Pero aquí estoy otra vez jugando a amar.

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Ojito, este cap no es apto para todas las edades, no me hago responsable de quienes lo leen, tiene contenido estilo adictos (pongan adictos)
Mil besitos bais las veo al final.

Ж

—Necesito que me digas lo que pasa Diego por favor.— pidió, no, suplicó ya cansada de la situación.

—Es lo que yo te pregunto a ti ¿Que te pasa?— pregunta ya levantando la voz.—Primero no me hablas después de la fiesta, te busco, no me contestas, me ignoras, no me explicas qué te pasa y ahora vienes a exigir que te diga algo que no sé que chingados es.

—Yo sé que si, se perfectamente que entre Mariel y tú pasa algo, ya estoy harta de que me mientas, no soy estúpida Diego.— después de decir eso se alejó para salir de la recámara del guitarrista y él tras ella se apresuró a tratar de detenerla.

—¡Regina! ¿A donde vas?—

Ella siguió su camino sin siquiera voltear a verlo.

Estuvo por toda esa noche y ese día pensando las cosas, tratando de calmarse, de esperar a arreglar las cosas de forma tranquila y clara, odiaba las mentiras, odiaba la incertidumbre y la forma en que la hacía sentir la posibilidad de que Diego le mintiera. Había una sola persona que tendría que decirle la verdad.

—Bells.— la llamó abriendo la puerta de la recamara de la mencionada quién levantó la vista molesta de los documentos que llenaba.

—Hermosa tengo muchos pendientes.— dijo regresando su atención a su trabajo.

—Necesito hablar contigo ya.— dijo.

El tono en que articuló la frase llamó la atención de la pelinegra al escucharla casi sin poder hablar debido al nudo en su garganta que se formaba seguramente ante el estar conteniendo las lágrimas, su voz sonaba casi quebrada.

—Bells, no te metas.— replicó Diego desde la puerta.

—Te chingas, te dije que hablaras con ella antes ¿No? Tuviste tu oportunidad, vete a la chingada.— dijo mientras se levantaba de su escritorio. —Pasa hermosa, sientate.

Regi sintió como un calor repentino la invadía seguido de un frío que le recorrió toda la espina dorsal. Así que si había algo que Diego debió hablar con ella antes. Sus lágrimas no pudieron ser contenidas, no soportaba la idea de que lo que le dijo Cherry fuera cierto, y si ¿Diego realmente estaba con alguien más? Y si ¿No sabía cómo terminar con ella para irse con esa otra? ¿Si sus amigos estaban de acuerdo con que ya no estuviera con ella? ¿Qué hizo mal? ¿En qué falló? Esas y mil preguntas más pasaban por su mente.

—Te dije que tenías que hablar antes de que todo se saliera de control pero te valió madres.— dijo antes de cerrar la puerta y asegurarla.

Volvió a la cama dónde estaba sentada la rubia, al ver sus silenciosas lagrimas se le contrajo el corazón, Regi quería mas al guitarrista de lo que ella pudo si quiera pensar.

—¿Qué quieres saber Regi?— preguntó.

—¿Qué es lo que tengo que saber Bells?— respondió con otra interrogante aclarandose la garganta y parando su llanto.

—Que entre Diego y Mariel no hay nada. Ya no.—

—¿Ya no?— no estuvo segura de querer saber la respuesta pero cuando cayó en cuenta, sus palabras salieron de su boca antes de procesarlas.

—Regi, ellos son mejores amigos desde hace años.— Explica la mayor siempre manteniendo la calma y hablando de forma tranquila y con un tono serio.

Wiplash & The jingle bellsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora