Capítulo 16

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Gun camina apresurado por la acera, su madre le pidió de favor que le llevará un refrigerio porque se había olvidado de ello en la mañana. Él obedece, no sin antes ir en dirección opuesta al hospital, va en busca de Bright porque descubrió gracias a Amelí que el segundo hijo de los Metawin no estaba en una escuela privada y había descubierto porque lo llevaban al centro psiquiátrico, que no fue cuando se golpeó sino que lo llevaban mucho antes de que su hermana muriera.

En medio de sus pensamientos escuchó el rechinar de un carro, su sorpresa fue que una mujer de cabello mal peinado y la mirada perdida caminó frente a un auto y  logró empujar su débil cuerpo con la trompa del vehículo. Una fuerza inevitable que la azotó contra el pavimento. Un grito de agonía salió de Connor que fue tras el cuerpo tendido en suelo.

—¡No, Aum!

Al mismo tiempo el vehículo viro sin poder frenar a tiempo. Gun sentía que la vida se le iba cuando el automóvil estaba a punto de arrollarlo para su alivio el poste ondular frente a él lo detuvo. A través del vidrio roto del vehículo divisó a una pequeña niña llena de sangre por los cristales que alcanzaron su rostro al momento del impacto, la madre, quien manejaba, la meneaba con desesperación gritando.

—¡Gema, Gema!

Había perdido la vida. Presenció dos muertes en un segundo, parpadeó y pareció ver del otro lado de la cera una sombra que se deslizaba «¿La muerte?». Sin embargo se materializó en una persona y sus ojos no podían abrirse más de lo que hacía. «Un demonio». El miedo se atascó en sus piernas dejándolo sin estabilidad, él conocía muy bien a la persona y todo cobró sentido, logro percatarse de que era un demonio disfrazado de humano, supo que el accidente era culpa de ese ser. Todas sus investigaciones, todo conectaba. Sabía perfectamente quién era. Quiso dar dos pasos hacia atrás cuando un crujido lo alertó y levantó la cabeza. El poste donde chocó el automóvil se dobló por completo cayendo encima de Gun aplastando sus huesos y carne en una saturación de sonido horripilante.

—¡Oh, Dios mío! —gritó una mujer al ver el charco de sangre junto a sesos desparramados en la acera, más otras personas atónitas, entre ellas, Bright.

Todo a su alrededor fue un silencio, no recordaba cuándo fue la última vez que vio tanta sangre, una náusea insistente se instaló en su estómago, dolía, quemaba, su piel ardía en consecuencia a la falta de comprensión. «Mi madre murió, Gun murió». Le costaba asimilar tal pérdida. El bullicio de la ambulancia lo despertó, con mucho miedo se acercó a la pasta de cesos que yacían en el pavimento, en la acera. Quería llorar, quería sacar la furia, las miles de agujas que se acumulaban en su garganta. No pudo, una pena se instaló al saber que su amigo había muerto, y la otra, ver a Connor llorar por su madre.

🍁🍁🍁🍁

Dos ataúdes en medio de la sala funeraria alteraban las lágrimas de una madre que perdió a su hijo; un joven con el sueño de ser un fotógrafo profesional, ayudar a su madre y seguir siendo parte del club de cazadores de fantasmas. Del otro lado frente a ella era sostenida fuertemente Tu por Connor, no soportaba el hecho de que su madre ya no estuviera y que lo último que obtuvo de ella fue un agrio recuerdo. A pesar de todo, seguía siendo su madre. Quién podía detener las torrentes de la menor. A su lado se encontraba Bright, con la mirada fija en el ataúd de su madre. No había lágrimas, no había reclamos, no había odio. Ya no podía sentir. Le preocupaba pero no quería reconocerlo.

Ahora debía tomar un lugar responsable, cuidar a su hermana, velar que se quedarán juntos y también ver por Win.

—Todo sucedió tan rápido —llegó Saint al lado de Bright y murmuró—. No tengo nada contra ti. Lo que me perturba es que su accidente no hubiera sido posible si no estuviera buscándote a ti —presiono con cierta rabia que no hizo notar en sus expresiones pero si en sus ojos.

—Lo mismo digo —se lamentó Bright, Gun fue el único más cercano a amigo.

Saint metió sus manos en sus bolsillos convencido de darle más culpa a Bright, sabía que su amigo fue a buscarlo porque había hablado con él por celular antes. No sabía que llevaban entre ellos dos pero si le mencionó sobre ir a su casa. Si tan solo…

—Bright ¿Puedes ver a tu hermana tengo que tomar aire fresco? —pidió Connor después de que Saint se retirara.

—Claro —Bright se sentó al lado de la silla donde estaba Tu, vio a su hermanita que todavía lloraba en desconsuelo y puso una mano sobre su cabeza para palmear con sutileza—. Recuerda a mamá como siempre fue. No fue ella misma al final pero ten presente el pasado donde eras feliz con ella.

Tu se quedó atónita por el consuelo que le daba su hermano, el gesto no se compraba al semblante sombrío que tenía su rostro. Sin embargo, lo recibió.

Las personas que velaban dentro de la funeraria se fueron poco a poco, los amigos de Gun se despidieron de la doliente, a Bright ninguno le saludo porque Saint se encargó de amargar el corazón del grupo. Luego de que él lugar quedara despejado, Connor se asomó y a su lado apareció el padre de los menores.

—¡Papá! —la pequeña fue la primera en correr a los brazos de su progenitor quien la recibió con ternura y una pena en sus ojos.

Bright también se alegraba de ver a su padre pero le carcomía el pensamiento de que se los llevaría y no sabía qué hacer con Win.

—¿Te apareces ahora? —dice con cierto remordimiento.

—Tu madre no me dejaba verlos, no quería problemas —excusa.

—Al menos nos hubieras llamado.

—Bright, no es momento —frunce el ceño el padre sin tener un enojo prominente solo preocupación.

Bright suspiro tenía que dejar de esparcir sus rencores por todos lados. No podía evitarlo, la molestia le consumía a cada paso. Se sentó en una de las sillas a esperar el siguiente golpe de problemas que se avecinaban.

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