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- Lionia

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- Lionia

Después de terminar su trabajo, Pelliot fue él mismo a la sala de invitados de la oficina de Lupert. Algunas prendas colgaban de su brazo.

- ¡Señ-!

Lionia, que estaba a punto de salir corriendo por reflejo, se detuvo de repente. Pelliot y Lupert la miraron con extrañeza. Normalmente, sería normal para ella correr y charlar con Paul de inmediato. Lionia, que no podía acercarse fácilmente, giró su cuerpo.

- Si necesitas ir al baño, no te detengas. Te enfermaras.

Pelliot, que se preocupaba por su salud, dijo la palabra y Lionia gritó. Lupert en la parte de atrás sacudió la cabeza como si estuviera dando señales.

- ¡Obviamente soy tímida! ¿Por qué eres tan despistado?! ¡¡No puedo creer que la señora te ame!!

- Eres tímida y, sin embargo, no tienes reparos en gritar. Se me van a caer las orejas.

- ¡¿No sabes nada de chicas aun estando con la señora?! Llámalo "recoger flores" en lugar de "¡ir al baño!"

- ¿Qué te han hecho las flores? - pregunto, acomodando la apa en el cuerpo de la niña - Lupert, los invitados están listos para irse.

- Iré y verificare - Lupert bajó la cabeza como si lo supiera.

Antes de abandonar la habitación por completo, Lupert le sonrió a Lionia como si quisiera volver a verla pronto.

- ¡Adios! - Lionia sonrió y agitó la mano.

Pelliot, que miró la escena desfavorablemente, pronto relajó su hombro y sostuvo al niño en sus brazos, mientas avanzaban por el pasillo

- ¿Cómo te sientes?

- Estoy bien

- ¿Sin fiebre!

- ¡No tengo fiebre! ¡Mira!

Lionia le mostró su frente descubierta. Pronto, una gran mano se abalanzó sobre él. Las manos de Pelliot eran lo suficientemente grandes como para cubrir la cara del niño, y Lionia se rió como si fuera divertido.

- Así que eres capaz de reír ahora

Lionia vaciló ante el pequeño murmullo. Pelliot inclinó la cabeza en ángulo.

- ¿Por qué te detuviste?

- Uhhh... - ambos se miraron en silencio -《¡Esta es la primera vez que lo veo después de llorar! Puedo parecer una niña de siete años ¡Pero no lo soy por dentro!》《Espero no haber... dicho nada que no debí haber dicho》

La voz del pelinegro interrumpió sus pensamientos

- Por cierto, ¿has subido de peso?

- La abuela Kara y Pelica dijeron que perdí todo el peso que apenas gané mientras estaba enferma.

¡¡Papá, demuestra que amas a mamá!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora