Capítulo Cinco

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El amanecer trajo consigo una mezcla de esperanza y temor para Mitsuri, Iguro, Sanemi, Masachika, Shinobu y Kanao

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El amanecer trajo consigo una mezcla de esperanza y temor para Mitsuri, Iguro, Sanemi, Masachika, Shinobu y Kanao. Sabían que debían abandonar la academia antes de que fuera demasiado tarde. El objetivo era claro: llegar al hospital cercano y encontrar suministros y refugio para la noche.

Con el sol ascendiendo lentamente, el grupo se movió con cautela por las calles desiertas, evitando a los zombies y cualquier peligro potencial. Sanemi lideraba el camino, bate en mano, mientras Shinobu y Kanao se mantenían cerca, listas para cualquier eventualidad. Masachika y Iguro cubrían la retaguardia, y Mitsuri, en el medio del grupo, mantenía un ojo vigilante sobre todos.

Después de una caminata tensa, el hospital apareció ante ellos, su estructura imponente pero desolada. Con precaución, se acercaron a la entrada, asegurándose de que no hubiera zombies en las inmediaciones. Sanemi forzó la puerta principal, y el grupo entró rápidamente, bloqueando la entrada detrás de ellos.

Dentro del hospital, la atmósfera era sombría. El lugar estaba en silencio, salvo por el ocasional crujido de los escombros. Avanzaron por los pasillos, encontrando suministros médicos y alimentos enlatados. El hallazgo más valioso fue una sala de descanso relativamente intacta, donde podrían pasar la noche.

─Descansaremos aquí y partiremos mañana hacia la casa de Shinobu ─dijo Sanemi, mientras el grupo se acomodaba.

Shinobu asintió, su mente ya planeando la ruta hacia su casa, donde el auto los esperaba.

Con el grupo instalado en la sala de descanso, Shinobu y Sanemi decidieron explorar el hospital en busca de más suministros y posibles peligros. Caminaban por los pasillos vacíos, sus pasos resonando en el silencio. La tensión entre ellos era palpable, pero también lo era la conexión que habían compartido la noche anterior.

En un momento dado, encontraron una habitación vacía. Una antigua sala de examen, con una camilla en el centro. Sanemi cerró la puerta tras ellos, y la intimidad del espacio hizo que ambos se miraran con una mezcla de deseo y necesidad.

─Sanemi... ─murmuró Shinobu, dando el primer paso hacia él.

Sanemi la atrajo hacia sí, sus labios encontrándose en un beso apasionado. La adrenalina del día y la urgencia de su situación los impulsaron. Sanemi la levantó y la colocó sobre la camilla, besándola con fervor mientras sus manos exploraban su cuerpo. Shinobu respondió con igual intensidad, dejando que sus miedos y ansiedades se disolvieran en el calor del momento.

La noche cayó sobre el hospital, y el grupo se preparó para dormir. Sanemi y Shinobu, aún con el brillo de su encuentro, se unieron a los demás en la sala de descanso. Iguro y Masachika se turnaban para hacer guardia, pero no pudieron resistir la oportunidad de molestar a Sanemi.

─Oye, Sanemi, ¿te divertiste explorando el hospital? ─preguntó Iguro con una sonrisa maliciosa.

Masachika se unió a la burla.

─Sí, parece que encontraste algo interesante en esa sala de examen.

Sanemi, aún ruborizado, les lanzó una mirada de advertencia.

─Cállense, idiotas.

Shinobu, a su lado, no pudo evitar sonreír. Aunque intentaba mantener la compostura, la insinuación de sus amigos la hizo recordar los momentos íntimos que habían compartido.

Iguro continuó, disfrutando de la incomodidad de su amigo. ─Vamos, Sanemi, estamos en medio de un apocalipsis. Un poco de diversión no le hace daño a nadie.

Sanemi gruñó, pero había un brillo en sus ojos. ─Mejor concéntrense en hacer su trabajo. Mañana será un día largo.

Masachika rió y dio una palmadita en el hombro de Sanemi. ─Relájate, hermano. Solo estamos bromeando.

Con las bromas disminuyendo, el grupo se dispuso a descansar. Sanemi y Shinobu se acurrucaron juntos, buscando consuelo en la cercanía del otro. Iguro y Masachika se turnaron para vigilar, asegurándose de que nada los sorprendiera durante la noche.

La esperanza de llegar al auto de Shinobu y escapar de la ciudad era lo único que los mantenía en pie. Y aunque el camino sería difícil, sabían que mientras estuvieran juntos, podrían superar cualquier obstáculo.

 Y aunque el camino sería difícil, sabían que mientras estuvieran juntos, podrían superar cualquier obstáculo

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𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐧 𝐄𝐥 𝐀𝐩𝐨𝐜𝐚𝐥𝐢𝐩𝐬𝐢𝐬 || ˢʰᶤᶰᵒᵇᵘ ˣ ˢᵃᶰᵉᵐᶤ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora