La maga de las cuerdas.

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El bárbaro sostenía las piernas de Canorus mientras ella estaba aplicando todos los hechizos que tenía en su repertorio, sentada en el brazo del bárbaro con los pies colgando desde bastante alto.

Era práctico tener al bárbaro capaz de moverse sin dificultades mientras se movía con ella encima, si pudieran coordinarse bien, podrían desarrollar un trabajo en equipo que combinaba el apoyo y defensa con el ataque bruto. No, sería mucho mejor no intentarlo, después de todo Canorus sentía el temblor del bárbaro cuando la sujetaba.

Llamar bárbara su sangre no significaba que su corazón lo fuera, un guerrero solo nace cuando uno quiere, pedirle a un corazón amable que luche era demasiado cruel.

La cabaña estaba como antes, las telas de los niños colgaban y ondeaban con el viento, el agua del río artificial era cristalina y limpia, pero el aura que emitía el interior de la colina era mucho más fuerte que antes, el dueño los estaba esperando desde hacía mucho tiempo.

Los ojos ciegos de Canorus vieron una fluctuación en el maná del mago, el maná que fluctuaba nervioso parecía clamarse poco a poco, como si esperara un enfrentamiento entre dos caballeros y encontrara a solo dos niños perdidos.

-Sal.- Canorus fue dejada en el suelo mientras el bárbaro mantenía aún sus brazos en su cintura, esperando el ataque agazapado y tenso. -Sabemos que estás detrás de todo esto, libera a mi compañero y deja este pueblo en paz.

La pequeña colina tembló, el maná se retorcía y los ojos ciegos de Canorus vieron hilo por hilo enredarse entre ellos, era un más nefasto y sucio, pero no pudo dejar de respetar tal arte en el maná.

-¿Quién eres?.- una voz femenina resonó en la colina, los pájaros salieron volando lejos del nido, los peces nadaron lejos del río y los sapos saltaron perdidos. -¿No estarás perdida? Aquí no hay nada, solo es una bruja que no quiere que metan las narices donde no les importe.-

El bárbaro sintió la misma sensación fría, levantó a Canorus del suelo y salió corriendo hacia otro sitio, los ojos ciegos de Canorus vieron la cuerda invisible caer al suelo, una cuerda mucho más débil que la que tenía el bárbaro, bien era totalmente despreciada.

La cuerda del suelo pareció recobrar la vida, se retorció en el suelo como un gusano y salió volando hacia ella, pero cuando la cuerda intento hacer un nudo, se desprendió fácilmente. Canorus sacó la varita de su manga y lanzo una lluvia de rocas hacia la cabaña, la madera crujió y las telas salieron volando con el viento.

El bárbaro parecía aún más tenso, el maná parecía enfurecerse, la colina quedo en total silencio mientras la cabaña se derrumbaba.

Se escuchó un simple crujido y la colina entera estallo en una nube de tierra, el bárbaro los alejo rápidamente de la nube y esquivo por poco un látigo lleno de púas, la voz femenina reía descaradamente mientras Canorus al fin veía la figura borrosa de una mujer adulta.

-Divertido, muy divertido, los demás magos corrieron lejos, pero tú, oh, tú, insensatos niños, me gustáis.- la mujer de vestido negro y apretado peino su pelo rojo hacia atrás, agitó el látigo de su mano hacia ellos mientras que con la mano libre sujetaba una varita un poco más grande que la de Canorus. -Me gusta vuestro coraje.-

Canorus fue dejada en el suelo a una buena distancia, el bárbaro apretó sus puños y se puso delante de su ama, todos sus sentidos estaba en alerta máxima, no importaba su un esclavo como el moria, pero su ama tenía muchas cosas que lograr en la vida.

El poco honor de un esclavo era tener un amo poderoso, el honor de un bárbaro era morir luchando. ¿Moriría protegiendo el honor de dos cosas que era que más necesitaba?

CanorusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora