Bright vio a lo lejos al chico de flequillo, estaba listo con su cámara colgando del cuello parado frente a una casa vieja, sucia, aislada de las demás en el vecindario. Con Gun había otros tres; un chico de rulos, más alto que Bright con brackets en sus dientes, sus manos llevaba una rueda de cables y su mochila; otro chico de cara redonda, anteojos grandes y robusto, portaba una maleta negra con el nombre “Hunters”; la siguiente era una chica delgada con pecas que llenaban sus pómulos y el puente de su nariz, portando únicamente una mochila en su espalda. Los cuatro chicos estaban al tanto de Bright y tenían curiosidad por el comportamiento de quien para ellos era una persona normal, no extraña, ni rara así como les suelen llamar a ellos.
Bright prometió en su interior no reírse de lo absurdo que se veían, más la maleta obvia.
—Hola —saludo al único que conocía con mirada coqueta e interesada que hizo ruborizar al contrario.
—Hola —saludó tímidamente Gun dando un paso al frente hacia Bright—. Ellos son mis amigos, cazadores de fantasmas. Nuestro líder, Jake —presenta al chico robusto—. Nuestro segundo al mando, Saint —señala al chico alto—. Y nuestra integrante y analítica Amelí. Ella no habla, es muda —susurra Gun.
Bright saludo a los chicos que tenían una sonrisa simpática, algo a lo que no estaba acostumbrado era a entablar amistad con otros individuos de planes extraños y menos que sonreían como si todo fuera diversión, pero se vio obligado a ser agradable, al menos para que Gun no se decepcione.
—Ya que conocimos a tu amigo y nuevo integrante es hora de instalar todo dentro de la casa —se ajustó los anteojos Jake y avanzó a la entrada de la casa.
—¿Esto es legal? —cuestiona Bright a Gun sin ser discreto.
—Nadie viene a esta zona. Los vecinos no mantienen cámaras cerca —habla Saint cuando todos están dentro de la casa tirando al suelo la rueda de cables y extendiendo con la ayuda de Amelí.
—No te preocupes, en todo caso tenemos un permiso de la inmobiliaria —sonríe Gun capturando fotos de todo el lugar.
—Un amigo del papá de Amelí es dueño de la inmobiliaria, ella nos concedió acceso total con la excusa de que es un proyecto —Jake abre la maleta en el suelo y saca una especie de caja de radio con antena pequeña y con variedad de botones que transmiten señal. Una grabadora, con más cables pequeños para adaptar, un aparato con pantalla de colores verde, amarillo y rojo que le alcanza a Bright.
—¿Qué es esto? —detiene a analizarlo.
—Es un medidor de ondas electromagnéticas, son invisibles de energía que producen todos los dispositivos eléctricos, a lo que se cree que las entidades o fantasmas tienen cierta energía —dijo Saint.
—En español, por favor —pide Bright teniendo problemas para entender.
—Si hay algo que no puedas ver el aparato te lo indicará. Si marca verde es una zona normal
—explica Jake.—Cuando marque amarillo es porque te acercas a algo —añade Saint.
—El naranja significa precaución y rojo, zona de máxima actividad paranormal —termina Gun.
Bright se queda viendo el aparato no creyendo que en serio con eso podrían encontrar algo «que jodidos perdedores», piensa del grupo.
—Amelí, quiero ver el diseño de la casa —pide Jake.
Amelí baja su bolsón al polvoriento suelo y saca una hoja con lo que parece el diseño de la casa, tiene señalado el sótano y las habitaciones de arriba con flechas rojas.
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OCULTO
FanficLo que puede ser un viaje, un cambio para una nueva vida; para Bright es solo una estupidez. Sus padres se acaban de divorciar y con el hecho de culpar a su madre, nos dice que odia estar con ella y su hermana. En Connecticut puede ser que las cosas...