•08: El incendio •

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Santiago Pov

Llega a la oficina con ese aroma exquisito que la distingue de las demás, y es que aunque haya toda una multitud, la distingo entre todas por el armonioso perfume floral que siempre la acompaña.

Marianne es una chica que me saca de mis casillas algunas veces, me hace recordar a como solía ser el Santiago de antes.

Me es difícil identificar que es lo que me hace sentir esta chica, y es que he de confesar que desde que la vi en el subterráneo sentí una fuerte atracción hacia ella por sus piernas bien trabajadas, su cabello bien arreglado y su manera de morderse los labios como señal de nerviosismo, preguntándome, cómo se sentiría morderlos yo mismo.

Después, su manera de comportarse llamó mi atención, armo tal alboroto como si no le importara nadie a su alrededor. Era la protagonista de su historia y la estaba viviendo al máximo.

Convencido de que no la vería nunca más, decido bajar del subterráneo para solucionar algunos negocios que tenía pendientes antes de llegar a la oficina, y después de unas horas la encuentro en PEARL y mi padre me da la noticia de que será mi asistente.

Vuelvo a ver sus piernas y mi mente me traiciona, salgo a toda prisa del lugar y me encuentro a Madisson al regresar a mi oficina. Desde que llegó a la oficina siempre he visto su manera de coquetearme, así que envuelto en el deseo que aquella chica me había provocado besé a Madisson y una cosa llevó a la otra.

Para mi sorpresa, Marianne entra a mi oficina sin tocar como si se tratara de su propia casa y me encuentra con Madisson en mi escritorio. Era toda una revolución estar cerca de ella.

Intenté controlarme todos los días desde su llegada, he resistido tanto las ganas de tomarla entre mis brazos y tenerla solo para mí, pero esta vez, después de mucho tiempo, tengo miedo.

Y aquella noche cuando la besé supe que si lo seguía haciendo no habría vuelta atrás, así que aunque me muero por devorar sus carnosos labios debo ser fuerte ante la tentación.

Por suerte, ella no recuerda nada de lo sucedido, y me parece perfecto, así podemos hacer como que nada pasó.

(...)

—¿Entonces si vamos con las strippers?—propone Adrien, sentado frente a mi escritorio en mi oficina.

—Te he dicho que no—respondo.

—Te has vuelto tan amargado, claro, como tú eres el jefe ninguna mujer se te resiste. En cambio yo, tengo que buscar y buscar. Aunque... ¿tú crees que Mar acepte salir conmigo? Llevamos dos semanas conociéndonos y realmente me agrada.

—¿Mar? ¿Marizza?—pregunto.

—Obvio no, estúpido. Hablo de Marianne. ¿Tú crees que ella acepte salir conmigo?

—No creo que seas su tipo—responde.

—¿Por qué no? Me he esforzado en el gimnasio, incluso he comido mejor.

—Sabes perfectamente que opino sobre las relaciones amorosas, son solo pérdida de tiempo.

—Pero Marianne es diferente. Es espontánea, divertida, ingeniosa, muy muy inteligente, y debes de admitir que es muy guapa, ¿o me vas a decir que no lo has notado?

Inesperadamente, tú +18 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora