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Segundo acto: El informante entra en escena

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Segundo acto: El informante entra en escena


_Traje un poco de sushi ruso – dijo Joe al entrar a su apartamento – ¿Alguna novedad?

_ Parece que no, la ducha esta lista – le contesto un chico con gafas y cabello azabache.

_Pronto recibiremos visitas Keil, asegúrate de atender bien a nuestro invitado

_Entendido

Joe comenzó a desvestirse en el cuarto de baño, su cuerpo no era literalmente el mejor, podía estar orgullosa de sus piernas y trasero, pero no de su pecho; aunque siempre fue de un pensamiento un tanto raro, pues decía que algo como la poca masa mamaria le era un estorbo. Como explicarlo, sentía atracción por los pechos poco voluptuosos.

_Que calor

Estaba exhausta, correr cinco calles a toda velocidad para poder alcanzar al rubio, chocar intencionalmente con él y hacer de la tía buena no era lo suyo. Simplemente existía en el universo, manteniéndose atareada con tanto ajetreo del día. Si al menos el hombre más fuerte de Ikebukuro no se moviera tan rápido por las calles.

Sentía que era un fantasma capturando a Pacman, demasiado ejercicio.

Decidió olvidar el asunto, y después de veinte minutos recostada en el baño por fin salió de la tina, tenía una toalla aferrada a su cuerpo y el cabello todo hecho nudos. Ocuparía demasiada crema para peinar.

Busco algo cómodo para estar en casa, sus preferidos pantalones café estilo Aladino y la sudadera negra básica. Amaba estar descalza, pero conociendo a su compañero de piso mejor opto por usar un par de pantuflas; la regañaría por dejar sus huellas marcadas en el azulejo.

Reflexiono un poco, Shizuo sí que era su tipo; alto, guapo y de agradable torso. "Apuesto a que su espalda debe ser preciosa"  "Tonificada" imagino.

Mientras cepillaba su melena regreso a donde su ayudante para recostarse sobre el sofá, la tenue luz roja de la lámpara ofrecía un completo ambiente de tranquilidad, mientras que con los ojos cerrados se hundía en su más depravada imaginación. Adoraba cuando todo estaba tan apacible, escuchando blues de cafetería y bebiendo jugo de manzana; o al menos eso fue hasta que el sonido de la puerta termino irrumpiendo.

"¿Quién será?" vacilo para sí misma, claro que intuía de quien se trataba. Consiguiente a esto hizo una seña a Keil para que abriera la cancela.

Escucho los pasos a través del eco en las habitaciones, cada vez más cerca y más cerca, aunque ya con los ojos abiertos solo miraba al techo. No era tan buena actriz.

_Esto sí que es una sorpresa, el gran Orihara Izaya ha venido a darme la bienvenida personalmente – ni siquiera volteo a verlo – me desconciertas informante.

_Pareces halagada de mi presencia ¿No es así?

_Obvio, eres mi ciudadano favorito – aplaudió – apuesto a que yo también lo soy para ti, o es que – rio – ¿estas enfadado?

_Solo he venido a advertirte que tú no encajas en mi tablero, me estas causando problemas – una mueca divertida se formó en su rostro – aléjate.

_Pero tú sí que encajas en mi juego

_Podría odiarte tanto como a Shizuo

_Acaso ¿Me estas reconociendo como rival? – se colocó recta sobre sofá chocando miradas de odio, el ambiente era pesado en esos momentos – ¿O debo tomarlo como una declaración de amor?

_Quien sabe – rápidamente se encimo sobre ella quedando en una postura un poco atrevida – ¿Tu qué piensas?

_No eres capaz de asesinar a alguien con tus propias manos, así que mejor aleja la navaja de mi cuello o terminaras con un agujero en la cabeza – Keil, su ayudante, lo apuntaba con un arma de fuego – ¿Sabes? Soy una persona muy divertida si me lo propongo. Aquí tienes – introdujo un par de lombrices de goma en su boca.

_ "Joe" un humano poco común, si te metes con fuego ten cuidado de no quemarte – salió por la puerta sabiendo que la situación se le había salido de control.

Inmediatamente el castaño socorrió a su amiga.

_ ¿Te encuentras bien con esto Joe? – dijo el chico de lentes preocupado.

_No te preocupes, terminara regresando. Cambiando el tema ¿tienes tiempo para jugar un poco conmigo? estoy aburrida, realmente aburrida – hizo un gracioso puchero inflando sus mejillas.

_Claro, será todo un placer ¿Qué jugaremos esta vez? ¿póker o baraja española?

_ ¡Baraja española! – grito muy feliz mientras de la alacena sacaba una botella de sake y botanas – nunca te veo sonreír con otra persona que no sea yo, deberías abrirte más hacia la sociedad. Pensare que eres un rarito.

_No lo creo, pues es divertido estar con alguien de quien no sabes con que atenerte.

_ Muy bien



(...)En otra parte de Ikebukuro

_Matare a la pulga, matare a la pulga, matare a la pulga, matare a ese bastardo de Izaya – repetía un teñido furioso al jinete sin cabeza.

_Cálmate Shizuo, pelear es malo, muy malo, anda respira. Aquí tienen Sushi por parte de la casa – dijo un ruso alto de tés morena – ¿Quién era la linda chica que te acompañaba?

_ {Gracias Simón} – escribió la motociclista negra – {yo también tengo curiosidad ¿Quién era?}

_Alguien nuevo. Me mancho el traje por tropezar.

_ {No le hiciste nada ¿Verdad?}

_No, se ofreció a llevarlo a la lavandería y después a comer un poco de pescado, intente negarme, pero dijo que de cualquier modo debía llevar algo de comida a casa.

_Si, una chica muy linda, una chica muy hermosa, ojos grandes, tal vez extranjera, con gran carisma, adorable, muy amable – Simón seguía diciendo cumplidos sobre la joven.

_ {Me alegra que te hayas cruzado con ella, si no fuera por eso podrías estar en la cárcel inculpado por el asesino del metro} – volvió a escribir en su celular

_ Supongo que tienes razón.

_ Supongo que tienes razón

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Izaya y la ImpredecibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora