Estoy enfadada y es algo que les ha quedado claro a las dos personas que han venido a por su bebida. No puedo evitarlo y me odio por estar así.
—Me voy a tomar un descanso.
A Magda no le importa, ya que está encantada de poder hablar con los invitados. Desanudo mi pajarita mientras camino hacia el exterior. Ya es de noche y corre un poco el aire, lo cual es agradable, pero no soy capaz de calmarme.
No estoy pensando con claridad.
No puedo estar tan loca como para estar celosa de alguien con quien no estoy saliendo.
Pero sí lo estoy.
Camino hacia la parte de atrás y allí veo a un chico con el que he visto a David hablar unas cuantas veces. Deben ser amigos o al menos conocerle.
—¿Has visto a alguno de los gemelos?
Me mira con los ojos entrecerrados como si tuviera que reconocerme primero antes de contestar, luego sonríe con picardía y asiente.
—Ahí dentro hay uno pasándoselo muy bien.
Su risa socarrona me da a entender a qué se refiere.
Si estuviesen Carol o Gabi conmigo tengo claro que harían lo posible para detenerme cuando aporreo por primera vez la puerta de la caseta de madera que hace de baño. No se escucha nada dentro por culpa de la música que sale de la nave principal.
De repente, un chico sale del baño y al verme me mira con enfado.
—Tranquila que ya salgo —gruñe mientras se sube la cremallera del pantalón.
Cuando por fin puedo ver el interior de la caseta, me doy cuenta de que hay unos tres baños más dentro, pero no paso al interior. Tengo que comportarme y calmarme. Yo no soy de las que se vuelven loca. Esto es ridículo. ¿En qué coño estoy pensando? Camino hacia atrás, dispuesta a alejarme todo lo posible de allí y sintiéndome como una mierda porque en el fondo sé lo que me está ocurriendo y me da un puto miedo atroz admitirlo. ¿Cuándo ha pasado?
Desconcertada, me escondo entre los coches y me siento de cuclillas en el suelo. Cuando empecé a jugar al voleibol, me ponía muy nerviosa en los partidos. No sabía controlar el que las manos me temblaran como ahora y la entrenadora me enseñó a dominar todas esas emociones, pero ahora no soy capaz.
—Joder, ¿estás meando?
Me levanto de inmediato, colocándome el vestido, que se ha manchado con la arena.
—No estoy meando —replico con molestia y, a ver de quién se trata, mi cerebro da un respingo, confuso. Se suponía que él estaba en otro sitio—. ¿Qué haces aquí?
—Podría decirte lo mismo —contesta a la vez que mira a su alrededor—. ¿Has visto a mi hermano?
—No.
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Only You © |COMPLETA|
Teen FictionAdriana tendrá que convivir con los hijos gemelos de la nueva novia de su padre y, además, lidiar con la mala fama que tiene en el instituto por culpa de un video filtrado. ►Historia completa. ►Publicación el 23 de abril. ►No se permite la copia ni...