Con la selectividad acabada, no hay mucho más que hacer. Me ha tocado venir al instituto a mitad de semana porque a los que no nos hemos ido de viaje, que somos unos cuantos, nos tenían que dar las notas. Mi padre ha sugerido que vaya y ahora sé por qué. Ha traído a unos tíos que nos están dando una charla a los cuatro gatos que quedamos sobre las salidas profesionales que hay tras acabar.
Sin que sirva de precedente, no me importa atender. Desde que Álvaro comentó lo de abrir una cafetería, no he parado de pensar en ello. Tengo muchas preguntas y se las he hecho todas. De hecho, hasta he tomado apuntes. Cuando hemos acabado, ellos casi se han ido corriendo, mientras que yo me he quedado exhausta, como si me hubiesen sacado todo de dentro.
—¿Has venido a verme? —pregunta Álvaro con diversión.
Niego con la cabeza y sonrío mientras le miro subir una caja en el estante del cuarto de materiales. En realidad sí le he estado buscando aprovechando que estaba aquí.
—Necesito uno de esos rotuladores —señalo un cubilete que hay al otro lado de la pequeña habitación e intento ocultar mi risa cuando me mira con suspicacia.
Me hace caso. En ese momento aprovecho para acercarme a él por la espalda y meter mis manos bajo su camiseta. Llevo deseando hacerlo desde el día de la boda, no hemos podido tener muchos momentos a solas. En casa no queremos que se entere nadie y David está muy sensible con lo de Claudia, la cantante; pero me gusta este misterio.
Álvaro se da la vuelta al instante y busca mi cara pasa besarme. La dulzura con la que empieza se convierte en deseo cuando mi lengua se abre paso y la suya la recibe. Entonces me agarra de la cintura y una de sus manos baja hasta mi trasero.
—Me encanta que te hayas puesto un vestido —susurra entre mis labios.
Me agarra con fuerza y me aprieta más contra su cintura. Estamos prácticamente inclinados sobre la mesa y de un momento a otro nos vamos a caer. De repente, me coge en volandas y yo entrelazo mis piernas en su cintura. Me apoya sobre la pared contraria y comienza a darme suaves besos en el cuello.
—Y me encanta lo bien que sabes —vuelve a hablar a la vez que besa mi cuello.
Hundo las manos en su pelo, revolviéndoselo aún más, mientras exhalo un suspiro de placer.
—Nos van a pillar.
—¿Y eso no lo hace más interesante?
Suelto una pequeña carcajada y vuelvo a besar sus labios, mi nuevo lugar favorito. Nunca me habría imaginado que acabaría así con él. El gemelo malvado. Ahora su apodo tiene un nuevo sentido mucho más indecente. Quiero que sea malvado. Que sea malvado todo el rato, pero conmigo.
La campana suena y nos tenemos que separar. Tiene la boca enrojecida y la respiración acelerada. No me quiero ni imaginar cómo estoy yo.
—Nos vemos en casa. —Se coloca la entrepierna y, antes de salir, me besa de nuevo.
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Only You © |COMPLETA|
Teen FictionAdriana tendrá que convivir con los hijos gemelos de la nueva novia de su padre y, además, lidiar con la mala fama que tiene en el instituto por culpa de un video filtrado. ►Historia completa. ►Publicación el 23 de abril. ►No se permite la copia ni...