Capitulo Nueve

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Con el grupo adaptándose a su nueva realidad, Iguro y Masachika tomaron la responsabilidad del trabajo pesado, dejando a Sanemi a cargo de cuidar de Shinobu

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Con el grupo adaptándose a su nueva realidad, Iguro y Masachika tomaron la responsabilidad del trabajo pesado, dejando a Sanemi a cargo de cuidar de Shinobu. Agradecidos por su dedicación y compromiso, aceptaron que él debía estar con ella en estos momentos cruciales.

Sanemi pasaba la mayor parte del tiempo al lado de Shinobu, asegurándose de que estuviera cómoda y segura. Se sentía especialmente protector, consciente de la vida que estaban creando juntos. Mientras acariciaba el vientre aún delgado de Shinobu, una mezcla de amor y esperanza llenaba su corazón. Sabía que allí estaba su futuro hijo o hija, y nada en el mundo le importaba más que su bienestar.

Mitsuri y Kanao también estaban siempre cerca, listas para ayudar en cualquier cosa que Shinobu necesitara. Ya fuera traerle agua, comida, o simplemente estar allí para apoyarla emocionalmente, las dos chicas se aseguraban de que Shinobu no se sintiera sola en ningún momento.

─Gracias, chicas ─dijo Shinobu en una ocasión, con una sonrisa agradecida─. No sé qué haría sin ustedes.

─Estamos juntas en esto ─respondió Mitsuri con una sonrisa radiante─. Haremos todo lo necesario para que estés bien.

Kanao asintió, su mirada tranquila pero decidida. ─Tú y el bebé son nuestra prioridad ahora.

Sanemi observaba la escena con gratitud, sintiéndose afortunado por tener amigos tan leales y solidarios. Sabía que, con su apoyo, podrían enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

Un día, mientras Shinobu dormía profundamente, Sanemi decidió aprovechar la oportunidad para ayudar a sus amigos con las tareas pesadas. Se levantó con cuidado, asegurándose de no despertarla, y se dirigió hacia donde Iguro y Masachika estaban trabajando.

─Déjenme ayudar ─dijo Sanemi, tomando un saco pesado de provisiones─. No puedo dejarlos hacer todo esto solos.

Iguro y Masachika se rieron al verlo unirse a ellos. ─Pensé que estabas demasiado ocupado cuidando a tu futura familia ─dijo Masachika con una sonrisa pícara.

─Sí, Sanemi, ¿cómo lograste encontrar tiempo para... ya sabes... embarazar a Shinobu en medio de todo este caos? ─bromeó Iguro, riendo.

Sanemi se sonrojó ligeramente, pero no pudo evitar sonreír. ─Simplemente sucedió. Pero estoy feliz de que así sea.

Masachika se acercó y le dio una palmada en el hombro. ─Estamos felices por ti, amigo. Ahora tenemos aún más razones para luchar.

Iguro asintió, levantando otro saco. ─Exacto. Solo asegúrate de no descuidar tus deberes de aquí en adelante. Necesitamos toda la ayuda posible.

Sanemi rió y se unió a ellos en el trabajo, sintiendo una renovada determinación. Sabía que su familia y amigos dependían de él, y estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para mantenerlos a salvo y asegurar un futuro para el bebé que venía en camino.

Mientras trabajaban, las bromas y risas entre ellos aliviaban un poco la tensión de la situación, recordándoles que, a pesar de todo, aún podían encontrar momentos de alegría y camaradería. Y con cada tarea completada, su esperanza y determinación se fortalecían, preparándolos para lo que sea que el futuro les deparara.

 Y con cada tarea completada, su esperanza y determinación se fortalecían, preparándolos para lo que sea que el futuro les deparara

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𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐧 𝐄𝐥 𝐀𝐩𝐨𝐜𝐚𝐥𝐢𝐩𝐬𝐢𝐬 || ˢʰᶤᶰᵒᵇᵘ ˣ ˢᵃᶰᵉᵐᶤ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora