capítulo 14

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Bright ayudo a Win que se detenía el pecho con dolor, ni siquiera vio a su madre. Solo pensaba en la maldita suerte que tienen porque ni su madre los quería y todo se convertía en una porquería. A lo que también estaba de que si el pelinegro no hubiera estado allí de seguro su hermana no estaría bien. No sabe que sucedió pero está claro que ni Connor quiere estar cerca de ella.

Connor dejo en el asiento del copiloto a Tu y luego espero a que Bright metiera a su amigo al auto para después manejar en silencio hasta que se detuvo en el hospital.

—¿Tenemos que entrar al hospital?

—Tu amigo necesita atención —responde Connor con una actitud preocupada y seria—. También tienen que revisar a tu hermana.

Bright mira al pelinegro y el contrario asiente en acuerdo, además aún no le han cuestionado sobre qué hacía en casa. Bajan al mismo tiempo que Connor lleva de la mano a una desolada Tu.

Luego de pasar y encontrar una enfermera que les ayude en emergencias, una hora después  en una de las camillas Win se coloca de nuevo la camisa con algo de timidez porque había muchas personas dentro de esa sala siendo atendidos, mucho ruido, personas heridas y siente una leve náusea al estar rodeado de tanta luz y sonidos.

—Tranquilo —calma Bright ayudando a que baje de la camilla queriendo salir de allí porque teme que descubran a Win—. No digas nada. Yo hablaré con Connor —susurra mientras llegan a la sala de espera donde está su hermana algo apagada esperando junto a Connor.

—¿Terminaron? Es hora de irnos —Connor se levanta sin dejar a Tu atrás, en todo momento la lleva de la mano a pesar de que ya no es una pequeñita que no puede caminar sola, le duele verla así de rota, asustada. Quisiera poder hacer más pero por el momento solo puede hacer esto.

Todos suben de nuevo al auto y Connor maneja hasta que se detiene en un cruce y mira por el retrovisor a los dos chicos en el asiento trasero.

—¿Dónde vive tu amigo? Lo llevaré a casa.

Bright abre más los ojos al igual que Tu, por un momento la tristeza se va para ser ocupada por la preocupación.

—No es necesario, yo lo llevaré cuando se sienta mejor.

—No es momento de hacer lo que crees que esté bien —aumenta la voz Connor queriendo hacer las cosas bien—. No te preocupes, yo voy a responder ante los padres por lo que le sucedió a tu amigo —dice con un tono responsable.

—No es eso. Es que sus padres no están en casa salieron de viaje y por eso fue a quedarse conmigo para no estar solo —inventa en milisegundos Bright.

—Ya veo —respira con paciencia Connor—. Mañana me das el número de ellos y veré qué les diré. No es bueno ocultar este tipo de sucesos —vuelve a manejar y Bright puede soltar un suspiro ya mañana se va encargar de inventar algo más.

Al llegar a casa se percatan de que Aum no está. Connor se moviliza en toda la casa y no encuentra nada. Su corazón se hunde al ver que el armario de su habitación está algo vacía, las serchas vacías, colgando como una burla a su corazón le decepciona, creer que una madre atacó a uno de sus propios hijos y luego salió huyendo como cobarde le parte del corazón porque verdaderamente la amaba. Sale de la habitación descompuesto y desanimado.

—En seguida vuelvo. Bright cuida a tu hermana —el tono de orden fue tan claro que el mencionado no quiso protestar. Connor salió de la casa y dejó a los chicos en la sala.

Bright miraba a Win con la camisa aún manchada y parecía que él hubiese pasado por ese dolor. No soportaba verlo de ese modo. Sin embargo posó la mirada en su hermana encorvada en el sillón con sus rodillas hasta el pecho, sus manos ahuecando sus piernas en protección, lágrimas secas, ojos caídos, noción perdida. El se sentó al lado de ella. No sabía cómo empezar.

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