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Día de salida para la caza

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Día de salida para la caza

Temprano en la mañana. Un estandarte rugía con un león negro ondeando en la penumbra del cielo matutino. El viento tranquilo soplaba como si ayudara a los caballeros a cazar temprano en la mañana y la ligera nevada confirmaba el descenso de la fuerte ventisca.

Fuera del ducado los sirvientes esperaban el momento para despedirse de su señor y desearle un buen viaje. Encabezando a la servidumbre estaba Camille con una somnolienta Lionia en brazos, amabas se encontraban lo suficientemente abrigadas como para soportar el frío de la madrugada.

- ¡Haam! - Lionia estaba luchando con su sueño mientras su cabeza se apoyaba en el hombro de la rubia

- ¿Por qué saliste en lugar de dormir más? Tu boca se va a rasgar así. - cuestiono a la niña, acercándose a su pareja

- Lo siento, insistió en venir a despedirte - se disculpo, dejando que Pelliot cargara a Lionia

- Esta bien, talvez debimos esperar a que el sol estuviera en lo alto

- Solo se hubieran retrasado más

Pelliot, armado con su armadura, recibió a Lionia en brazos. El material de la armadura fría hizo que Leonia se estremeciera y se encogiera de hombros

- ¡¡¡Gahhh!!! ¡¡¡Tan frio!!! - exclamo - Porque te vas, señor...

Como si tratara de perseguir la somnolencia, Lionia trató de frotarse los ojos con el dorso de la mano, siendo detenida por la mano de Pelliot con su guante de cuero.

- Vete

- Keira, por favor trae una manta - voltio en su dirección

- Si, señora - se retiro

Un poco más despierta, Lionia miro a la rubia e hizo un movimiento con la cabeza

- Connie, querida

- Si, señora - se acerco con una cesta

- Bájame - la pequeña se removió y señalo la cesta - ¡Llévate eso contigo!

Dentro de la cesta, que llevaba la criada en lugar de Lionia, habían galletas de jengibre envasadas en pequeñas porciones.

Los ojos de Pelliot se abrieron cuando vio la galleta. Entre ellos, había unos cuantos gruesos con forma de perro, y había leones infantiles pintados. Pelliot, naturalmente, recogió la bolsa con las galletas de león. Las galletas horneadas sin apretar estaban bien hechas.

- ¿Cuándo las horneaste? - pregunto asombrado

Su mano fue tan cuidadosa que incluso recibió cortésmente la bolsa de galletas. Sin embargo, Lionia no lo vio a través de la somnolencia de su sueño.

- Poa noshe in seedo. (Por la noche en secreto) - respondió entre bostezos - Sigo siendo tu hija, ya sabes...

Con ayuda de Camille, Lionia logro mentirle a Pelliot la noche anterior diciendo que se iba a la cama primero, y luego se coló en la cocina y horneó galletas. Hizo todo eso pues recordó que el día anterior Lupert dijo que el señor se había comido todas las galletas sin él.

¡¡Papá, demuestra que amas a mamá!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora