OCULTO

Capítulo 19

—Es sorprendente lo rápido que se recuperó su amigo. Las quemaduras de segundo grado no alcanzaron el rostro, a pesar de las dos semanas las llagas están sanando —informó el doctor. 

—Dios, que bueno —suspira aliviado Connor que está escuchando junto a Bright y Tu en la sala del hospital. 

—Es un milagro —sonrió el Doctor. La gravedad de las llamas debió derrotar la piel del pelinegro, para los doctores fue inexplicable lo poco que averió la piel.

—¿Puedo pasar a verlo? —desesperación se nota en Bright. 

—Claro.

Bright había sido detenido por Connor varias veces en la semana para no visitar al pelinegro por orden de los detectives que investigaban en esos momentos el caso de Win. Todo el caso se llevó a un juicio contra los padres del menor quienes negaban haber hecho algo mal, seguían con la creencia de que su decisión estaba salvando al mundo. Fueron acusados de maltrato infantil, abuso de medicamentos, experimentos no autorizados, rituales que escondían por medio de símbolos en toda la casa y causar la muerte de su propio hijo. 

Gracias a la investigación de los detectives y que el psiquiatra Mike dió un relato convincente; “ellos me llamaron cuando Win tenía 7 años, querían que curara a su hijo, decían que hablaba con algo, alguien, según ellos no partía de la esquizofrenia. Todo empeoró cuando la niña accidentalmente se cayó de los columpios, acusaron duramente al menor, decían que ya no era alguien, era un demonio, que su hijo no era su hijo, me hicieron medicarle somníferos, en ocasiones lo obligaban a que hablara con él supuesto demonio dejándolo sin comer” 

Los tribunales decidieron que los padres necesitaban ayuda mental por catalogar un trastorno como una posesión demoníaca y que el psiquiatra tendría una condena de 7 a 8 años por ser cómplice. 

Todo el estado se enteró de las recientes noticias que fueron publicadas en los periódicos locales y emitido por algunos canales internacionales “Padres mantuvieron oculto a su hijo por 8 años”. El encabezado de todo anuncio. 

Los nervios de Bright estaban a punto de provocarle ansiedad. Estaba pendiente del pelinegro, de su vida, de lo que dictarían los oficiales de que sucederá después de salir del hospital y no verlo, no hablar con él, no disculparse por dejar que se lo llevarán, por dudar. 

—Lo siento mucho, soy un idiota. Quería creer que estaba haciendo lo correcto. Pensar que todo se solucionaría al dejarte ir con tus padres fue estúpido. Por mi culpa estuve a punto de perderte —se aferra a la mano vendada de Win. 

—No tenías opción —aprieta la mano de su rescatador—. Tenía miedo de que me creyeses un extraño, un anormal —comunica lo que sintió en ese instante—. ¿No me desprecias? 

—¿Por qué? ¿Por tener un trastorno? —frunce el ceño en signo de dolor—. Nunca te desprecié, tal vez eso pareció y me arrepiento no demostrar que lo único que quería era arrebatarte de tus padres y correr muy lejos, sin embargo, no quería empeorar todo aunque me sorprendió que tengas esquizofrenia no es algo que me dé miedo o me detenga en sentir la pureza de lo que me haces cada vez que te veo —endulza las palabras a un tono delicado, levanta la mano que sostiene y la lleva a sus labios para dejar un beso. 

—Quiero quedarme contigo, no lo dije tampoco pero me siento a salvo. Gracias por no abandonarme —Win dejó caer gotas de sus lágrimas sintiendo la seguridad en las manos de Bright. 

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15 días después 

—Me disculpo por todo el dolor que te cause, sin embargo, no me voy a disculpar por amar a Aum aún en su último día de vida —dialoga Connor con Jijun, el padre de Bright y Tu.