pero entendía ese tipo de sentimiento. Así que, si había una forma de apoyar a su amigo (aunque él no correspondiera esa amistad), lo intentaría.

Katsuki suspiró antes de que Shoto pudiera dar una respuesta.

—Está bien — Dijo, sin voltear a verlo —. Hay un lugar al que me gustaría ir para conseguirle algo. Pero no quiero que lo comentes.

—Okay.

—Y necesito un favor.

(...)

Pasaban de las seis de la tarde cuando el par volvió a los dormitorios, aunque solo se vio a uno entrando por la puerta.

Al interior del edificio, todos los estudiantes seguían en la planta baja. Algunos comiendo, otros charlando, otros jugando videojuegos. Era evidente la temática cumpleañera, habiendo globos y serpentinas por el lugar. Shoto debía reconocer que había un gran trabajo de por medio. Y probablemente había sido Bakugo el responsable. Ya lo teorizaría después.

Sempiterno | KiriBaku/BakuShimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora