Caitlin consigue el trabajo de su vida, trabajando como científica de datos para un equipo de Fórmula Uno -El escape perfecto para una chica que viene de una mala roptura-. Pero en su nuevo entorno, Caitlin pronto comienza a preguntarse si este es r...
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No puedo dejar de pensar en eso. Ese año. Todo ese maldito año. Estaba constantemente caminando sobre hielo, siempre aterrorizado de hacer algo que pudiera hacerla estallar. Al principio parecía tan inocente, pero poco a poco, esas cosas empezaron a aparecer. Y solo después, al reflexionar sobre todo en su conjunto, pude verla por lo que realmente era.
Lo primero que recuerdo que me molestaba era cómo siempre llevaba la cuenta, nada nunca se daba por terminado o completo. Claro, todos guardamos rencor por algunas cosas, pero esto era diferente. Estoy convencido de que hacía cosas por mí, incluso si iba en contra de su propio interés, solo para que un día pudiera echármelo en cara, recordándome una y otra vez todas las cosas horribles que había sacrificado por mí, y cómo yo no había sacrificado nada. Su carrera, su educación, su familia. Pero, ¿realmente cree que yo no he hecho sacrificios también? Yo tampoco veo a mi familia.
Unas semanas después noté lo siguiente, de repente yo era la roca de Hallie, su modelo a seguir. No tardé mucho en cansarme del "No podría vivir sin ti, eres el único que puede hacerme sentir mejor". Las manipulaciones emocionales que recibía por tener una carrera que me mantenía lejos de casa. Como si la estuviera decepcionando cada vez que me iba de casa por unos días a trabajar. Era mi culpa que ella estuviera miserable. Nadie debería hacerte responsable de su felicidad o usarte como una herramienta para mantener sus problemas a raya.
Luego vinieron las críticas. "¿Por qué lo haces así? Eres un idiota, ¿no te diste cuenta de que eso iba a pasar? ¡Si solo lo hubieras pensado! Te olvidaste otra vez, ¿verdad? No te encorves. Siéntate derecho. Deja de comportarte como un niño." ... ¿deja de comportarte como un niño? Cuando estoy jugando con mis propios hijos. Sí. Claro.
Al reflexionar, fue una mierda desde hace mucho tiempo.
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Sebastian cerró el cuaderno.
Una alerta apareció en su teléfono: "Reunión informativa de Fórmula 1 2017-8, Recordatorio: 1 hora".
