Unreal {SIN EDITAR}

Capítulo: 5

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Estaba escuchando música. Hace tres días no veía a los chicos por culpa de él. Mi madre me había castigado y en parte lo agradezco.

Me levanté para ver como estaba Luna, mi linda tortuga. Estaba dormida, ya era muy tarde, y en realidad no sé porqué estoy despierta.

Me quite los audífonos y me sobresalte ya que escuche un ruido en la ventana. Caminé hacía ella y ví una silueta abajo.

¿Quién rayos es?

Paso su mano por su cabeza y supe quién era al instante.

Estuve o estoy aún no lo sé, súper enamorada de él, sé todo de él. Cada movimiento. Ya deben suponer quién es.

-Déjame entrar por favor.

Fruncí el ceño y baje silenciosamente.

Algo así, gracias a la puerta idiota y que sonaba cada vez que se movía. Eso nunca me había molestado hasta ahora.

Abrí la puerta y me abrazo para luego entrar.

-¿Qué es lo que quieres?.- dije cerrando la puerta.

-¿No puedo visitar a mi novia?.

Si no hubiera estado tan enojada con él, hubiera muerto en este preciso momento.

Había olvidado cuantas veces había soñado con eso.

-Yo no soy nada.. ¿puedes irte? Si mi madre te ve, jamás volveré a ver la luz del sol ya que estoy castigada.

Empezó a reír. Este chico es realmente hermoso.

¿Cómo se supone que lo olvide?

-Es en serio, puede oírte.

Se me acercó poniéndome nerviosa.

-Ya mejoró el golpe, vengo a pedirte disculpas.

No dije nada porqué estaba tan cerca y sentía que en cualquier momento desmayaría.

Pasó su lengua por sus labios y yo estaba peor.

-Shawn por favor.

-Te tengo en mis manos Stephanie.- dijo besándome.

Me sujeto por la cintura y le agradecí al cielo por eso.

-Stephanie estás ahí- dijo mi madre y lo empujé con fuerza.

Mire hacía las escaleras y no había bajado.

No respiraba eso era claro. Estoy toda muerta, desmayada ahogada, sin aire, etc.

Él se escondió en la columna del comedor.

-Em.. si, vine por un poco de agua.

-¿Me traes un poco cuando subas?.

-De acuerdo.

Fuí a la nevera y le serví.

-Iré a tu cuarto- susurró Shawn y negué.

Salió y corrió la escaleras hacía mi cuarto.

Lo seguí y entre al cuarto de mi madre a darle el agua.

Esto era un apocalipsis.

-¿Porqué corres por las escaleras? no puedo creer que aún tengas miedo a la oscuridad.

-No tengo miedo es costumbre de correrlas...

Sonrió y me despedí para cerrar la puerta.

Entre a mi cuarto y lo encontré acostado en mi cama.

-Haré lo que quieras pero debes irte de aquí, me matarán.

-¿Lo que yo quiera? ¿Segura? Promételo.

Dudé pero si mi madre veía a el culpable de mi ojo ya no tan morado en mi cama sería un nuevo cadáver para Halloween.

-Lo prometo.

-Bien ricitos.

¿Alguien que me diga que son esas cosquillas en mi estómago?

Se levantó y me dio un pequeño beso para luego salir por la ventana.