Príncipe Encantador

Capitulo 4

Bebía de su te con paciencia ignorando el como su lengua se sentía a quemar, odiaba el te, lo odiaba y aborrecía, desde siempre fue mas de café que te ,pero claro, no podía decirle que no a una orden del mismísimo emperador de su imperio.

Silencio, eso era lo único que había en esa reunión del te, ninguno de los dos hablaba y se sentían cómodos con ello, hasta que Felix aclaro su garganta mirando de reojo a su amigo, que se enderezo en su asiento como si hubiera recordado algo importante.

-Como es tu vida en el palacio rubí??? -Pregunto con un tono como si hubiera sido obligado y en realidad no le importara su respuesta.

-Lo mas normal que se puede en un palacio donde anteriormente habitaban concubinas -Contesto encogiéndose de hombros, estirando su mano y tomando un panecillo de chocolate, lo que le hizo cerrar los ojo y agradecer que podía comer ese tipo de manjar.

-Y eso seria... -Murmuro alzando su ceja interrogante, llevándose la taza de te a sus labios y bebiendo un poco.

Athanasio se giro lentamente en dirección a Lily y con la mirada le dijo todo, por lo que esta suspiro y continuo fingiendo alegría de ver interactuar padre e hijo, sin saber cual de los dos era mas aterrados.

El rubio mayor por ser un asesino que mato a su propio padre y hermano para ascender al trono, o el rubio menor por la poca empatía que tenia al pensar en las personas que le rodeaban.

-Ya sabes -Y dio un sorbo a su te sonriendo maliciosamente intentando disimularlo- las sirvientas robaron todas las cosas de valor, nunca hacen su trabajo, hay estatuas en el jardín de mujeres enseñando sus senos -Bebió un poco mas- y no olvidemos que la única que hace algo es Lily, las demás ni siquiera limpian el palacio -Finalizo su monologo sobre su vida, terminando a la vez su te, por lo que se dedico a comer los postres regados por la mesa.

-...Como te tratan las sirvientas???... -Pregunto casi con un tic en el ojo de escuchar que en uno de los palacios las sirvientas eran incompetentes.

-Bueno...fingen preocuparse por mi cuando no lo hacen, todas me descuidaban cuando era un bebe y le dejaban el resto de tareas a Lily, ella fue la única que me cuido desde que nací prácticamente -Murmuro por lo bajo saboreando un pie de limón, cerrando sus ojos y disfrutando el sabor.

Silencio, y posteriormente el rubio mayor se levanto de su sitio, dejando su palma derecha y acercándose a su hijo, tomando el mentón de ese y viéndole directamente a los ojos sin parpadear, analizando lo dicho por este, casi sin creer lo que decía, mientas tanto, Athanasio continuaba masticando otra rebanada de pastel de limón, sin apartar su mirada, curioso por la reacción de Claude.

-Vamos al palacio rubí -Ordeno, tomo a Athanasio de la parte trasera de su chaleco y lo aventó hacia Felix, que lo cargo bien rápidamente, observando como el hijo le daba una mala mirada al padre.

Los cuatro (Claude, Felix, Lily y Athanasio) caminaron de forma casi automática al palacio donde recia el príncipe, quien se acomodo sobre los brazos del caballero y se cruzo de brazos, recargando su barbilla sobre el hombro del hombre, cerrando sus ojos y disfrutando la caminata.

Adoraba que lo cargaran brazos, así no tenia que esforzarse por caminar y era consentido.

Cuando llegaron al palacio se detuvieron mientras admiraban la fachada, lo que alguna vez fue un hermoso palacio para las concubinas de los emperadores, ahora se veía en un estado deplorable, habían grietas en las paredes y enredaderas que subían por lo alto de las paredes queriendo apoderarse de la fachada.

Ingresaron al palacio y las sirvientas inmediatamente aparecieron, haciendo una reverencia ante el emperador, que solo les miro fríamente.

-Felix, baja al príncipe -Ordeno y este lo hizo inmediatamente, ya con sus pies en el suelo la mirada del rubio mayor se poso sobre su hijo- indícame tu habitación -"este hombre no sabe pedir las cosas por favor" y se contuvo de rodar los ojos simplemente asintiendo y caminando hasta las escaleras.