Capítulo 9: Encantada de conocerte

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– No puedo creer que hagamos ésto –

– Ya no hay vuelta atrás, es mejor así –

– Pero a donde vamos, no me quiero emborrachar de nuevo y menos si pasa lo de la última vez –

– Haber Mónica estás conmigo, con tu hermano nada te va a pasar –

– Vamos Mateo la última vez que hicimos esto terminamos en la carcel por conducir ebrios –

– Eso fué cuando éramos adolescentes ahora somos adultos responsables además no conduciré ebrio está vez, dormiré con alguien hoy –

– ¡Que! –

– Si estoy arto de todo hermanita, te traje porque al igual que yo sé que estás pasando por lo mismo así que le e dicho a nuestros padres que vallan a cenar y pasen tiempo a solas –

– íbamos a pasar tiempo familia pero está bien, no me has dicho que te paso en el rostro –

– Me pelié –

– No me digas –digo irónicamente– Se puede saber porque –

– No quiero hablar de eso pero cuéntame y tú noviecito has hablado con Alex –

– Tampoco quiero hablar de eso –

– Genial entonces cera un viaje incómodo para ambos –

– Mañana tenemos que trabajar Mateo –

-–Al carajo el trabajo le he dicho a todos que son viajes de negocios familiares además tu jefe es muy amigo mío ahora de eso no te preocupes –

– ¿En serio todo está bien? –

– Mónica si algo estuviera mal
te contaría creeme –

– Te creeré por los momentos y me vas a decir a dónde vamos –

– Vamos a la playa –

– Que bien, ¿La de siempre o una en particular? –

Si cara cambió a una sonrisa mirándome con un ceja arqueada.

– Vamos a una donde van muchos empresarios, está cerca de un hotel de cinco estrellas que es de un amigo dice que hay muchos millonarios hospedados ahí –

– No me digas que vamos por negocios de verdad –digo con sarcasmo.

– Que no Mónica nos vamos a divertir pero quién sabe y le gustas a un empresario –

– ¡Vete al carajo! –

Soltó una carcajada que casi lo golpeó por decirme eso.

– Entonces cera el plan B –

– ¿El plan B? –

– Tendré que enamorar a un empresaria o una millonaria –

– ¡Hay por dios!, no puedo creer lo que dices –

Me quedé dormida mientras hablaba con Mateo, el demente me había despertado a las cinco de la mañana salimos de la casa a las cinco y media estábamos a mita del camino.

Llevamos casi dos horas en carretera tenía mis lentes de sol hacia calor, estamos el auto deportivo de Mateo la verdad es que hacía falta esto ir a la playa con mi hermano.

– Ya despierta Mónica llegamos –

No lo puedo creer el lugar es hermoso el hotel era bellísimo había muchos palmeras, árboles y flores alrededor de toda la entrada cerca del hotel que era súper grande y glamoroso había tiendas, mesas, al bajar del auto caminamos hacia el hotel había una fuente hermosa en la entrada junto a plantas, y arbustos al rededor de sillas con personas tomando vino.

Trato De No Asociarme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora