6

1.4K 114 4
                                    

Dulce, dulce caramelo de piña

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dulce, dulce caramelo de piña.


La rusa dirigió su puño con bastante ira, realmente parecía querer asesinarla con sus propias manos, no obstante, su contrincante ponía en ridículo sus intenciones. Simplemente carcajeaba a lo bajo. No parecía importarle demasiado.

_No intentes hacer algo que nunca podrás – detuvo el golpe.

_Solo yo matare a Shizuo, no te acerques a él.

_Lamento decirte esto: Yo puedo tenerlo comiendo de mi mano si así lo deseo ¿ok?

Ambas fueron interrumpidas por el gerente del lugar, "que pena" razono un poco. No permitiría quedar como la mala del cuento, así que prosiguió con su pequeño discurso.

_Vorona, solo te pediré un favor: No te metas en las relaciones de los demás, si lo deseas para ti simplemente díselo, él es libre de elegir – expulso un puchero – ¿Qué te parece si volvemos? parece que nos esperan.

_Bien

Al momento de incorporarse se sentía la tensión, aunque la violinista intentara disimular con sus mil mascara le era casi imposible, había una fiera que sin palabras repetía "Te le acercas y veras de lo que soy capaz". Como la persona tan temerosa, sensible y educada que era, decidió aceptar su reto. Después de todo sería divertido.

Ver como la chica moría de celos le alegraría el día, después de todo, al final terminarían juntos. No había perdidas si invadía un poco en la historia.

_Shizuo ¿Puedo sentarme contigo?

_Claro – dijo con los cachetes rojos.

Tomo lugar a su lado haciendo la cara más dulce que se podía ocurrir, bajo un poco la vista avergonzada y tironeo el puno de su camisa. Un "Te tengo" sin comentarios.

_ ¿Es verdad lo que dijo tu jefe? ¿Te preocupaste por mí? – sorbió hondo de la bebida del bartender, realmente incomodo – perdón por la pregunta tan repentina, si no quieres contestar está bien.

Le dio palmadas a su espalda, pues casi se ahoga con la pregunta. Que tontuelo el muchacho, era un pequeño niño.

_Claro que se preocupó, no paraba de voltear a todos lados además de estar muy distraído – protesto su superior Tom.

_Es muy lindo de tu parte – dio un mordisco a un panecillo de mora azul, a lo cual el rubio limpio sus comisuras que a propósito embarro. Estaba tan enmelado en sus labios que si no hubiese tantas personas podría robarle un beso fugaz.

Todos los notaron, esa mirada con la que todas las mujeres soñamos. Esa mirada encantadora de que tienes a un hombre que solo tiene ojos para ti y nadie más.

Le hubiera gustado jugar un poco más con Vorona, pero el inoportuno celular tintineo. Tal vez devolver la mirada y ensuciar un poco su rostro; devolver el favor con el típico "deuda pagada". Un lindo ademan y para finalizar un rose de narices.

Izaya y la ImpredecibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora