Una nueva chica a llego a Ikebukuro, pero nadie se percato de su presencia hasta tres meses después. Ni el mismo Izaya lo noto.
Alguien completamente impredecible, infantil, arrogante, con falta de motivación y aburrimiento constante.
Orihara se da...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cada cual tiene su modo de matar pulgas.
En un principio todo era obscuro y sin sonido, el camino al mas allá se presentaba grato y apacible. Juraba haber escuchado a los querubines tocando el arpa y aleteando en las alturas.
Fue entonces cuando la luz de la habitación se hizo presente.
_ ¿Eh? – miro a todas las paredes – ¿Dónde estoy?
_Despertaste, ya era hora de que hicieras presencia ante el gran Orihara Izaya – le miro incrédula – no puedes cometer suicidio sin pedirme permiso Joe. Recuerda que soy dueño de cada persona en la zona.
_Imbécil de mierda – susurro
_Tranquilízate Joe-chan, no es como que no te quiera matar.
Sin aviso ni permiso Joe comenzó a desprenderse de la intravenosa con fuerza bruta, solo dios sabia lo que planeaba ese demente.
_Sosiégate Joe-chan, por el momento me importan poco mis travesuras. Solo vengo a reclamar lo que es mío.
Sus muñecas sangraban por las pequeñas agujas que alejo de su cuerpo, o eso fue hasta que un par de pálidas manos la sujetaron a la camilla. El agarre fue tan firme que casi le corta la circulación de los brazos, le observo fijo y declaro irónico:
_ Te han dicho lo sexy que luces con bata, apuesto a que no traes nada debajo de esa tela.
_ ¡No! ¡Déjame morir Izaya! – opuso resistencia a las ataduras creando un gran disturbio en la habitación – te lo ruego, por favor.
_No
_Odio este lugar, sácame de aquí – lo miro con sus ojos completamente cristalizados – por favor... Izaya, te lo suplico – sus lágrimas se amontonaban intentando poder salir y recorrer su rostro.
El cuarto se llenó de un vacío donde el informante quedo mudo ante esos gestos de auxilio que le provocaban ¿felicidad?, era la primera vez que Joe mostraba una expresión diferente para ofrecerle que no fuera las tan conocidas de odio a su persona.
Se incorporó una vez más en el banquillo junto a la joven que ahora estaba un poco más apacible.
_Te sacare de aquí, pero... ¿Cómo te sientes?
_Pues aun respiro y sigo viva, supongo que bien – rio para la sorpresa del pelinegro.
_ ¿Cómo puedes fingir que no pasa nada cuando intentaste suicidarte?
_De la misma manera en que tu finges que te importo
_Es de mala educación hablar con la cabeza vacía, te saldrán gusanos en el cerebro.
_Cállate idiota
El médico entro con un par de papeles en las manos observando a la joven detenidamente, prosiguió a darle estos al pelinegro que con gusto los firmo y acompaño a otro cubículo alejado de la paciente que aún permanecía débil. Era un hecho, no se quedaría esperando a que la "rata de barco" le hiciera más infeliz la vida.
Aflojo su amarre para salir por el pasillo aun tambaleándose por la anestesia, camino hasta la entrada donde robo un saco de la sala de espera, no obstante, para su sorpresa alguien toco su hombro llamando su atención.
_ ¿Joe?
_ ¿Shizuo? – abrió los ojos nerviosa como si fueran a explotar – He... lo siento, creo que te confundí – camino a la entrada rápido escapando del rubio.
_ ¿A donde crees que vas?
Y como en toda esta historia, sin permiso y advertencia la tomo de la cintura cargándola con un brazo de regreso a emergencias. Esos músculos si que se daban a desear.
_Te encontré Joe-chan, ya podemos irnos a nuestra luna de miel.
_ ¿Su luna de que?
_¿Shizu-chan? ¿Qué haces aquí?, apuesto a que dejaste en mal estado a un pandillero – dijo el informante estupefacto ante la escena – en fin, no es mi problema. ¿Nos vamos querida?
_Maldita pulga
La vibra había cambiado a una más pesada en menos de un segundo. Ambos rivales mostraban distintas caras de una moneda, donde el objeto a apostar estaba a un lado con rostro de no querer saber lo que ocurriría.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.