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Cuando el médico les informó que la operación de Bakugo había salido bien y que en breve podría comenzar a recibir visitas, Kirishima se sintió aliviado. Pero, incluso cuando se le permitió entrar a sus familiares y la madre de Katsuki insistió que podía entrar a verlo, pues sabía que eso haría feliz a su hijo, él se negó.

No se sentía lo suficientemente fuerte como para mirar a Katsuki herido, tendido en una cama de hospital. Saber que estaba estable era lo único que necesitaba.

Y también, creía un poco que era demasiado tonto de su parte. Si se convertían en héroes profesionales, serían heridos constantemente, y si seguía teniendo a Bakugo en su vida, seguramente en más de una ocasión tendría que verlo en estados similares.

Aun así, ahora no se sentía listo. Falto de sueño y con noches sin dormir, fue a visitar a Shoto, de quien había oído, despertó primero. Hanta le dijo que él iría a dar una vuelta para ver a Katsuki y eso le tranquilizó significativamente.

(...)

Más tarde, Eijiro escuchó que cuando su mejor amigo despertó su primera reacción fue levantarse para revisar el estado de Midoriya y tuvo que haber varias manos para detenerlo. Le hubiera gustado estar ahí, seguramente de esa forma, bueno, al menos él suponía, se habría tranquilizado más rápido.

Después se sintió egoísta por tener aquel pensamiento.

Ahora, con Katsuki en su habitación del hospital a la espera de que Deku despertara, Eijiro permanecía afuera, preguntándose cómo verlo. Claro que quería, pero no dejaba de preguntarse: ¿Qué si su presencia no era deseada? Se sentía débil por tener tantas dudas, más aún después de haber sido capaz de afrontar su mayor miedo al hacerle frente a Gigantomachia. Pero, aunque haya logrado aquello, afrontar sus propios sentimientos, más aún, sus inseguridades referentes a Bakugo, eran un tipo de reto diferente, uno que implicaba responsabilizarse de sus emociones por su mejor amigo, verlo en un estado más bien vulnerable y, si se permitía un pensamiento egoísta o dos, sentirse un poco triste de que Bakugo no haya pensado en buscarlo a él.

Sintió las lágrimas cerca de fluir, pero las contuvo arrugando sus ojos y apretando los labios. Mientras tanto, pensaba en cuánto había querido habar tantas cosas con él.

Luego de que comenzara a tener sus prácticas con Endeavor y Kirishima reanudara las suyas con Fatgum, sus conversaciones ocurrían principalmente mediante mensajes. Tenían aún pendiente la conversación respecto a su beso, que no había podido tener lugar entre las pasantías y sus responsabilidades escolares.

Hasta cierto punto, sentía que Bakugo había estado evitando esa conversación. No era que él la buscara tampoco, pero tenía la impresión de que cada vez que podrían haber hablado al respecto, Bakugo decía que tenía sueño, o le recordaba de algún proyecto pendiente, o simplemente cambiaba radicalmente el tema.

Aun así, todos aquellos días en los que Bakugo estaba lejos trabajando junto Endeavor, Deku y Shoto, no había noche en la que él no le enviara un mensaje para saber cómo estaba, si había terminado su tarea o si había cenado apropiadamente.

Bakugo se preocupaba por él.

Igual que cuando lo cuidó cuando enfermó; y cuando lo buscó aquella noche después de la batalla contra el Chie Hasaikai; y cuando le hizo todo tipo de regalos en su cumpleaños.

¡Bakugo se preocupaba por él!

Probablemente tanto como él lo hacía.

A punto de girar su cuerpo para entrar a la habitación del rubio, al elevar su mirada se topó con él de frente.

—¡Ah, Bakugo! — Rápidamente limpió la pequeña lágrima escurriendo de su mejilla para evitar que él la viera.

—Kirishima — Se detuvo — Iba a ver si podía escurrirme al cuarto de Deku.

—Oh.

Oh.

—Pero, está bien. Seguramente estará bien. ¿Quieres pasar?

¿Se habrá visto decepcionado? ¿Había dejado a ese egoísmo mostrarse? No sabía. Aun así, el hecho era que Bakugo desistió de aquel deseo al encontrarse con él.

—¿Quieres tanto ver a Midoriya?

No quería decir eso. No quería que sonara mal, al menos. No estaba celoso. No en ese sentido, al menos. Mucho menos con Izuku en un estado tan delicado. ¡Lo entendía! En serio que sí. Por eso, se sentía tan mal de tan solo pensar de esa forma.

—¿Estás celoso o qué? — Dijo, en un tono burlón.

Kirishima no respondió.

Pero sus cejas arqueadas delataron su respuesta.

—Kirishima, ¿estás celoso?

—¡No! ¡No es eso! — Mentir se le daba fatal — Ugh, es una emoción muy fea. No quiero sentirla. Y menos con Midoriya estando tan lastimado. Entiendo que quieras verlo. Oí que terminaste así por salvarlo. Creo que es natural que quieras ver cómo está después de que hicieras eso por él... Pero — se jalaba el cabello discretamente, con desesperación — sentí como si... no sé, quisiera que tú quisieras verme también.

Bakugo escuchó hasta el final antes de responder.

—Quería verte también. Pero ya te diste tú la respuesta, Deku y Todoroki estaban conmigo y vi sus estados. Supe que Todoroki estaba bien, así que quise ver a Deku porque... ugh, es un tonto, y seguro excedió sus propios límites, ¿sabes?

—Lo sé...

—Quería saber cómo estabas, pero Sero me dijo que todos los demás ya estaban bien y despiertos, así que, supongo que solo... Fui a ver a quien sabía que se encontraba peor. No quiero que suene a una excusa.

—No, lo entiendo. En serio. Perdóname por ese pensamiento egoísta.

Bakugo acercó su mano a la mejilla de Kirishima y la acarició suavemente.

—Antes de seguir, ¿podemos ir a sentarnos? Realmente esta herida me está matando.

—¡Ah, sí!

Luego de tomar asiento en la cama de Bakugo, él mismo continuó.

—Kirishima — Volvió a tomar su rostro.

—Hm — Cerró los ojos y se centró en sentir su toque.

—¿Estás bien?

—Podría ser peor— Aún no abría sus ojos.

—Quería verte.

—Bueno, quizá ahora me siento un poco mejor.

Ambos soltarQon una risilla.

—Bakugo.

—Qué.

—Estoy tan feliz de que estés vivo.

Unió su frente a la suya, aún con sus ojos cerrados. Katsuki imitó la acción.

—Y yo que tú estés vivo.

El rubio acariciaba la piel del rostro del pelirrojo en movimientos suaves y amables, que le hacían sentir ganas de llorar por el mero contacto.

—¿Sí?

—Claro que sí, idiota. Me importas — Tensó su agarre —, a veces tanto que me asusta — Dijo en un susurro, casi tan imperceptible, que le hizo a Kirishima dudar si había escuchado correctamente.

Quería reflejar que Bakugo siente preocupación y le importan Deku y Kirishima, así como otros personajes como Shoto, pero todos por motivos distintos. No voy a negar de ninguna forma que la relación entre el dúo protagónico es fuerte y profunda, pero no la veo, por ningún motivo, con un tinte romántico de por medio.

También quería hablar sobre cómo a veces tenemos sentimientos de los que queremos huir y emociones inexplicables, algunas complicadas o indeseables, pero que esas cosas nos vuelven humanos y lo importante es qué hacemos con ellas.

Espero que se haya comprendido como esperaba. 

Sempiterno | KiriBaku/BakuShimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora