Connor no podía creer que su amada le haya roto el corazón de ese modo tan cruel, desconocía a la persona a la que había entregado su amor, por quién perdió a su mejor amigo y pasó a ser odiado por dos pequeños que los veía como sus sobrinos. Arrastraba los pies, cansado de lidiar con el peso de la tristeza, del cansancio y de lo poco que podía digerir al ver a su novia Aum resistiendo a volver a casa, arrinconada en la esquina de la habitación de un motel la noche anterior, el vehículo estacionado le avisó que ella se encontraba escondida. Intentó dialogar, intentó llevarla con él, una negativa lo empujó fuera del lugar.
Ingresó a casa y vio a Tu en el sofá cubierta con una manta, a los dos chicos abajo casi abrazados y cómodos no le dió importancia a ese detalle, únicamente pensó en ¿que podría decir a los dos menores? No estaba preparado, no era su obligación, bien podía dejarlos a merced de lo que sea que quiera el destino o llamar a su verdadero padre para que se haga cargo. «No puedo». Claro que estaba encariñado con los hijos de Aum aunque solo recibiera desprecio de Bright, él se encargaría, sería fuerte. Con el corazón deshecho pero la mente fuerte caminó a la cocina para preparar el desayuno.
Sirvió el cereal preferido de cada uno a excepción de un tercer plato, se movió a la sala y vio que el amigo de Bright no estaba en la sala, frunció el ceño y dió unos pasos hacia atrás, en el pasillo vislumbro la figura del pelinegro viendo hacia el baño con la puerta abierta, le hablaría pero se detuvo cuando escuchó.
—Dame más tiempo. No lo hagas todavía. ¿No hay más opciones? —se encontraba afligido en el tono de su voz.
—¿Win? —llamó Bright quien pasó a lado de un Connor preocupado y sorprendido—. ¿Con quién hablas?
—Conmigo mismo —baja la mirada Win, se ve dócil y culpable.
—Esta bien, pero no camines descalzo —sonríe Bright al verle sin las pantuflas que le había regalado sin prestar atención en si a qué significaba que estaba hablando consigo mismo.
Connor vio la interacción de los dos chicos muy normal a lo que no le pareció común fue la conversación del amigo de Bright consigo mismo. Lo que decía parecía algo serio. No dijo nada, además debía comunicarse con los padres del chico. Al ver que Bright tomo la mano del otro hizo un carraspeo.
—El desayuno está listo.
—Ya vamos —contestó Bright menos a la defensiva como acostumbraba.
Connor sintió alivio y llevo sus pasos hacia Tu, la pequeña tenía hinchados sus ojos y podía romperse más el corazón porque tenía tanto cariño a la menor que no soportaba cuando la veía triste. La movió suavemente del hombro y susurro su nombre varias veces.
—Tu, ven a comer. Es tu cereal favorito.
La menor abrió los ojos lentamente, con un sentón en el sofá busco a su alrededor.
—¿Mamá regresó?
—No.
—Dile que vuelva —se abraza a Connor llorando—. Dile que me voy a disculpar, pero que no nos deje.
«¿Cómo podría traerla de vuelta?». No quería desilusionar a Tu, quería calmar sus lágrimas, sin embargo estaba mal obligar a Aum y estaba mal traerla de vuelta con sus frágiles hijos.
—¡Deja de pedir que venga! —grito Bright—. Ella quería hacerte daño ¿Quieres que vuelva a dañar a otro? ¿No viste lo que le hizo a Win? —quería hacerle entender a su hermana que su madre era un peligro y no solo para ella sino para todos.
—Bright, ella solo quiere a su madre —debate Connor.
—Si vuelve a poner un pie en esta casa. Te vas con ella y me voy con papá. No me importa si te cuelga de una soga —duras palabras expresó Bright a su hermana, no sabía cómo razonar tenía miedo de perder a su hermana y no quería, pero el pedido de Tu lo llevó a decir amargas palabras.
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OCULTO
FanfictionLo que puede ser un viaje, un cambio para una nueva vida; para Bright es solo una estupidez. Sus padres se acaban de divorciar y con el hecho de culpar a su madre, nos dice que odia estar con ella y su hermana. En Connecticut puede ser que las cosas...