Nuevos sentimientos.

118 6 4
                                    

El sonido de su alarma suena otra vez a diferencia de que está vez ya no puede posponerla, por mas comoda que esté en su cama sabe que tiene que levantarse. Toma el teléfono y dispuesta a apagarla abre un poco los ojos viendo borroso, pasa una mano por su cara y ve que no es la alarma, es una llamada entrante.

>>Rey<<

Desliza para contestar.

-¿Que pasó? -pregunta aún sin poder articular bien las palabras debido al sueño.

-¿Dónde estás? -

-¿Cómo que dónde estoy? -cuestiona aún adormilada.

-¿A qué hora es tu vuelo? -

-A las 8 ¿Qué quieres? - pregunta un poco mas cuerda sentándose.

-Bells, son las 10.-

Ante ese comentario se despega el teléfono y verifica la hora.

-No mames. -solo pudo decir dejandose caer en la cama otra vez.

-Ya te cargó la chingada m'hija.- dice para soltarse a reir. -¿quieres que te agende otro?- pregunta una vez que recupera la compostura.

-No, ahorita checo eso. -comenta cerrando los ojos

-Mas te vale que llegues hoy, lo he visto ansioso y me ha preguntado si sé algo de tí.

-Dile que no te contesté. -ruega inmediatamente.

-Yo le digo pero muévete para conseguir otro vuelo.

-Que si. Cambio y fuera. -se despide.

-Besos bye. -

Cuelga la llamada y se levanta con flojera y se dirige a la cocina, ya no puede hacer nada, ¿Para qué angustiarse?.
Se siente tanta paz en el departamento que le encantaría quedarse ahí el día completo, no suena tan mal esa idea así que guarda su telefono cancelando su misión de buscar otro vuelo.

Saca varias cosas de la alacena pero ve que la harina está en la última repisa.

-Esta casa es para jirafas. -se queja tomando una silla y subiéndose para poder alcanzar.

-Y tú siendo tan enana.

Se asustó de tal manera que casi se cae de la silla, de no ser por que reaccionó y se detuvo de la repisa, estaría tirada a mitad de la pequeña cocina.

-¡Tu pinche madre!- le grita y después baja con cuidado de la silla, se recarga en esta y lleva la otra mano a su pecho respirando con rapidez. Su acompañante trata de contener la risa apoyado en la pared de la entrada de la cocina. -¿Que haces aquí? -pregunta tratando de calmarse.

- Esa pregunta se volvió tu favorita. -responde caminando a la alacena, le baja la caja de harina sin problema.

-No tendría que usarla si no te aparecieras de la nada aquí. -le arrebata la caja y empieza a sacar recipientes. -¿Y entonces?

-¿Que? -pregunta confundido.

-Por algo Diego te dice el pendejo de Smoke. -se burla y él solo la ve con falsa molestia. -Que, ¿qué haces aquí?.

-Ah, pues nada, ayer fui a una fiesta y estaba demasiado borracho para regresar hasta mi casa, me quedó mas cerca venir aquí. -responde mientras toma la caja de harina y pone un poco en un bowl junto con un huevo.

-O sea que ¿Dormiste aquí? -pregunta incrédula en forma de reproche. Pero pronto se siente estúpida ante el cuestionamiento al verlo vestido solo con un pantalón de pijama que reconoció como uno de los de Jota.

Wiplash & The jingle bellsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora