Epílogo

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Empezar un negocio con veinte años es una puta locura y lo sabe todo el mundo, pero estoy más que preparada

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Empezar un negocio con veinte años es una puta locura y lo sabe todo el mundo, pero estoy más que preparada. Tras estar dos años estudiando las posibilidades, diría que ahora soy experta en dos cosas: pasteles y furgonetas.

Sí, me he comprado una furgoneta. No es de esas normales, esta es especial. Tiene cuatro ruedas y recorre las calles como todas, pero la mía tiene una apertura en el lateral. La chapa está abierta con un gran ventanal de cristal. Lo único malo era ese color blanco desgastado con el que me la dieron, pero Álvaro y yo conseguimos solucionarlo.

—Ya tengo la plantilla —me dice Álvaro trayendo una gran bolsa en la mano. Cierro la puerta y corro hacia él para ayudarle.

—¿La has visto?

—Todavía no, quería hacerlo juntos.

Se ríe al verme tan alterada mientras deja lo que ha comprado en el suelo.

Todo el material que necesitamos está ahí: varios sprays, cinta para sujetar la plantilla, pinceles y un montón de tonterías más. Él ha estado investigando todo lo que tenemos que hacer para que quede perfecta, ya que hoy es el gran día.

¡Hoy es la inauguración!

Saco el tubo que ha traído de la tienda y desenrollo la plantilla. A simple vista no se ve muy bien, pero cuando la colocamos en la superficie de la furgo, bajo la ventana, mis ojos se empiezan a empañar.

—Es la furgoneta más rosa que he visto en mi vida —comenta tras pegar la cinta de la plantilla.

—Y la más bonita.

Coge un spray y me lo da.

—¿Haces los honores?

Me mira sonriendo y acepto la oferta. No sé mucho de pintar y nunca he usado un bote de estos, pero no tiene que ser complicado. La primera vez deja una mancha horrible. Álvaro atrapa mis manos entre las suyas, haciéndolas parecer más pequeñas, y aprieta conmigo para dejar una capa más uniforme.

Un rato después, contemplamos nuestra obra de arte.

—Es una preciosidad —admito echándome hacia atrás para ver la furgoneta desde una perspectiva más amplia. Él se coloca a mi lado con los brazos cruzados y una amplia sonrisa de satisfacción.

—No puedo negar lo evidente.

Suspiro maravillada mientras leo lo que hemos pintado: Alas de mariposa. Así es como mi madre quiso llamar a su sueño y yo lo he cumplido por las dos.

Sobre el rosa hemos pintado unas mariposas azules que van a conjunto con el color del letrero. También hemos añadido algunos detalles que hacen que parezca lo que es: una cafetería móvil. Hemos dibujado cafés humeantes, magdalenas sabrosas y galletitas, justo lo que quiero que los clientes compren en su interior.

—¿Van a venir todos?

—David está de camino con Charlie, Iker y Carol.

—¿Conduce él? —pregunto con espanto. Sé por experiencia que odia los viajes largos y más si tiene que manejar el coche él. Cuando les hicimos una visita, se ofreció a llevarnos de vuelta para pasar unos días y fue un infierno de trayecto.

—Charlie le ha quitado el volante a la media hora. Le ha hecho parar en el arcén de la autopista —explica entre risas.

—Mucho ha tardado —rio yo también.

Cuando llegamos a granada hace dos años, nos instalamos los tres en el pequeño apartamento, pero el casero nos subió el alquiler y tuvimos que mudarnos a uno un poco más lejos del centro. Es mucho más asequible, la verdad. Ahora tenemos tres habitaciones, una para invitados, y hasta una terraza donde Gabi tiene sus flores.

—¿Habéis dejado la comida hecha? —nos pregunta cuando nos ve entrar. Todavía lleva la mochila de clase y a veces bromeo con que es nuestra hija pequeña que todavía va al colegio.

—Pollo con patatas —responde Álvaro, que es el que suele prepararla. Ella deja caer la mochila y se sienta en la silla del comedor. Puedo escuchar cómo ruge su tripa desde aquí. Mientras comemos, nos cuenta su día y nosotros hacemos lo mismo. Tenemos una rutina establecida y me encanta que los tres la llevemos tan bien.

—A las seis estoy allí —nos promete sin dejar de moverse de un lado a otro, recogiendo las cosas que necesita para su clase de por la tarde.

He trabajado en bares y cafeterías de toda la ciudad. Estoy preparada. Y aun así, no puedo evitar estar taquicárdica. Es un gran paso y quiero que salga todo bien. Cuando el reloj marca la hora, Álvaro abre la puerta de atrás de la furgoneta y sube de un salto, luego extiende la mano y me ayuda a subir también.

—Enhorabuena —me dice tras darme un beso en los labios—. Ahora estoy saliendo con una empresaria.

Aunque él tiene su trabajo en un estudio de música, me ha ayudado bastante todo este tiempo. Me consiguió la furgoneta que quería y me ayudó con el papeleo y los permisos para poder vender en la calle.

—Algún día nos haremos ricos con mis bizcochos —comento con una pequeña carcajada.

Observo el interior, enamorada de cada detalle. Hemos puesto una superficie metálica junto a la ventana, donde prepararé los cafés. En el lateral derecho están las galletas y magdalenas. En el izquierdo están los pasteles. Y, detrás de todo eso, los platos de papel y cualquier cosa que pueda ser útil.

Abrimos la ventana y el primer cliente viene. Es un hombre mayor que tiene un perro pequeño de color canela. Se pide un capuchino y una galleta con chocolate y se la come en la mesa que he instalado bajo la ventana, la cual es simplemente un tablón de madera. Le miro a escondidas, entusiasmada de que lo esté disfrutando.

—Muy rico, gracias. —Se marcha sonriente y salto de alegría, satisfecha por mi trabajo.

Mis amigos aparecen al rato, llenando la calle de ruido. Me alegra tanto que hayan podido venir, es todo lo que necesitaba.

Mientras comen lo que les he preparado, les observo con emoción y Álvaro me descubre, pero en vez de decir nada, me guiña un ojo. A una parte de mí le había gustado que mi padre o Evelyn o mi tía aparecieran, pero no se puede tener todo en la vida.

Aunque hay momentos agridulces, sé que nunca había sido tan feliz como lo soy ahora. Una felicidad pura y sincera.


*****

Muchísimas gracias por haberme acompañado con esta historia, espero que la hayáis disfrutado mucho y que no os haya hecho sufrir más de lo necesario jiji.

Cada vez que me comentáis o votáis en los capítulos, me motiváis a seguir escribiendo. Así que, de nuevo, mil gracias por leer mis historias. ❤️

¡OS QUIERO MUCHO! :')

¡OS QUIERO MUCHO! :')

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Only You © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora