El bárbaro se aseguró de que su ama tuviera el agua cerca, el sombrero bien colocado y que no sintiera ningún mareo por el calor, necesitaba pensar un poco.
Deambulo por el barco pensando en el regalo de su ama, ese día en la librería sentía que algo lo seguía, pero siempre que se daba la vuelta, no había nada ahí, ahora podía deducir que su ama había usado la magia para seguirlo.
El bárbaro se imaginaba a su ama siguiéndolo por la tienda con ojos curiosos, recogiendo los cuentos que había ojeado, su ama había hecho algo tan adorable que ahora no podía verla a los ojos sin sentirse mareado.
El hecho de que su ama hubiera esperado tanto para dárselos y la manera tímida en que se los dio... todo eso mandaba pequeñas punzadas a su pecho, como su las garras de un gatito arañaran su corazón con ternura.
Miro los corales por la borda del barco, el jardín era colorido y por mucho que su ama le dijera que eran parecidas a las ramas de un árbol, el bárbaro solo podía imaginarse los corales como un jardín lleno de flores, hermosas, delicadas y especiales.
¿Cómo podría regresarle el regalo a su ama? Quería hacer algo especial para ella, era la primera vez que el desear servir a su ama, nacía de una intención tan pura. Quería tratar bien a las personas que lo trataban bien.
Se sentó en el suelo mientras miraba las velas blancas del barco, ¿cuál sería un buen regalo? Su ama había repartido la recompensa del encargo a mitad, era la primera vez que tenía dinero en sus manos, no dinero prestado para recados, sino dinero que podría usar para el mismo.
Podría comprarle un tomo mágico, pero eso sería arriesgarse mucho a que su ama lo tuviera o lo hubiese estudiado en el pasado, las joyas no tenían efecto y los vestidos no parecían ser una opción entusiasta de su ama, estaba en un callejón sin salida. Por lo poco que había viso de su ama, ella era la persona que no quería cosas físicas, parecía más interesada en el conocimiento y siempre que quisiera algo, ella misma se lo hacía.
Podría aprovechar las horas que su ama pasaba en la universidad, pasearía por el mercado y seguramente encontraría alguna cosa, después de todo no tenía prisa para impresionarla, puso la mando en el bolsillo y toco el papel verde de regalo, sintió un pequeño cosquilleo en la punta de sus dedos.
Cuando su ama Canorus se acercó a él, se sorprendió. Quizás necesitaba comer, o se encontraba mal, y no quería molestar mucho a los marineros. El bárbaro estaba listo para serle de ayuda a su ama.
Pero los grilletes cayeron al suelo.
Hicieron ruido, sintió sus muñecas livianas y la piel llena de cicatrices picaba.
Los grilletes cayeron al suelo.
El bárbaro miró sus muñecas libres, no había nada, solo feas marcas de otros grilletes, el pecho se retorcía y todo su cuerpo se sentía tenso, si lo liberaba de sus grilletes, su ama ya no lo necesitaría más.
El bárbaro se sintió débil al pensar en eso, nunca más vería a su ama, no podría regresar al gremio, no podría cocinar con Minos, no podría explorar la ciudad sin Elio en el hombro, las tardes hablando con Miranda sobre que más le gustaba a su ama ya no volverían a pasar.
Su ama, su gentil, fuerte y poderosa ama, ya no quería que fuera su esclavo.
***
Ya no tendría que despertar por las mañanas a nadie, ya no tendría que esperar a que su ama saliera de clases para comer juntos, ahora mismo podría escapar en una barca, salir corriendo y vivir su propia vida antes de que su ama lo mandara a esa casa de esclavos.
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Canorus
FantasíaDum sacri spiritus non dormiunt, mundus vivet. Mientras que los espíritus sagrados no duerman, el mundo vive. Canorus es obligada a comprar un esclavo. Javil es obligado a servir. Pero ninguno de los dos esta obligado a dejar de ser amable.