Domingo por la noche.
El equipo había terminado en un respetable tercer y cuarto lugar, lo cual, dada la dominancia de Mercedes, era todo lo que realmente podían esperar. Pero si Caitlin pensaba que el domingo no podía empeorar, se equivocaba.
Fue el análisis posterior más incómodo que recordaba. Todos en la mesa habían visto o escuchado sobre la confrontación entre Hallie y Caitlin, y parecía que todos habían decidido unánimemente que lo mejor era hacer la vista gorda y actuar como si nada hubiera pasado.
Caitlin llegó a la sala de reuniones en la parte trasera de la zona de hospitalidad un par de minutos más tarde de lo habitual. Su asiento habitual, el tercero desde el medio en la primera fila, estaba vacío como siempre. Pero justo ahí, en el segundo asiento desde el medio, podía ver la parte trasera de la cabeza de alguien. Alguien con cabello rubio oscuro y una gorra roja muy distintiva adornada con una bandera alemana.
"Oh, por el amor de Dios."
Miró alrededor de la sala, buscando desesperadamente un asiento vacío en otro lugar. Los únicos otros dos estaban en la última fila, y Caitlin sabía que tendría que hablar demasiado para poder sentarse allí.
Lentamente, tomó su lugar en su asiento habitual.
Seb no giró la cabeza para mirarla, no reconoció que ella se había sentado. Simplemente continuó sentado allí, mirando resueltamente la pared frente a él, esperando que llegara Maurizzio.
Caitlin hojeó sus notas, preparándose de la manera habitual para la sesión de análisis; pero no las estaba leyendo. Todo lo que podía pensar era en Seb sentado inmediatamente a su lado, ambos esperando a ver qué haría el otro.
Seb fue el primero.
Se movió inquieto en su silla, ajustándose ligeramente para que su rodilla se abriera y tocara suavemente la de ella.
Japón estaba caliente: ambos llevaban pantalones cortos. Caitlin sintió un cosquilleo agudo donde su piel se encontraba con la de Seb; por un breve momento se sintió eufórica. Su piel parecía estar ardiendo, la sensación se extendía por su pierna, por todo su cuerpo y de repente apretaba su pecho. Podía estar enojada con Seb, pero ese fuego animal seguía allí. Todo lo que quería era besarlo.
Caitlin movió su pierna media pulgada a la izquierda, y de inmediato sintió que su piel dejaba de arder y su ritmo cardíaco comenzaba a normalizarse.
Seb se movió inquieto, cambiando toda su posición en la silla hasta que sus rodillas volvieron a tocarse.
Con una inmensa fuerza de voluntad, Caitlin levantó su pierna derecha y la cruzó sobre la izquierda, más allá del alcance de Seb.
Era como un juego de ping pong.
"Caitlin," susurró desesperadamente, suplicante. "Nova-."
"No, Seb."
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Just Drive || Sebastian Vettel
FanficCaitlin consigue el trabajo de su vida, trabajando como científica de datos para un equipo de Fórmula Uno -El escape perfecto para una chica que viene de una mala roptura-. Pero en su nuevo entorno, Caitlin pronto comienza a preguntarse si este es r...