•25: Una esperanza •

672 40 3
                                    

Santiago pov

Continuo con mis sentimientos a flor de piel en cuanto bajamos de la ambulancia una vez que estamos en el hospital y comienzan a intervenir quirúrgicamente a Marianne.

Jamás en mi vida había sentido tanto temor, su estado era bastante critico, me lo habían dicho los médicos, pero me aferraba a una esperanza. Nuestra historia no podía terminar así de rápido, tan fugaz como un sueño.

Anhelaba poder verla en el altar, con su vestido blanco, dispuesta a compartir su vida a mi lado, la veía con nuestros futuros hijos corriendo en el jardín de nuestro hogar, dos o tres pequeños corriendo a nuestro alrededor. La imaginaba envejeciendo a mi lado, haciéndome reír cada día de mi vida, y yo siendo la razón de su sonrisa cada mañana.

Por Dios, no podía ser el fin.

Caminaba impaciente de lado a lado en la sala de espera, esperando algún diagnostico positivo, alguna noticia de parte de los médicos. Leah se mantenía en un sofá recostada al hombro de Adrien, sin poder contener su llanto.

Suelto un suspiro al observar la hora en el reloj colgante en la pared de la sala de espera, está por amanecer y finalmente aparece uno de los médicos.

Mi corazón quiere abandonar mi pecho cuando lo observo. Su mirada es seria y se detiene frente a mí.

—¿Y bien, Doctor Williams, cómo se encuentra Marianne?—Pregunto, con desesperación.

Leah y Adrien se colocan a mi lado, esperando una respuesta por parte del médico, ambos lo observamos con atención y finalmente agrega:

—Hemos podido extraer la bala de su cuerpo—dice, observando un par de documentos que lleva en sus manos, leyendo el expediente de Marianne—estaba perdiendo mucha sangre, pero logramos estabilizarla, sigue algo delicada, pero está fuera de peligro.

Mi alma quiere volver al cuerpo, siento un alivio recorrer cada parte de mi ser. Adrien y Leah se abrazan con fuerza, y yo solo quiero verla, encontrarme con sus perfectos ojos, sentir su tacto, saber que sigue aquí conmigo...

—¿Puedo pasar a verla?—pregunto.

—Me parece que por el momento no es lo correcto, la señorita debe recuperarse, no debe alterarse por ningún motivo.

—Comprendo—respondo.

—Sé lo preocupados que están, y créame que en cuanto sea posible el que puedan pasar a verla, yo mismo les haré saber.

Se retira de la sala de espera, y Leah junto a Adrien me atrapan en un abrazo.

—Marianne es muy valiente—dice Leah—sabía que podría con esto y más.

(...)

Las horas transcurren, Leah y Adrien decidieron irse a descansar un poco, y yo decidí quedarme aquí, esperando alguna noticia de parte de los médicos. Hemos avisado a la familia de Marianne sobre lo ocurrido, y tomaran el primer vuelo hacia New York.

Mi padre decidió acompañarme, permanecer a mi lado en este momento tan difícil, y realmente se sorprendió de las atrocidades que había causado Noelle.

Llamé a la comisaría, y me informaron que permanece detenida por intento de homicidio. Sin embargo, recuerdo su mirada perdida al llevar a cabo sus acciones, realmente le dolía lo que había sucedido.

Tenía razón en algunas de sus palabras, fui yo quien le advirtió a su hermana Dinorah sobre lo que sucedía entre su esposo y su hermana, no era correcto. No quería perderla porque en su momento fue una persona especial en mi vida, y sabía que Edson solo la manipulaba, la llenaba de inseguridades, porque un día le decía que era el amor de su vida y al otro era un persona completamente indiferente. Y yo... quería hacerla feliz, porque estaba enamorado.

Inesperadamente, tú +18 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora