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Los Voreoti siempre están por encima de los demás, incluso cuando se trata de la familia imperial
Hay muchas razones para esto, pero una en particular es...
"LOS COLMILLOS DE LA BESTIA"
"Aura" es un poder que se puede lograr solo después de que uno se haya entrenado lo suficiente como para convertirse en un arma
"Mana" es la base de la magia
Esto, sin embargo, es completamente diferente
- "Esa es la habilidad misma" - pensó Lupert
- ¡Señor! - llamo la niña - ¡Señor!
Cuando estuvieron lo suficiente mente cerca, la rubia dejó en el suelo a la pelinegra, quien empezó a correr en dirección al Voreoti.
- ¡Ah! ¡Cuidado Lionia!
- Te vas a lastimar - dijo él - No deberías preocupar a Camille
- ¿Que ocurre? Correr es lo único que se me daba bien en el orfanato- voltio a ver a la rubia - Disculpa señora
- No te preocupes, pero ten cuidado, ¿si?
- ¡Si!
- Parece que solo recuperarás el sentido después de que te rompas la nariz y veas sangre
- Pelliot, no digas eso
- ¿Porque tus expresiones siempre tienes que ser tan extremas?
- Pero parece que tenias muchas razones para correr en el orfanato
- Bueno si, ya que esas personas aprovecharian cualquier oportunidad que tuvieran para golpearme.
Sus palabras hicieron que el ambiente en la habitación se vuelva aún más tenso.
- Oh, ¡Ahí esta el señor secretario!
- Nos encontramos de nuevo, señorita - se inclino - por favor llámeme Lupert. Estoy feliz de ver que le ha ido bien desde la última vez que la vi.
- ¡Si, estoy comiendo y me va muy bien! - dijo abrazada al pelinegro
- Estoy muy contento de escuchar eso - sonrió
El susurro de alguien interrumpió aquel lindo momento
- ¿Nia...?
Cada uno de los maestros fueron hablando, diciendo cuanto extrañaban a la pequeña, si la estaban cuidando, si comía, decían de todo con tal de que el duque o la duquesa tuviera piedad por ellos.
Sin hacer caso Pelliot hizo que Lionia volteara a verlo.
- Estos visitantes preguntaron por ti- explico- Tengo la obligación de recibirlos como tu papá. Es por eso que debes reunirte con ellos, para que pueda tratarlos adecuadamente.
- ¿Porque?
- Así puedo saber si quieres dejar ir a algo de ellos
Sin que pudieran prevenirlo, uno de los maestros que estaban atados se libero de las soga y corrió en dirección a Camille tomándola desprevenida, poniendo un brazo en su cuello y amenazando con asfixiarla
- ¡Camille!
- ¡Señora!
- ¡Aléjese de mi! ¡Voy a salir de aquí!
- ¡Agh! - se quejo por la falta de aire
- ¡¡Camille!!
Los caballeros actuaron con rapidez y pudieron reducir al hombre, sin embargo esto no evito que la rubia cayera de forma brusca al suelo.
- ¡¿Estas bien Camille?!
- L-Lo estoy
Pelliot sostuvo en sus brazos a la joven, aún en el suelo. Lionia que había visto como la rubia casi fue herida, logró hayar la respuesta a la pregunta que antes se le fue mencionada.
- ¿Porque debería perdonar a alguno de ustedes? Casi lastiman a la señora. Ustedes bastardos están llenos de basura
Sacándose un zapato dio una vuelta
- ¡Es hora de torturar~!
Comenzó a señalar a cada uno de los maestros que la lastimaron hasta llegar frente a aquel pelirrojo que hizo daño a la rubia y al director. Justo cuando iba a hablar sobre lo que hizo el pelirrojo, la voz desesperada de Pelliot llamo su atención.
- ¿Camille? ¡¿Camille?! ¡Reacciona! ¡¡Camille!!
La rubia, quien siempre habia tenido una salud un tanto fragil, habia caído desmayada por la falta de aire en su sistema. Melles salió de la habitación en busca de un médico. Mientras Pelliot y Lupert le hechaban aire a la chica.
Aquello solo hizo que Lionia se enojada aún más con aquel joven
- Tu acabas de lastimar a la señora, jamás te lo perdonaré. Tu vas a morir
Luego se giro hacia el director
- Mira donde estas ahora, deberían haber sido buenos - se acerco - ¿No es así, Sr. Director del orfanato? Nosotros tenemos la mayor cantidad de recuerdos juntos, ¿no?
La mirada de la niña era intensa y escalofriante
- ¿Porque nos atormenta tanto? Se suponía que tu y los profesores nos protegerian. ¿ Porque tuviste que ser así? - siguió - ¿eh? ¿Porque? Además, llegué al orfanato en invierno, no en verano. No es tan difícil de recordar
Dejo caer su zapato en la cabeza del arrepentido director y abrió una caja que traia
- ¿Qué es eso? - pregunto Pelliot aun preocupado por la rubia pero más tranquilo
- ¡Un regalo para los visitantes! - dijo con una sonrisa - Un réquiem
Luego de que los caballeros se llevaron a los maestros y al director, ambos pelinegros se retiraron, el mayor llevando en brazos a la rubia hacia su habitación con el fin de que pudieran revisarla.
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