Haber salido de una relación tóxica lo hizo cambiar completamente para no salir dañado por otra persona aunque esta tenga buenas intenciones. Al ver a ese chico durante algunos meses le hace recordar cómo era él antes de esa relación, cosa que lo ha...
Chan se removió en la cama al sentir una incomodidad por su cuello, así abrió sus ojos para estirarse volteando al otro lado para encontrarse al coreano, pero no fue así. Un sentimiento de tristeza se formó en su pecho, no era la primera vez que Bin se iba antes de que llegara a despertar y eso no le gustaba para nada. La puerta de la habitación se abrió, dejando ver al coreano con una bandeja en manos que traía el desayuno que preparó minutos antes.
—Buenos días —sonrió dejando la bandeja en el velador.
Bang recibió un tierno beso en su frente, cosa que lo hizo sonreír y dejar a un lado sus malos pensamientos de Changbin. No debía de desconfiar del coreano o debía empezar a tener más seguridad en el mismo para que no cometa cosas que puede que lleguen al final de algo que no han iniciado.
—Pensé que te habías ido —se acomodo sintiendo su cuerpo pesado.
—Chan, no hago las mismas cosas dos veces. Solo me levanté temprano por mi reloj mental —se encogió de hombros ayudando al australiano, tal vez ayer se le fue la mano —. Nunca tomaría a alguien como un juego, ni mucho menos a alguien como tú mi Channie.
Chan tomó al menor por la playera para acercarlo a él y robarle un beso en los labios. Bin sonrió ante aquel atrevimiento que tomó su mayor, al alejarse colocó la bandeja con el desayuno sobre las piernas del mayor.
—¿Que hablaste con el chico del M/V?
Bang quedó en silencio mientras llevaba a su boca una rebanada de pan con huevo. Sentía la mirada de Changbin sobre esperando a que le respondiera lo que le preguntó.
—Quedamos de acuerdo en que él buscaba un restaurante para una parte del vídeo, y yo debería de conseguirme un gimnasio… —volteo a ver a Changbin que se quedó en silencio.
—¿Y cómo planeas hacerlo?
El australiano se encogió de hombros. En la habitación el silencio reinó hasta que un murmullo de Changbin lo hizo carcajear.
—Si seré el rey de los pendejos —negó levantándose.
El pelinegro terminó de desayunar sin la compañía de Changbin que salió de la habitación mirando su celular, sin decir absolutamente nada. Dejó la bandeja a un lado, que por cierto estaba rico y se levantó con un dolor por todos lados en su cuerpo, pero eso no le impidió ir a pararse frente al espejo por el dolor que sentía en su cuello. Viéndose se sonrojo al ver todo su cuerpo con marcas moradas o rojas por todos lados, en sus brazos y pecho los dientes de Changbin estaba marcado.
Bang se asustó una vez que sintió los brazos de Bin pasar por su cintura abrazándolo.
—Perdón, mi intención no era dejarte así —colocó su frente en el hombro del mayor.
—No me molesta… me gusta —bajo la mirada al no quererse ver en el espejo por vergüenza.
Seo sonrió a pesar de que Chan no lo veía.
—Vaya jamás pensé que el intimidante Bang Chan esté así por el rarito de Changbin.
Bin volteó golpeando a Chan sobre el espejo, haciéndole jadear por el golpe que sintió por la espalda. Changbin lo iba a besar pero corrió el rostro, haciendo que Seo tensara su mandíbula pero después la relajo.
—No me he lavado los dientes.
—Esta bien, ve arreglarte vamos a salir —sonrió besando la frente del Australiano.
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El australiano no podía creer donde estaba, aquí estaba la última pieza del rompecabezas que le faltaba para completar la lista de los pedidos para llevar a cabo la grabación. Changbin prendió las luces a pesar que la poca luz que entraba por la ventana ya era bastante para iluminar ese lugar, no estaba para nada descuidado ni mucho menos con cosas viejas.
—Mi padre a pesar de no pasar tanto tiempo acá, vaya que lo tiene limpio —comentó el coreano mirando el pequeño Gym, igual de sorprendido que él.
—¿Crees que no se molestara? Ya sabes, al parecer es un lugar que le tiene sentimientos —giró a ver a Bin.
—No lo se, pero si le digo que es por un trabajo no se negará y tampoco se va a molestar —le resto importancia para caminar a la lona para sentarse con un salto.
—¿Seguro? No quiero meterte en problemas Binnie —se acercó al menor, sin pensar que este lo atraería más a él para que quedara entremedio de sus piernas.
—Tu no me meterás en problemas, ¿okey? Deja de pensar eso, en casos extremos se toman medidas extremas, aparte ya lo llame para decirle que si me prestaba las llaves —dejó un beso en la mejilla del australiano.
El pálido tomó las mejillas del coreano para observar los labios de este, como lo sospecho, los tenía mordidos y se le notaban feos, pero le daba un revoltijo en el estómago. En la mañana no le dijo nada ya que no los tenía en ese estado, pero al parecer fue reciente.
—Los tienes feitos, ¿Porque? —preguntó pasando su pulgar por los labios de Changbin sintiendo la mirada de este sobre él.
—Tu cuerpo está peor Chan, te deben de doler, te quedarán moretones y tu eres bastante lindo para que tu cuerpo tenga feas manchas —alejó la mano de Chan para dejar un beso en la palma.
—Tu también eres lindo y tienes esa fea marca —habló entristecido tocando el estómago del menor.
Changbin sonrió apenado tomando la mano del pálido. Chan después de oír aquello no se imaginaba el infierno que vivió Changbin por una persona ambiciosa que no podía oír un no como respuesta. Si, muchas veces hizo cosas que Bin no le gustaban e incluso no lo dejaba en paz, incluso una vez lo obligó a hacer cosas que él no quería pero no se sabe cuáles tras no entrar más en detalles.
—Yo puedo tratarte mucho mejor —dijo haciendo carcajear al coreano.
—Lo se, el ni te llega a los talones mi Channie. Tu eres mucho mejor que él y se que me vas a tratar mucho mejor —tomo de las mejillas al australiano.
Y al fin, después de que tanto lo deseo Chan, tuvo un beso de los cuales Changbin lo mal acostumbro a tener. Después de todo las aguas estaban tranquilas, no había de qué preocuparse respecto a Seungcheol… o eso espera Changbin.
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