Capitulo 36 /prt2

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Miel Vogrincic.

Los siguientes días pasaron muy rápido, volando diría yo, jamás había sentido como el tiempo se escapa de mis manos hasta que comencé a entender que cada minuto que pasaba junto a los chicos se volvía un recuerdo muy rápidamente, lo cual me hacia disfrutar más cada segundo con ellos aunque me desesperaba el hecho de que todo pasará tan rápido, pronto todo acabaría.

Las noches junto a Pipe habían sido las mejores en semanas, en todos los sentidos, extrañaba mucho todo de él. Los días también eran los mejores aunque trataba también de pasarlo con los chicos; Con Matías conversábamos todos los días con total tranquilidad, como si hubiese tiempo o como si en unos días más no nos tuviéramos que despedir nuevamente y eso me hacía muy bien. Por otro lado, con Malena hacíamos tardes de chicas y Juani, como en los viejos tiempos, muchas compras y muchas mascarillas, además planeabamos el futuro de los bebés como si dependiese de nosotros. A veces estaba sola con Juani y jugábamos FIFA para distraernos del hecho de que pronto nos iríamos, pero siempre terminabamos llorando en silencio. Somos sensibles.

—No me despertaste— Pipe me miró con los ojitos hinchados. Estábamos durmiendo siesta, aunque yo no pude pegar un ojo en toda la tarde.

—No dormí...— Negué con la cabeza.

—¿Que pasa?— Me envolvió en sus brazos de forma cuidadosa y acarició suavemente mi cabello.

—Solo pensaba— Negué con la cabeza acurrucandome en sus brazos.

Mi celular comenzó a sonar y atendí la llamada con pocas ganas.

—Enzo, ¿Todo bien?—

—Necesito decirte algo y que lo tomes con calma—

Esas palabras fueron suficientes para que yo entre en pánico.
Tomé una postura seria y me acomodé pensando lo peor.

—¿Es grave?—

Pipe levantó la cabeza y me susurró preguntando qué pasaba Pero solo me encogí de hombros y puse el alta voz.

—Me llamaron de tu universidad y la calificación con la que aprobaste una materia no es suficiente para que pases al siguiente año, por eso te quieren dar una segunda oportunidad de hacer el examen final... Eso es bueno, pero lo malo es que tenés que venirte ya para Montevideo, te tomarán la prueba en unos cinco días más y claramente necesitas preparación—

Con Pipe nos mirábamos con pánico.

—¿Miel?... ¿Estás ahí?—

Solo miraba el celular en silencio, no podía creer lo que estaba escuchando, no me quería ir, no estaba preparada mentalmente para eso.

—¿Miel?—

—Acá estoy... No me quiero ir— negué con la cabeza.

—Tenes que hacerlo, tu vida está acá en Uruguay, a parte te quedaba solo una semana, sería lo mismo— Enzo se escuchaba calmado.

—No es lo mismo, ¿Cuando se supone que tengo que viajar?— Agarré la mano de Pipe.

—Saqué pasaje para mañana por la tarde—

—¿Me estás jodiendo?—

—Hablamos en casa, si?. No me falles, o mejor dicho no te falles a vos, se trata de tu futuro. Te mandaré la información por Whatsapp, lo siento mucho...— Dicho esas palabras, Enzo cortó la llamada.

Con Pipe nos abrazamos fuertemente y comenzamos a llorar sin consuelo, por fin iba todo bien, nos teníamos el uno al otro y nos habiamos acostumbrado a nuestra compañía. Pero todo lo bueno tiene su fin.

—No me quiero ir— Negué con la cabeza aún abrazada a Pipe, él no decía nada, solo apoyaba su mejilla con la mía mientras me envolvía fuertemente con sus brazos.

—Juani, puedo escuchar tu respiración— Pipe levantó la mirada y la puerta se abrió lentamente.

—Yo solo pasaba— se excusó —No quería escuchar pero estas paredes son... No quiero que te vayas— Suspiró con los ojos lloroso y se acercó a mí con los brazos abiertos. Los tres nos abrazamos.

Después de llorar juntos un rato, tuve que ir por Malena y Matías, se tenían que enterar por mi más que por los ojos hinchados de los chicos.

Toqué la puerta suavemente.

—Pasa, Mielcita— Male respondió al instante.

—¿Cómo sabes que soy yo?— Entré viendo una escena muy divertida. Malena le estaba haciendo mascarillas a Matías.

—Eres la única que toca la puerta, los chicos son unos animales— negó con la cabeza.

—Apurate, tu voz me hace doler la cabeza— Matías me miró levantándose de la cama.

—Tengo que decirles algo...— Me acerqué cautelosamente a mis mejores amigos.

—Te vas.— Malena afirmó 100% segura.

Instinto materno (?.

Asentí con la cabeza.

—Peti— Matías me miró preocupado y se acercó rápidamente para abrazarme, mientras quitaba la mascarilla de animalito de su cara.

Malena no se quedó atrás y nos abrazó fuertemente.

—¿A dónde vas?, ¿Por qué?, ¿Molesto mucho?. Puedo cerrar el orto si me lo pedís— Aseguró preocupado.

—No es por vos, jamás me podría ir por la culpa de ninguno de ustedes— Le hice un mimito en la mejilla y besé suavemente la de Malena. Seguido de eso les expliqué lo sucedido con mi universidad.

—Ni siquiera te gusta la carrera— Malena negó con la cabeza indignada.

—Me re gusta— me encogí de hombros.

—¿Gestión de empresas?... Claro, justo vos— Matías me miró dudando mientras se alejaba de nosotras.

—No querés eso para vos— Malena negó con la cabeza.

—Obvio que quiero...— me encogí de hombros —Además, ganaré mucho dinero—

—¿Y si no fuese por la guita?— Matías se puso la remera sin dejar de mirarnos.

—Estudiaría música para poder ser directora de orquesta o pianista— Reí con nostalgia —Que locura...—

—¿Que te detiene?— Malena se encogió de hombros.

—Jamás podría llegar a ser una pianista reconocida, es muy difícil, prefiero ser una empresaria multimillonaria que morir de hambre tocando un teclado tras bambalinas en un teatro, para musicalizar una obra pedorra—

—Sos re hater, tenés que trabajar en tu autoestima— Matías negó con la cabeza.

Durante la tarde ninguno de los chicos se me quiso despegar, me seguían para todos lados, así que aproveché de pedirles ayuda para hacer mis valijas, sobre todo a Malena que hace todo bien.

—No te vayas... Dale— Juani agarró un par de zapatillas que dejé tiradas en el living.

—Lo único que quiero es quedarme— Apoyé la cabeza en el pecho de Pipe.

Juani metió mis zapatillas a uno de mis bolsos y lo cerró.

—Bueno, que no decaiga... Aún tenemos el resto de tarde y algo me dice que nos veremos pronto— Malena acarició mi rostro y luego sonrió —Vamos a la playa, vayan a cambiarse. No acepto "No" como respuesta—

Claramente hicimos caso y luego de cambiarnos salimos todos juntos a pasar una linda tarde en la playa. La última tarde.

[...]

Holaaaa.

Lamento recordarles esto, pero estamos en la recta final, yo creo que hayan más de 40 capitulos. 

Subí el cap anterior hace poco, para que vean que acá se labura.

Vení conmigo || Felipe Otaño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora