Caitlin consigue el trabajo de su vida, trabajando como científica de datos para un equipo de Fórmula Uno -El escape perfecto para una chica que viene de una mala roptura-. Pero en su nuevo entorno, Caitlin pronto comienza a preguntarse si este es r...
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Lunes
Caitlin se despertó a la mañana siguiente con la garganta muy seca. Abrió los ojos y miró a su alrededor en la tenue luz de la habitación de hotel en Londres.
El sonido de una taza colocada en una mesa vino desde atrás de ella, y se giró para ver la fuente del ruido.
"Buenos días, dormilona", dijo Charlotte alegremente, sentada en la cama y hojeando algo en su iPad, con el pelo recogido en un desordenado moño en lo alto de su cabeza.
"Buenos días", murmuró Caitlin, "¿estás bien?"
"Sí, solo revisando algunas cosas". La mayoría del equipo tenía el lunes después de una carrera libre, pero Charlotte, que era una adicta al trabajo obsesiva, siempre sentía la necesidad de pasar un par de horas haciendo algo de control de daños de relaciones públicas, independientemente de si era día libre o no.
"Mmm". Caitlin se frotó los ojos somnolienta, "¿qué hora es?"
"Casi las 10".
Eso despertó a Caitlin. Se levantó y puso los pies en el suelo.
"¿Estás bromeando?"
"No. Son las 9:54. ¿Qué pasa?"
"¡Debo encontrarme con Seb en Marylebone en media hora!"
Caitlin se levantó y se dirigió al baño para lavarse la cara.
"Oh, ¿esto es una primera cita?", llamó Charlotte por encima del sonido del agua corriente.
"No, solo un día juntos, quiere ver Londres".
"Entonces, ¿por qué vas a Marylebone?", se burló Charlotte.
Caitlin asomó la cabeza por la puerta del baño y le sonrió a su amiga. "Quiere ver mi Londres".
"¡Ooooooh, tu Londres!" se rió Charlotte, imitando la voz de Caitlin.
"¿Cuáles son tus planes para el día?" preguntó Caitlin, volviendo a la habitación y rebuscando en su bolso. Sacó un par de pantalones cortos de mezclilla y una camiseta gris de cuello en V suelta.
"Espero encontrarme con mi mamá y mi hermana," respondió Charlotte, guardando su iPad y levantándose de la cama también. "Necesito contarles mis noticias, ¿verdad?"
"Ah, sí, por supuesto. Espero que todo salga bien", Caitlin se puso sus sandalias y tomó su bolso. "Te veré esta noche."
"¿Lo harás?" preguntó Charlotte con malicia. "¿Crees que volverás a mi habitación de hotel esta noche?"
"Cállate", dijo Caitlin con una sonrisa traviesa. "Nos vemos luego."
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