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One day I will stop falling in love with you

Katsuki pensaba en Eijiro como su mejor amigo. Su relación con Izuku había mejorado considerablemente y él mismo había reflexionado sobre sus acciones del pasado ya tantas veces que, en ocasiones, se torturaba a sí mismo con el pensamiento.

¿Cómo podía Izuku ser tan amable como para interactuar con él con normalidad después de todo lo que había hecho? Se preguntaba. Igual que dudaba: Si Eijiro supiera todo lo que le había hecho a Izuku, ¿cambiaría su trato hacia él?

Aunque la respuesta le daba miedo, era una que necesitaba obtener, especialmente con la situación que ahora enfrentaban: Midoriya había tomado la decisión de dejar la U.A.

A pesar de que los estudiantes de la Clase A quisieron actuar de inmediato, los profesores y directivos no se los permitieron. Estaban a la espera de su oportunidad para la intervención, y en aquel 'mientras tanto', Bakugo supo que tenía que tomar su orgullo y tirarlo para hacer algo que debió hace mucho.

Decirle a Kirishima la verdad.

Así que, una noche lo invitó a su habitación para hablar. Estando Eijiro sentado en un cojín frente a la mesa de centro y él sobre su cama, con las piernas abrazadas a su pecho, comenzó a hablar.

—Kirishima, la razón por la que... —Tragó saliva, esperando que eso volviera más fácil la conversación — por la que te pedí que vinieras es que quiero hablarte de algo que hice mal.

Eijiro dejó de juguetear con un fidget que Katsuki tenía sobre la mesa para poner atención, mirándolo en el proceso. No dijo nada, sencillamente le dejó continuar.

—Desde hace años y hasta hace poco, yo molestaba a Deku. Y no me refiero a una burla ocasional o dos entre amigos. Estoy hablando de volver su vida imposible, de detonar explosiones en sus hombros, de intimidarlo, de dejarlo fuera, de... de decirle cosas horribles — No se sintió capaz de decir sus exactas palabras — Todo porque mi estúpido ego crecido me hacía sentir que solamente haciéndolo inferior a él, podría sentirme mejor conmigo mismo y yo... — Tomó una bocanada de aire, ahogando la sensación de llorar y la vergüenza que sentía—No sé si puedo seguir fingiendo que no hice algo horrible y que me merezco tener relaciones con otras personas. No sé si merezco que sigas aquí, tratándome así, siendo amable conmigo, como si yo no... hubiera hecho algo horrible.

Ni siquiera se dio cuenta de en qué momento, pero Eijiro ya estaba sentado junto a él. Cuando el pelirrojo se aseguró de haber sido visto, tomó una de las manos de Bakugo entre las suyas, tratando de generarle confort.

—Claro que lo que hiciste en el pasado estuvo mal, pero lo estás reconociendo — Buscaba su mirada —. Yo no he sido inconsciente de esto, así que no creas que me voy a apartar de ti.

Una primera lágrima salió de uno de sus ojos. Kirishima, rápidamente, usó uno de sus dedos para limpiarla y le sonrió gentilmente.

¿Cómo podía ser tan comprensivo?

¿Por qué estaba rodeado de cariño por parte de personas, si él no se sentía merecedor de ello?

—¿Por qué?

—¿Por qué qué?

—¿Por qué eres tan amable, maldita sea? — Cubrió su rostro con sus manos — Regáñame, grítame, ódiame. ¿Por qué no reaccionas así?

Kirishima no parecía entender, ¿por qué tendría que odiarlo por eso?

—Porque sé mejor que nadie de lo que eres capaz — Katsui bajó las manos ligeramente, para poder mirarlo —. Sé que eres sincero y que a tu manera, eres amable. Sé que reconoces los errores de tu pasado y estás dispuesto a afrontarlos, aunque te avergüencen. Sé que puedes decirle a él apropiadamente lo que sientes y yo te apoyaré. Porque eres la persona más fuerte, inteligente y valiente que conozco. Y aunque puedas tener una opinión distinta a mí, para mí, tú eres increíble. Y jamás, por nada del mundo, podría odiarte.

Un ser como Kirishima Eijiro estaba más allá de su comprensión. ¿Cómo podía existir alguien capaz de reafirmarlo con tanta facilidad? ¿Alguien que lo tranquilizara con sólo existir? ¿Alguien que mirara en lo profundo de él para tratar de comprenderlo?

¿Cómo podía existir alguien que quizá, sólo quizá, lo amara así?

Bakugo se permitió a sí mismo ser abrazado por Kirishima sin sentir ningún remordimiento o rabia o tristeza. Se permitió disfrutar del contacto y sentirse feliz de tenerlo en su vida.

Y él sólo pensó que, tal vez, algún día dejaría de enamorarse más y más de este hombre. Y, quizá, algún día, lo amaría tanto como él lo hacía.

Inconsciente del hecho, que Eijiro ya lo amaba tanto como él.

Haciendo el trabajo que Dios me mandó a hacer (mantener narrativamente relevante el KiriBaku en la trama del canon).

Estamos a dos capítulos del final del fanfic y, dependiendo de cómo vea la cosa, podría hacer un epílogo o un capítulo extra.


Sempiterno | KiriBaku/BakuShimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora