Capítulo Dieciséis

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Han pasado dos meses desde que subieron al barco y el viaje ha sido mucho más largo de lo esperado

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Han pasado dos meses desde que subieron al barco y el viaje ha sido mucho más largo de lo esperado. Las condiciones del mar, la necesidad de evitar zonas con alta actividad de infectados, y la búsqueda de rutas seguras han alargado el trayecto considerablemente. Además, el barco ha tenido que detenerse en varias islas y costas para reabastecerse y permitir descansos a los agotados sobrevivientes.

Shinobu ya tiene siete meses de embarazo y su vientre ha crecido notablemente. Sanemi está siempre a su lado, cuidándola y asegurándose de que no le falte nada. El resto del grupo también se ha adaptado a la vida en el barco, pero todos están ansiosos por llegar a tierra firme.

Una tarde, mientras el sol se ponía en el horizonte, Sanemi acariciaba el vientre de Shinobu, sintiendo los movimientos de los gemelos.

─No puedo esperar para conocerlos ─dijo Sanemi, con una sonrisa llena de ternura.

Shinobu le devolvió la sonrisa, aunque una sombra de preocupación cruzó su rostro. ─Yo tampoco, Sanemi. Pero este viaje está siendo muy duro. Espero que lleguemos pronto.

Esa noche, mientras el barco se mecía suavemente en el mar, Shinobu se despertó de repente con un dolor intenso en el vientre bajo. Se llevó una mano al abdomen, tratando de calmarse, pero el dolor era persistente y preocupante.

─Sanemi... ─susurró, tratando de no alarmarlo demasiado.

Sanemi, que dormía a su lado, se despertó de inmediato al escuchar su voz y ver la expresión de dolor en su rostro. ─Shinobu, ¿qué pasa? ─preguntó con evidente preocupación.

─Me duele el vientre ─dijo Shinobu, respirando con dificultad─. No sé qué está pasando, pero es muy intenso.

Sanemi se levantó rápidamente, encendiendo la luz de la cabina y tomando la mano de Shinobu. ─Vamos, te llevaremos a la enfermería. No podemos tomar ningún riesgo con los bebés.

Con cuidado, ayudó a Shinobu a levantarse y, juntos, se dirigieron a la enfermería del barco. Mitsuri y Kanao, al escuchar el alboroto, también se despertaron y les siguieron, ansiosas por saber qué estaba pasando.

El médico del barco, un hombre de mediana edad con una expresión severa pero amable, los recibió de inmediato. Tras escuchar a Shinobu describir sus síntomas, la examinó con cuidado.

─Parece que estás teniendo contracciones de Braxton Hicks ─dijo finalmente, mirando a Shinobu con seriedad─. Es común en el tercer trimestre, pero debemos ser cuidadosos. Asegúrate de descansar mucho y mantenerte hidratada.

Sanemi soltó un suspiro de alivio, aunque su preocupación no desapareció del todo. ─Gracias, doctor. ¿Podemos hacer algo más para aliviar su dolor?

El médico asintió. ─Solo necesita descansar y evitar cualquier estrés. Si el dolor se vuelve más intenso o regular, avísenme de inmediato.

Sanemi ayudó a Shinobu a regresar a su cabina, acomodándola con cuidado en la cama y dándole un vaso de agua. ─Voy a estar aquí, a tu lado, todo el tiempo ─le aseguró─. No te preocupes, todo va a estar bien.

𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐧 𝐄𝐥 𝐀𝐩𝐨𝐜𝐚𝐥𝐢𝐩𝐬𝐢𝐬 || ˢʰᶤᶰᵒᵇᵘ ˣ ˢᵃᶰᵉᵐᶤ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora