Eterno

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—Bells... No...— intenta replicar pero su cuerpo reacciona de forma contraria a sus palabras.

—Por favor.— suplica después de detenerse y separarse de él mientras lo vé fijamente a los ojos.

Queriendo a través de su mirada transmitirle todo lo que siente por él en ese mismo instante.

—Bells, yo no te veo solo de esa manera.— dice posando su mano en la mejilla de la chica quien cierra los ojos al tacto permitiéndose disfrutar la calidez del contacto del baterista.

—Lo sé.— acepta en voz baja y en un tono totalmente tranquilo, tierno, incluso frágil, contrastando así con la pasión y seguridad con la que lo estaba besando y tocando instantes atrás.

Dudó en continuar con la frase que moría por artícular, sin embargo, recordándose a sí misma la repercusión que traería y su situación de estar comprometida con alguien más, se lo impidió, le impidió confesarle que ella desde hacía mucho, lo veía de la misma forma en que está segura, la ve él, más allá de algo físico, de una amistad simple. Para ella, él se volvió parte fundamental para su estabilidad emocional.

Mucho tiempo trató de ocultar lo que siente por él, incluso aquella vez que habló con Jota lo negó pero ya no pudo seguir mintiendose, sus sentimientos eran mutuos, no sabía si era amor (ya que para ella la idea del amor era la que Ed le había mostrado alguna vez) pero si no lo era, lo que sea que fuere, no quería dejar de sentirlo.

—Entiendo.— volvió a mencionar aún en voz baja.

Contra toda su voluntad se separó de él y su suspiro resonó en el silencio de la madrugada.
Volvió a su lugar en la cama dispuesta a tratar de recobrar el sueño, algo que sabía que era totalmente imposible ya que esas cadenas revolucionadas que giraban a toda velocidad en su mente, llamados pensamientos, seguramente provocarían que se mantuviera con los ojos abiertos a tal grado de doler.

Sin embargo se sobresaltó al sentir cómo la abrazaba por la cintura y como escondió su rostro en su cuello.
Ella al estar boca abajo, se removió para poder contemplarlo, pero él la apretó con algo de fuerza, acción que ella tomó como indicador para quedarse en esa posición, pero contrario a lo que él quería ella no se quedó ahí, si no que se giró para quedar dándole la espalda y después acariciar el brazo que él mantenía en su cintura.

—No tendremos ese tipo de intimidad, pero quiero compartir un momento íntimo contigo.— susurró él de manera casi inaudible.

—No deberíamos.— se lamentó aún dejando leves caricias en su brazo, siguiendo los patrones de sus tatuajes hasta llegar a los que se encontraban sibresus dedos. Encontraba fascinante cómo se veían esas letras AMOR.

—Mira cuanto me importa.— reveló mientras la aprisionaba con un poco de fuerza contra él. —Te vas a ir, poco me importa que tu no me quieras como yo a tí, que lo ves a él como quisiera que me vieras a mí, que él podrá estar así contigo todas las veces que quiera, solo quiero disfrutarlo una sola vez yo, solo por un momento ser lo que es él.

—No quiero que me sueltes jamás.— recitó una frase de su canción favorita mientras entrelazaba sus dedos con los de él.

—Bells...— murmuró.

Ella sabiendo las palabras que vendría a continuación lo detuvo antes de que todas sus barreras se vieran rotas y mandara todo al demonio por quedarse así con él.

—No lo digas.— ordenó.

—Pero...—

—Si de verdad me quieres, no me lo pedirás.—

Es egoísta usar el cariño que el chico le tiene para evitar derrumbarse y verse vulnerable ante él. Sabía perfectamente lo mucho que Smoke sufriría cuando ella se fuera y lo mucho que él deseaba que se quedara y en ese momento no dudaría si el le pidiera que dejara todo y se quedara para que pudiesen estar juntos.

Wiplash & The jingle bellsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora