Capítulo Diecisiete

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En la tranquilidad del barco, Shinobu y Sanemi pasaban mucho tiempo juntos, cuidando de sus recién nacidos

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En la tranquilidad del barco, Shinobu y Sanemi pasaban mucho tiempo juntos, cuidando de sus recién nacidos. Mientras observaban a los pequeños en sus improvisadas incubadoras, comenzaron a hablar sobre los nombres que les pondrían.

─Quiero que uno de nuestros hijos lleve el nombre de Masachika, en honor a mi amigo ─dijo Sanemi, con los ojos llenos de gratitud y tristeza─. Él sacrificó mucho por nosotros.

Shinobu asintió, comprendiendo la importancia de ese nombre. ─Es un nombre hermoso y un homenaje apropiado. Masachika será un gran nombre para nuestro hijo.

Sanemi sonrió y luego miró a los otros dos bebés. ─Para el otro niño, me gusta el nombre Tadashi. Significa "leal y fiel".

Shinobu sonrió, asintiendo. ─Tadashi es perfecto. Y para nuestra niña, ¿qué te parece Saori? Es un nombre que siempre me ha gustado.

Sanemi tomó la mano de Shinobu, sus ojos brillando con amor. ─Saori es precioso. Masachika, Tadashi y Saori. Nuestros hijos tienen nombres fuertes y significativos.

Después de unas semanas más en el barco, finalmente llegaron a los Estados Unidos. El puerto de llegada estaba bien protegido y organizado, con personal médico y voluntarios que ayudaban a los recién llegados. Shinobu, Sanemi, y el resto del grupo sintieron un alivio enorme al pisar tierra firme, sabiendo que finalmente podrían empezar de nuevo.

Los meses pasaron rápidamente en los Estados Unidos. Sanemi y Shinobu se adaptaron a su nueva vida, encontrando un hogar seguro donde criar a sus hijos. Los gemelos y Saori crecían rápidamente, llenando sus días de risas y alegría.

Un día, Sanemi llevó a Shinobu a un parque cercano, dejando a los niños al cuidado de Mitsuri y Kanao. Se arrodilló en la suave hierba, sacando una pequeña caja de su bolsillo.

─Shinobu, desde el momento en que te conocí, has sido mi fuerza y mi esperanza. Hemos pasado por tanto juntos, y no puedo imaginar mi vida sin ti. ¿Te casarías conmigo?

Shinobu, con lágrimas de felicidad en sus ojos, asintió. ─Sí, Sanemi. Claro que sí.

Sanemi le deslizó el anillo en el dedo, y ambos se abrazaron, sabiendo que habían encontrado la felicidad en medio del caos.

Mientras la vida continuaba y la seguridad aumentaba, surgieron más detalles sobre el origen del brote de zombies. Se descubrió que un experimento biológico militar, destinado a crear un suero para mejorar la resistencia humana, había salido terriblemente mal. El suero había sido probado en secreto en una base militar, pero una falla en los protocolos de contención permitió que el virus se liberara, infectando a los sujetos y, eventualmente, al personal de la base.

La infección se propagó rápidamente, causando estragos en la población y llevando al colapso de la sociedad tal como la conocían. Los gobiernos habían luchado desesperadamente para contener la infección, pero la velocidad y virulencia del virus superaron todos los esfuerzos.

La boda de Sanemi y Shinobu fue un evento sencillo pero lleno de amor y alegría. Sus amigos cercanos, Mitsuri, Iguro y Kanao, estaban presentes, así como algunos de los nuevos amigos que habían hecho en su comunidad. Masachika, Tadashi y Saori, con sus cabellos albinos y puntas violetas, observaron curiosos a sus padres.

Sanemi y Shinobu se miraron a los ojos mientras intercambiaban votos, prometiéndose amor y apoyo mutuo en todas las circunstancias. Con cada palabra, sentían el peso de su viaje juntos, y la fortaleza que habían encontrado en su amor.

─Prometo estar a tu lado en cada desafío, y celebrar contigo cada victoria ─dijo Sanemi, con voz firme.

─Prometo amarte y cuidarte, siempre ─respondió Shinobu, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad.

Cuando finalmente se besaron como marido y mujer, hubo una explosión de aplausos y vítores. Era un momento de alegría y esperanza, una celebración de su resistencia y amor.

Mientras se abrazaban, rodeados de sus seres queridos, Sanemi y Shinobu sabían que, a pesar de los desafíos y las pérdidas, habían encontrado un hogar en el corazón del otro. Y así, en medio de un mundo que aún estaba sanando, encontraron la paz y la felicidad que tanto merecían.

 Y así, en medio de un mundo que aún estaba sanando, encontraron la paz y la felicidad que tanto merecían

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𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐧 𝐄𝐥 𝐀𝐩𝐨𝐜𝐚𝐥𝐢𝐩𝐬𝐢𝐬 || ˢʰᶤᶰᵒᵇᵘ ˣ ˢᵃᶰᵉᵐᶤ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora