Josejan

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—¡No me pidas que me calme!— se escuchaban los gritos de una voz femenina por todo el departamento.

—¡No exageres!—

—¿Como me dices que exagero? ¿Para esto vamos a volver?—

Fuera de la habitación, Daniel, Smoke, Diego y Bells desayunan ya sin sorprenderse ni un poco por la ruidosa discusión del vocalista con la que ya no saben si es o no, su novia.

—Wey ¿Por qué siguen ahí?— pregunta Daniel con fastidio mientras contesta algunas stories en la que las fans lo etiquetaron después del último concierto.

—Miedo a estar solos, tal vez.— Responde Smoke.

—Nada que, por pendejos. ¿Viste la morra que traía Jota detras suyo?— comenta Diego sirviéndose mas agua de limon con 3 kilos de azucar.— y ella, wey, no es fea.— admite haciendo que los tres lo volteen a ver como si se hubiera vuelto loco. —O sea, no estoy ciego y sé admitir cuando una niña es bonita. Está loca, si, pero es bonita.— Se defiende.

—A veces me dan ganas de mandar a Josejan a terapia.— admite Bells en un suspiro.

—O deberíamos anexarlo.— Sugiere el guitarrista.

—A ti es a quien voy a anexar si no dejas esa puta chingadera.— advierte refiriéndose al agua de limón.

—No le hago mal a nadie.— Dice mientras toma su vaso y le da un sorbo a su bebida.

—¡Dhasia!— Los tres voltean por inercia hacia la habitación de Jota al escuchar a su amigo llamar a la chica que fue quien apareció primero y fue alcanzada por el vocalista antes de que llegara a la puerta. —No te vas a ir así.

—Y ¿Qué hago entonces?— pregunta viendolo llena de ira. —No vamos a volver después de tus mamadas.

—Ya te dije que...— Ambos voltean hacia la cocina deteniendo su conversación, entonces la chica devuelve la vista al regio dandole una mirada que él comprendió perfectamente, después de eso salió del departamento.

Él se pasa las manos por la cara con frustración, Bells al ver esto, se levanta de su lugar en la mesa y llega hasta él, quitandole la manos de su rostro, él fija su mirada en ella para después abrazarla.

—Cariño, esto va cada vez peor.—

—Ya lo sé.— admite.

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—Es tarde.— habla Bells desde la puerta observando a Jota aún acostado viendo su telefono, al ver que el regio no deja el aparato, se recarga en la puerta cruzando los brazos.

—No te voy a pedir disculpas.— asegura el chico deslizando la pantalla sin siquiera procesar lo que estaba viendo.

—No te estoy pidiendo que te disculpes.— sentencia ella.

—Ni a Daniel.— continúa.

—Cariño...— trató de hablar pero fue ahí cuando el dejó su teléfono y le dedicó una mirada de molestia tan intensa que ella pudo sentir lo que pareció ser odio que claramente sentía hacia ella.

—No seas hipócrita y no me digas así.— pide levantándose evidentemente molesto.

—Creeme que entiendo tu molestia, de verdad.— Suspira.— Lo que no sé es si estás molesto por Smoke, por tí y lo que pasó entre... —hizo una pausa y desvió la mirada antes de continuar.— nosotros o por lo que te pasó a ti con Dhasia.

Wiplash & The jingle bellsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora