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El carruaje del duque avanzaba por las calles pintadas de blanco debido a la nieve. Pronto llegarían al Ducado.
- ¡Es asombroso! ¡Nunca había visto algo así antes! - sonrió alegre
- Todavía es pequeño cuando lo comparas con la capital - menciono el hombre
- O el territorio del Ducado Bomshel - siguió la mujer
- ¡¿Cómo deberia saberlo?! ¡Nunca he estado en la capital ni en el territorio del Ducado Bomshel! - dijo apoyándose en el vidrio - Esto es lo mejor que he visto
Siguió viendo el paisaje antes de voltear a mirar a la pareja
- ¡Tanta nieve!
- Nieva hasta la primavera en la tierra de los Voreoti
- ¿Es realmente frío?
- Esta bien una vez que te acostumbras
- A mi también me gusta el frio
Supieron que ya habían llegado cuando pasaron bajo el arco de entrada al Ducado Voreoti.
El carruaje se detuvo y alguien habría la puerta.
- Bienvenidos, sus excelencias - dijo inclinándose levemente - "¿eh?"
La pequeña Lionia había bajado velozmente del carruaje y ahora admiraba el gran Ducado
- ¡Esta casa es enorme! - exclamo alegre
Lionia estaba tan estupefacta que se sorprendió cuando Pelliot la alzo en brazos.
La servidumbre del ducado se inclino y saludo a sus señores
- ¡Bienvenido, su excelencia! ¡Bienvenida, su gracia!
Camille no paso desapercibido los movimientos se Lionia, suponía que se encontraba incomoda en su posición
- ¡Pelliot! - susurro señalando a la niña
El duque al ver lo incomoda que estaba la niña, la cargo mejor
- ¿Ya estas bien Lionia?
- Si, ahora estoy bien
- Ya se eso - comento imperturbable
La pequeña familia avanzó por el sendero entre la servidumbre.
- Señor, señora
- ¿Si?
- ¿Qué?
- Tengo hambre
- Solo espera un poco
- Pediré que te preparen algo muy rico, Lionia
Siguieron avanzando hasta que Lionia volvió a hablar, pero esta vez para solo en dirección del duque
- Señor
- ¿Ahora que?
- Que pecho tan firme tienes
Pelliot no podía creerlo, tantos años había pasado siendo perseguido por las damas del imperio y ahora era su propia hija quien le decía un comentario tan atrevido como ese. Ni siquiera Camille le había dicho algo así.
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Si Lionia se había sorprendido con la fachada externa de la mansión, con el interior de la mansión quedado impresionada.
- Esto parece un lugar donde siempre ocurren los asesinatos - dijo- ¡El culpable está entre nosotros...!
Aquel comentario dejo helada a Camille y a una empleada que estaba cerca.
- ¿Cómo lo supiste?
- Espera, ¿Enserio? - levantó la voz - ¡¿Alguien realmente murió aquí?! ¿Eres el culpable, Señor?
- Hay una celda en el sótano
- ¡Oh, tortura!
- ¿Quieres ver?
- Nah, parece que habría bichos
Aquella conversación hizo sudar nerviosa a Camille
- Debes estar bastante cansada de tu largo viaje.
- Gracias por mantener el fuerte mientras estábamos fuera
"Mayordomo Kara"
- Asegúrate de llamar sastres famosos y artesanos aquí, Kara
- Perdóneme, su excelencia, pero ¿puedo preguntarle porque busca sus servicios?
- Este lugar no es habitable para un niño - respondió Camille mientras Pelliot tocaba la mejilla sonrojada la niña
- ¿Un niño...?
- Saluda cariño - sonrió dulcemente Camille
- Hola, me llamo Lionia - dijo asintiendo con la cabeza
- No, estoy bastante seguro de que el nombre que te dije era más largo que eso. ¿Ya lo olvidaste?
- ¿Realmente puedo decir ese nombre?
- Por supuesto que si, mi dulce niña. Ahora te pertenece.
- ¿Vas a seguir presentando te solo con tu primer nombre entonces?
Las palabras dedicadas por la pareja hizo que Lionia se sonrojara
- Mi nombre es Lionia Voreoti
Esa simple frase hizo que la pareja sonrieron y le hiciera mimos a la pequeña niña, logrando sonrojarla.
La Mayordomo no podía creer lo que sus ojos veían, era una vista hermosa, pero la rareza de esta hace que sea más difícil apartar los ojos. Se esperaba aquellas muestras de afecto de parte de la joven Bomshel, pero nunca espero que su señor fuera amable con otra persona que no fuera su prometida.
- Kara, por favor preparen comida con muchos nutrientes para Lionia
- Si, señora. Enseguida enviaré un mensaje para volver a preparar la comida
- Te lo agradezco
Dicho eso la mujer se marcho en dirección a las cocinas.
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