Adriana tendrá que convivir con los hijos gemelos de la nueva novia de su padre y, además, lidiar con la mala fama que tiene en el instituto por culpa de un video filtrado.
►Historia completa.
►Publicación el 23 de abril.
►No se permite la copia ni...
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Le mandé una canción anoche. La boda es de Charlie y no quiero fastidiarla, así que le pedí el número a David para no tener que verle. De momento, está yendo bien, pero la canción no creo que sea la más especial para una pareja de recién casados. ¿Es que no tienen una canción propia? Se supone que eso hacen las parejas, ¿no? Al menos lo he visto en las películas, la canción que sonaba cuando se conocieron... Aunque da la casualidad que siempre es una bonita. Sería muy gracioso que sonara una de Bad Gyal.
Cuando vemos a algunos de los Rebels entrar en clase, los compañeros estallan en carcajadas. No tienen pelo ni en la cabeza ni en las cejas. Es bastante raro y muy gracioso. Aunque no apoyo que se metan con la gente, ellos se lo tienen merecido. Llevamos compartiendo clase prácticamente desde que empezamos el instituto y, desde entonces, han estado puteando a todos los compañeros, ya no solo hablo del muro.
A una compañera la pegaron tantos chicles en el pelo que tuvo que cortárselo bastante y, dado que lo tiene rizado parecía que había metido los dedos en el enchufe. A mi compañero de mesa, Martín, le han estado martirizando con su sexualidad desde que le vieron comerse un helado con mucho ímpetu. Prácticamente, le humillaron y le obligaron a salir del armario delante de todo el instituto con su constante acoso. ¿Quiénes se creen que son para hacer eso? Ahora tiene novio, pero ese no es el tema. A Gabi le robaron y le rompieron las gafas. A Susana le dieron un balonazo tan fuerte que tuvieron que hospitalizarla unos días. Y, bueno, ya se sabe lo que me han hecho a mí y a muchas otras.
Han hecho la vida imposible a muchas personas y, por esta vez, se lo merecen. Los Rebels tienen que morir, metafóricamente hablando.
—¡Pelea! —grita alguien en el recreo.
Estamos sentadas en uno de los bancos comiendo pipas. Miramos a todos lados en busca de la procedencia de la voz hasta que Mica señala el punto exacto en el que dos figuras caen al suelo mientras se dan puñetazos. Nos acercamos, como todo el mundo, para ver de quién se trata y vemos a Rodrigo tirado en el suelo junto a Christian, al que casi le rompo la nariz. No sé quién va ganando, pero los dos parecen bastante perjudicados.
—¡Te pienso matar, cabrón!
—¿Tú y cuantos más? —replica Rodrigo con una sonrisa ensangrentada y le clava el puño en el pómulo al otro.
Segundos después, un profesor aparece junto con la conserje del edificio de cuarto.
—¡¿Qué está pasando aquí?! —exclama apartándolos con fuerza.
Otro chico de los Rebels le ayuda, tirando de Christian y entonces me doy cuenta de lo que sucede. Hay dos bandos claros, el de los que apoyan a Christian, en el que están la mayoría de los Rebels; y el de los que apoyan a Rodrigo, en el que tan solo están Ricardo y Fonso. Nuestro plan de separarlos ha sido todo un éxito y no puedo evitar sonreír a mis amigas cuando se los llevan. Están pensando lo mismo que yo: ha funcionado.
