Pendeja.

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-Buenas.- saluda el Guitarrista saliendo de su habitación aún tallando sus ojos y se detiene al observar que el regio menor come un poco de cereal, bueno, juega con el cereal que se supone comería.

-Que onda.- responde al saludo sin mucho animo.

-Debe ser el cereal más interesante del mundo.- de burla llegando al refrigerador y sacando un cartón de huevo y su jarra de agua. El otro lo ignora sin dejar su muy entretenido juego.

-¿Aún no salen?- pregunta un Daniel adormilado y totalmente despeinado.

El regio niega con la cabeza suspirando y dejando por fin la cuchara dentro del plato para observar a Daniel en busca de una respuesta o algún comentario que pudiera darle por lo menos algo de animo.

-Wey ¿no se habrán muerto?- pregunta el menor mientras cocinaba su desayuno provocando que los otros dos lo volteen a ver de forma recriminante.

-No digas mamadas.- responde Smoke para despues hacer una corta pausa. -hace un rato aún se escuchaban voces.- admite en voz baja dejando ver que la misma duda llegó a su mente y se sintió pendejo por compartir una idea con Diego.

Esconde su rostro en sus brazos que estaban recargados en la mesa.

-Una conversación de toda la noche. ¿Bells estará bien?- pregunta preocupado Daniel viendo hacia la puerta de la habitación de Jota

-¡Wey! -Grita Diego haciendo que los otros dos lo volteen a ver asustados. -¿Crees que estén...?- insinúa teniendo los ojos totalmente abiertos.

-¡Pendejo! ¡Me espantas!- Dice Daniel regresando la vista a la puerta del regio mayor.

Smoke regresa a su posición escondiendo su rostro en sus brazos.
Daniel se da cuenta de que esa idea no le pareció tan imposible y probablemente estuvo todo ese tiempo pensando en que sus amigos pasaron la noche juntos por la razón que insinúa Diego, pensamientos encontrados llegaron a su mente. Por un lado Bells nunca le ocultó la atracción sexual que siempre sintió hacia el vocalista de Wiplash pero dada la situación por la que pasaron, los conflictos y todo lo demás, no creé que pudiera ser tan cínica.

Inconscientemente pasó su mano por el area lastimada de su rostro, como si con eso pudiera recordarle a su amiga todo lo que pasaron.

-¡Smoke!- vuelve a llamar Diego. -¡Estas sordo, cabrón!- dice lanzandole el cartoncito de huevo vacío.

-¿Qué putas quieres?- pregunta con fastidio.

-A la madre, la hiena me pasó su manía de lanzar cosas.- se sacude como quitándose una plaga de encima. -Te estoy preguntando que si ¿no dormiste o que pedo?.

Entonces Daniel voltea a ver al baterista que le devuelve la mirada, se le ve pálido y ojeroso, por lo visto Diego tiene razón.

-Wey ¿Estás bien?- le pregunta tocándole el hombro.

-Debí investigar más antes de juzgarla.- le dice bajando la mirada. - ni te voy a preguntar por qué no me dijiste nada porque ni para qué. Pero wey, estuvo sintiendo todo eso sola.

El regio se lamenta nuevamente viendo fijamente la mesa.

-Ella no quiso que la vieran como víctima y sabe que Jota no es malo.- Explica Diego y ambos voltean a verlo sorprendidos de que no saliera con alguna pendejada, Daniel sabe que eso es justo lo que sintió su amiga y vé como el baterista aprieta los puños.

-Wey, Jota no lo hizo conciente, si, eso no lo justifica pero sabemos que por muy pendejo que esté, no es una mala persona.- trata de tranquilizarlo el bajista.

-Que ganas de matarlo.- Susurra

Daniel no dice nada, comprende perfectamente los sentimientos de su baterista, cuando Bells se lo contó, sintió exactamente lo mismo pero le prometió que no haría nada al respecto para mantener la paz en la banda. Eso le demostró que ella siempre pondría la banda sobre ella y lo que pudiera sentir.

Wiplash & The jingle bellsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora